20 diciembre 2008

Reflexionar en tiempos de crisis

Publicado en Mediterráneo en diciembre de 2008

En 1967, Martín Luther King sentenció: “El progreso humano no es ni automático ni inevitable. El futuro ya está aquí y debemos enfrentar la cruda urgencia del ahora.” Lo hizo en un sermón sobre justicia social que llevaba por título ¿Qué rumbo tomamos ahora: el del caos o el de la comunidad? Hace ya cuatro décadas de ese discurso del reverendo negro norteamericano y sigue teniendo una actualidad encomiable. La crisis (o el cúmulo de crisis) que padecemos en este tiempo nos obligan también a actuar con determinación y repensarnos a nosotros mismos.

La “cruda urgencia del ahora” nos obliga a movilizar todos los recursos y orientar todas las políticas para que nuestras empresas y nuestras familias transiten la crisis de la forma menos traumática posible. Así lo está haciendo el Gobierno desde la primavera y especialmente en los últimos meses, en consonancia con la evolución del escenario socioeconómico y las disposiciones que el resto de gobiernos de nuestro entorno vienen adoptando.

Cada viernes, el Consejo de Ministro impulsa medidas audaces y contundentes para contener de la mejor manera posible la deriva de una crisis que se ha revelado mucho más virulenta de lo que todos, todos podíamos imaginar. En torno a 50.000 millones de euros (más de ocho billones de pesetas) han sido ya inyectados con medidas directas. Y, como bien sabe el lector, estamos ahora promoviendo la aplicación del fondo extraordinario de 11.000 millones de euros destinado a inversiones intensivas en obre pública en 2009, de los que los ayuntamientos gestionarán 8.000 millones. A todo ello hay que añadir la determinación gubernamental de seguir incrementando la cobertura social a quienes tienen mayores dificultades, convicción acrecentada ante las circunstancias adversas en que nos movemos.

Castellón, lógicamente, también es objetivo de esas iniciativas del Gobierno de España. En 2009 se invertirá en infraestructuras de todo tipo cerca de 350 millones de euros en esta provincia por parte del Gobierno. Ello contribuirá a combatir el desempleo, a dinamizar la actividad de nuestras empresas y a dotar de más y mejor capital público a nuestros municipios.

Pero la urgencia del presente no puede hacernos olvidar que, como decía King, “el futuro ya está aquí”. Es imprescindible que, además de combatir los efectos inmediatos de la crisis, redefinamos nuestro futuro. Castellón, su economía, sus sectores productivos, su territorio, sus estructuras políticas necesitan ser auscultadas desde nuevas perspectivas. Tenemos ya que determinar qué papel queremos y podemos jugar después de esta crisis, con el convencimiento de que el mañana no será igual que el ayer.

Quien fuera ministro de Asuntos Exteriores y vicecanciller de Alemania entre 1998 y 2005, Joschka Fischer (de quien recomiendo la lectura de su ensayo El retorno de la Historia: la renovación de Occidente, publicado por Espasa-Calpe), escribía hace unas semanas que “existe el peligro muy real de que Europa simplemente deje pasar un giro estratégico histórico hacia un mundo multipolar” si no es capaz de reaccionar unida y con visión de futuro ante la crisis. El Gobierno de España tiene la convicción de que la Europa unida es vital para afrontar con éxito los duros retos del presente, para hacerlo con ambición de futuro. Nosotros, en nuestra tierra, lo sabemos bien.

Todos, agentes institucionales, económicos y sociales tenemos esa responsabilidad. Cada uno en su ámbito territorial. Castellón tiene que ser repensado a partir de nuestras capacidades y fortalezas presentes. La Universidad, nuestras empresas, los sindicatos… están en ello. Lo manifiestan continuamente a quienes quieran escucharles. Sólo falta liderazgo. Un nuevo liderazgo para un nuevo tiempo.


Civil Rights March on Washington, D.C.
Martin Luther King en la Marcha sobre Washington por los derechos civiles.
Agosto de 1963. The U.S. National Archives


26 noviembre 2008

Aguas turbulentas

Publicado en Mediterráneo en noviembre de 2008

Escribía George Soros en 1997 que la construcción de una sociedad abierta global y viable requería abandonar el laissez-faire que el neoconservadurismo había recuperado del cajón de la Historia. Lo decía, ya ven, un multimillonario de Wall Street que en un solo día de vorágine especulativa sacó a la libra esterlina del Sistema Monetario Internacional a mediados de los noventa. Lo decíamos muchos más entonces desde otras posiciones vitales e ideológicas. Y hoy son pocos los que admiten, al menos en público, que la desregulación a ultranza y la falta de controles democráticos sobre la economía favorezcan el interés general.

Precisamente, la crisis global que sufrimos parece poner fin a la versión neocons del liberalismo basado en el Consenso de Washington y en la supremacía de la economía financiera sobre la economía real. Francis Fukuyama, uno de los ahormadores ideológicos del reaganismo, reconocía hace pocas semanas que, efectivamente, ese modelo nacido en los ochenta bajo los auspicios de los gobiernos de Ronald Reagan y Margaret Thatcher era el problema y no la solución, convertido en religión de dogmas pretendidamente incuestionables.

En 2008 ha estallado una ficción sangrante: la economía financiera representaba a comienzos de este año cinco veces la economía real. Diversos factores han convergido para provocar el colapso del festín especulativo, debilitando dramáticamente la capacidad de inversión, consumo y creación de empleo de nuestras economías. Este año hemos visto cómo el barril de petróleo alcanzaba los 150 euros (el triple que a comienzos de 2007); cómo subía inusitadamente el precio de las materias primas alimenticias; cómo se colapsaban las subprimes norteamericanas arrastrando al sistema crediticio mundial al abismo; o cómo se constreñía virulentamente el mercado inmobiliario. Y todo ello ocurría en un mundo en el que nuevos actores económicos empujan con fuerza desde Pekín, Nueva Delhi o Brasilia.

La crisis global de 2008 supone, estoy convencido, el comienzo del siglo XXI económico, del mismo modo que el 11-S abrió la nueva centuria en lo político. Es tiempo ya de embalsar las aguas turbulentas de estas últimas décadas, de depurarlas, de aprovechar lo positivo y de replantear nuevas fórmulas para hacerlas transparentes en beneficio de todos. Hace falta confianza, imaginación y convicción para orientar los enormes recursos de que disponemos en ese sentido y superar la mayor crisis económica mundial de las últimas décadas.

Por ello es decisivo el proceso que se inicia este fin de semana en Washington. Y por ello el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha trabajado duramente para estar allí con voz y con voto. Sabemos que esto no es el fin sino el comienzo de la búsqueda de soluciones que nos garanticen estabilidad y seguridad para el futuro.

El Gobierno de España viene actuando con decisión para atajar los efectos perversos de la crisis. Con dos objetivos fundamentales: ayudar a las familias y a las empresas a transitar con las menores dificultades posibles este tiempo convulso; y preparar al país para retomar la senda de la prosperidad con vigor, con un nuevo paradigma de crecimiento basado en más productividad, más eficiencia, más solidaridad, más sostenibilidad y más transparencia. Los Presupuestos Generales de 2009 abundan en esa línea de garantías de derechos y cambio de modelo.

Se han tomado, así, decisiones que suponen la inyección en la sociedad más de 40.000 millones de euros (más de seis millones y medio de las antiguas pesetas) desde la primavera mediante medidas fiscales y financieras. Paralelamente, y a pesar de la solvencia que una regulación ejemplar ha garantizado al sistema bancario español, el Gobierno ha dotado de mejores instrumentos al sistema para dar confianza, incrementar los recursos crediticios y aumentar el circulante que dinamice la economía productiva y alivie a las familias.

A pesar de lo que algunos denuncian, estas medidas han sido tomadas de forma progresiva atendiendo a la diagnosis de cada momento. Se ha hecho lo debido en cada fase de la crisis, de acuerdo con el ritmo que han seguido nuestros socios europeos y los organismos internacionales. Y se ha hecho, no debemos olvidarlo, en el marco de nuestros consensos básicos respecto de nuestra economía de mercado.

Hay que seguir trabajando intensamente, no obstante. El Gobierno lo sabe. Los miles de ciudadanos y ciudadanas que acuden a las dependencias del Servicio Valenciano de Empleo en busca de trabajo nos lo recuerdan cada día. Es la cara más dura e inaceptable de la crisis. Aquí, en nuestra tierra, lo sabemos bien. El paro se ha duplicado en pocos meses. Nuestras empresas tienen dificultades para cuadrar sus cuentas.

Pero tenemos capacidad y fortaleza para superar este momento difícil. Las administraciones públicas y los agentes sociales y económicos tenemos la responsabilidad de imaginar formas nuevas y diversas de generar riqueza, de encontrar nuevos yacimientos de empleo, de consolidar la capacidad y la creatividad de nuestros emprendedores y de dotar de las infraestructuras necesarias para garantizar nuestro desarrollo. El sistema productivo castellonense es potente y dinámico, pero adolece de inconsistencias graves que deben ser abordadas de inmediato. Ahí debemos de estar todos.

12 octubre 2008

Discurso con motivo de la celebración del día de la patrona de la Guardia Civil en Castelló de la Plana el 12 de octubre de 2008

Este año Raúl, Fernando y Juan Manuel no podrán celebrar el día de la Pilarica, de la patrona de la Guardia Civil. Hoy Raúl, Fernando y Juan Manuel no formarán en su acuartelamiento para vivir con sus compañeros y compañeras y con sus familias esta fiesta de hermandad y reconocimiento. Al grito fascista de “viva la muerte” fueron asesinados por la vileza de quienes siguen empeñados en someter nuestra libertad y en quebrantar violentamente nuestros derechos. Raúl Centeno, Fernando Trapero y Juan Manuel Piñuel murieron por servir a nuestra democracia frente al fanatismo etarra. Para ellos y para sus familias, nuestro recuerdo y admiración. Para los terroristas, el mayor de los desprecios.

Por más que lo intenten no podrán suplantar la voluntad de los demócratas. La fortaleza de nuestro Estado de Derecho acabará con esa forma necrófila y totalitaria de entender la vida. Ellos lo saben. Y nosotros también. Saben que más pronto que tarde serán derrotados y la libertad prevalecerá por encima del terror.

José Manuel, quiero trasladaros la sincera gratitud de la sociedad castellonense por vuestra abnegada voluntad de servicio hacia la comunidad de la que formáis parte. “Todo por la Patria”, se lee en los cuarteles de la Guardia Civil. Esa patria somos todos, somos los hombres y mujeres que sentimos y queremos nuestra tierra y nuestra forma de ver y entender el mundo. Esa patria es nuestra democracia, nuestra justicia social, nuestros derechos, nuestra libertad, nuestra dignidad. Gracias por defender, en definitiva, nuestro sentido de ciudadanía.

Hoy, como en tantos otros cuarteles de toda España, nos congregamos aquí para celebrar con la Guardia Civil el día de la Patrona. Es también el momento de manifestar el reconocimiento de la gente hacia vosotros. Los ciudadanos y las ciudadanas quieren que sepáis que os necesitan. Os necesitan muchas mujeres, que siguen sufriendo esa otra forma de terrorismo que es la violencia machista; os necesitan los jóvenes que no quieren sentir la coerción de quienes hacen del comercio ilícito e inmoral de la droga su medio de vida; os necesitan los agricultores que confían en la integridad de sus cosechas y de su entorno para seguir cuidando nuestro mundo rural; os necesitan los conductores para garantizar su seguridad vial. Os necesitamos todos y todas para poder seguir construyendo en paz y en libertad nuestro proyecto de vida.

Sé que así lo sentís a diario, en vuestro contacto permanente con miles de personas en nuestras carreteras, en nuestros montes, en pueblos y ciudades. Y, fijaos, en pocos asuntos encuentro tanta unanimidad entre los alcaldes de la provincia como en esto: el reconocimiento a vuestra admirable labor benemérita y policial.

El Gobierno de España es plenamente consciente de ello. Por eso ha impulsado en los últimos años un poderoso programa de incremento y modernización de recursos humanos y materiales para dar respuesta adecuada a la demanda de seguridad de nuestra sociedad.

La voluntad política de un Gobierno se expresa en los Presupuestos Generales del Estado. Así, y a pesar de las medidas de contención del gasto público provocadas por la adversa situación económica mundial, el presupuesto del Ministerio del Interior para 2009 crecerá en un 2,7 por 100 respecto de 2008. De este modo se mantendrá el esfuerzo sostenido de los últimos años que ha supuesto pasar de los 6.250 millones de 2004 a 9.000 millones de euros para el próximo ejercicio.

Esta provincia es buena prueba de esa apuesta estratégica del Gobierno. El catálogo actual de 1.457 efectivos supone un incremento del 44 por cien sobre el vigente en 2005. El más importante crecimiento de la Guardia Civil en Castellón en sólo tres años. Si a ello sumamos la reciente actualización de la plantilla del Cuerpo Nacional de Policía, el catálogo provincial de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado alcanza los 1.847 efectivos operativos. Cerca del 50 por cien más que hace un trienio, un incremento muy superior al 9 por cien experimentado por la población provincial.

Pero aun siendo determinante el crecimiento de las plantillas, quizás sea la modernización tecnológica y operativa el cambio más importante que ha experimentado nuestra Comandancia. El teniente coronel, que ha sido pieza clave en el diseño e implantación de las nuevas prestaciones y equipamientos, ya ha citado algunas de esas mejoras.

Este ha sido el año en el que se han consolidad los equipos de policía judicial de Peñíscola, Oropesa y la Vall d’Uixó, que abren nuevas posibilidades a la prevención, persecución y esclarecimiento de delitos. Se han invertido, también en este ejercicio y en colaboración con la Diputación y ayuntamientos, más de 600.000 euros en la mejora y acondicionamiento de nuestros cuarteles. Y se ha puesto en servicio recientemente el nuevo laboratorio criminalístico, dotado de la más avanzada tecnología para desarrollar su actividad.

Estamos en el buen camino. Tenemos más guardias en la provincia, se han reformado la mayoría de los puestos de la Guardia Civil y pronto se iniciará la construcción de nuevos cuarteles. Y disponemos de los medios técnicos para dar respuesta adecuada a los retos de las nuevas formas de delincuencia. Sé también, José Manuel, que hemos de perseverar en el esfuerzo. Que cuesta recuperar el tiempo perdido antaño y que vuestra entrega y vuestra profesionalidad son merecedoras del compromiso firme del Gobierno por mantener la intensidad de sus políticas de seguridad.

Por todo ello, teniente coronel, no me siento acreedor al agradecimiento que has expresado en tu intervención. Mi compromiso con la Guardia Civil, y con el Cuerpo Nacional de Policía, es el compromiso del Gobierno con vuestra lealtad, con vuestro sentido del servicio público y con vuestra vocación de sacrificio en beneficio de la sociedad.

No puedo terminar esta intervención sin expresar mi gratitud a aquellas personas que han dedicado toda su vida al servicio público en el Instituto y que ahora se encuentran ya retirados o en la reserva. Estos veteranos son el espejo en que debéis miraros los guardias más jóvenes; su ejemplo, su experiencia, su profesionalidad y su dedicación deben serviros de guía en vuestra labor profesional.

A todos cuantos habéis sido condecorados, enhorabuena. Entended este acto como muestra de gratitud por vuestro compromiso con la sociedad.

Y permitidme las últimas referencias personales. Hoy es el primer día de la Patrona para el teniente coronel Fresneda. Miguel, me dijiste cuando se confirmó tu ascenso, que tenías un sentimiento contradictorio: la satisfacción por continuar tu carrera profesional y la tristeza ante la eventualidad de dejar esta Comandancia. Has de saber que tienes aquí tu casa; que la Comandancia de Castellón seguirá siendo tu familia donde quiera que vayas. Tengo el convencimiento de que vas a ejercer tu nuevo empleo con la misma convicción y saber hacer que has demostrado en nuestra tierra. Te deseo, de corazón, toda la suerte que mereces.

Y a ti, José Manuel, agradecerte tu lealtad y tu esfuerzo. Tu gran trabajo al frente esta Comandancia te hace acreedor de nuestro reconocimiento más sincero. Has sabido crear un equipo de mando eficaz que nos garantiza mayor seguridad. Por ello, y por otras muchas cosas, gracias teniente coronel Díez Cubelos.

Voy a terminar ya agradeciendo a quienes hoy nos acompañáis vuestra presencia. Y a vosotros y vosotras, hombres y mujeres de la Guardia Civil, instaros a que perseveréis en la consecución del compromiso colectivo de servicio, de ayuda a los demás, de proximidad y colaboración con la sociedad a la que servís.

Gracias a todos y a todas y buen día de la Pilarica.

02 octubre 2008

Discurso pronunciado con motivo de la celebración del Día del Cuerpo Nacional de Policía en Castelló de la Plana el 2 de octubre de 2008

De nuevo estamos aquí para celebrar el día de los Ángeles custodios, patrones de la Policía. Gracias a todos y a todas por acompañarnos en este acto que sé entrañable para cuantos formáis parte del Cuerpo Nacional de Policía y de los cuerpos generales adscritos.

Vivimos un tiempo convulso que abona las incertidumbres respecto del tiempo por venir. Por ello es radicalmente necesario que los poderes públicos refuercen su compromiso con los ciudadanos para que estén y se sientan más seguros.

El Estado tiene el deber de garantizar la seguridad de la ciudadanía en todos los órdenes de la vida. Es su razón de ser. Y ha de hacerlo sin menoscabar los otros valores máximos que apuntalan nuestro modelo de convivencia. Porque es cierto que sin seguridad no hay ni libertad, ni felicidad, ni igualdad, ni justicia. Pero no lo es menos que hemos de ser libres, felices, iguales y justos para que la seguridad cobre sentido. Lo contrario nos convertiría en mujeres y hombres huecos, vacíos de humanidad. Ese debe ser el objetivo último del buen Gobierno.

Con ese convencimiento el Gobierno de España está decidido a trabajar más y mejor para que la ciudadanía pueda ejercer todos sus derechos libremente, con dignidad y sin miedo. Para que los ciudadanos sientan y construyan su futuro responsablemente y sin temor a verse privados de su felicidad. Todas las políticas públicas impulsadas desde el Ejecutivo tienen esa misión. Y, por supuesto, las políticas de seguridad ciudadana. Por ello en 2009 se mantendrá el esfuerzo presupuestario que ha permitido en los últimos cuatro años incrementar en casi un 50 por 100 los recursos públicos destinados a garantizarla.

La gente de esta tierra también quiere y merece vivir confiada, sentirse segura. Esta misma semana el alcalde de Castellón decía, en la celebración del patrón de la policía local, que Castellón ha crecido, se ha hecho grande sin dejar de ser una ciudad tranquila, segura. Gracias comisario por el esfuerzo que estáis haciendo para que así sea. Gracias a todas y a todos los que un día decidisteis ofrecer lo mejor de vosotros mismos para que vuestros conciudadanos vean respetados sus derechos y su libertad. Gracias por hacerlo, en muchas ocasiones, aun a costa de vuestra propia seguridad.

Mirad, los 230.000 habitantes que hoy conforman la población de Castellón y Vila-real exigen una apuesta firme y continuada por un servicio público policial moderno y eficaz. A lo largo del último trienio se ha experimentado una notable reducción de las tasas de criminalidad en ambas ciudades. Quiero agradecer por ello el trabajo desarrollado por los diferentes servicios policiales y, especialmente, por el Cuerpo Nacional de Policía. Vuestro sacrificio, vuestra entrega y vuestra profesionalidad nos hacen sentirnos razonablemente seguros.

En esa tarea ejemplar, lo sabéis, contáis con el respaldo incondicional del Gobierno. Un compromiso que se concreta en más y mejores medios personales, tecnológicos y organizativos y en nuevas infraestructuras. En enero de este año se ha ampliado notablemente el catálogo de personal de la Comisaría provincial. Hemos pasado de una plantilla de 265 policías a 390, lo que supone un incremento del 50 por 100. Estamos ahora en el proceso de asignación de efectivos que nos permitirá completar ese catálogo en los próximos meses y que se concretará a comienzos de noviembre con la incorporación de nuevos policías de carrera a las comisarías de Castellón y Vila-real. De esta forma, en poco tiempo, cerca de 600 hombres y mujeres, policías y funcionarios de los cuerpos generales, prestarán su servicio en la Comisaría Provincial del Cuerpo Nacional de Policía.

Hace unos días las máquinas comenzaron a trabajar en el solar donde va a ser levantado el nuevo edificio que acogerá la Jefatura provincial. Es esta una infraestructura fundamental para que el servicio que prestáis a la comunidad cobre una nueva dimensión. Los castellonenses, y vosotros mismos, merecíamos ya disponer de una comisaría moderna, digna, equipada con los servicios necesarios para atender la demanda de una sociedad avanzada. En 2010, esa aspiración justa y razonable de la gente de Castellón, será ya una realidad que abrirá un nuevo tiempo policial en nuestra ciudad.

Esa voluntad del Gobierno de proveer de infraestructuras de calidad a los servicios policiales castellonenses se ha manifestado este año con la apertura de las nuevas dependencias del DNI. Más de 800 metros cuadrados y toda la tecnología para expedir el documento nacional de identidad electrónico y el pasaporte a miles y miles de hombres y mujeres. Quienes prestáis ese servicio a los ciudadanos debéis sentiros satisfechos por vuestro buen hacer y por las nuevas condiciones de trabajo. Los funcionarios y las funcionarias de los cuerpos generales contribuís de forma esencial a la mejora continua del servicio público policial en nuestra provincia.

Comisario, los profesionales que tienes a tu cargo son un ejemplo de responsabilidad y entrega. Ellos son los principales responsables de los éxitos obtenidos durante estos años contra la delincuencia. Seguiréis trabajando, día a día, para que nos sintamos más seguros, para salvaguardar nuestra integridad y nuestros derechos y para que vivamos sin miedo al terror fanático, a la violencia, al abuso o a la discriminación. Gracias a todos y a todas por vuestro compromiso con la sociedad castellonense.

Quiero ahora dirigirme a los policías que están culminando su formación en la Comisaría Provincial. Quiero expresaros mi reconocimiento. Cuando ingresasteis en la Academia asumisteis la responsabilidad de ser policías. Esa decisión os honra porque, desde el servicio público, vais a dedicar lo mejor de vosotros a trabajar por vuestros conciudadanos y, especialmente, por los más vulnerables, a proteger sus derechos y sus vidas, a ayudarles a construir su futuro y el de sus hijos sin temor a los abusos de otros. Tenéis una noble misión y para cumplirla la sociedad, a través del Estado, os otorga la autoridad y la fuerza necesarias. Haced buen uso de ello; hacedlo como os ha enseñado durante meses la Policía de Castellón. Tenéis el enorme privilegio de compartir esta experiencia con un equipo de profesionales admirable. El comisario jefe Marti, el comisario Moreno y el resto de mandos, oficiales y agentes de nuestra Comisaría os han mostrado mejor que nadie el sentido de las palabras compromiso, lealtad, convicción y respeto. Sé que no lo vais a olvidar.

Enhorabuena a los que hoy habéis sido condecorados. Vosotros personalizáis como nadie el espíritu de servicio, abnegado y anónimo, de la policía.

Termino. No puedo olvidar aquí a los compañeros y las compañeras que perdieron su vida o su salud defendiendo los derechos y las libertades de todos nosotros. Y a quienes sintieron el dolor y el desconsuelo de no verlos regresar a sus hogares. A todos, de corazón, muchas gracias.

24 septiembre 2008

Discurso con motivo de la celebración de Nuestra Señora de la Merced en el Centro Penitenciario Castellón I en 2008

Permitidme, antes de iniciar esta intervención, manifestar la más absoluta repulsa del Gobierno al fanatismo criminal de quienes quieren quebrar nuestra democracia a través de la violencia. Luis Conde fue asesinado el pasado domingo por la tiranía de la sinrazón etarra. Por él y por tantos como él, por sus familiares y amigos, por nuestra dignidad y nuestra libertad hemos de seguir trabajando con la fortaleza de la convicción para erradicar definitivamente el terror de nuestras vidas.

Un año más tengo la satisfacción de dirigirme a todos vosotros en el día de la Merced. De nuevo estamos aquí para celebrar el día de la patrona de las Instituciones Penitenciarias.

Lo hacemos, este año, con novedades importantes. Olga, esta es tu primera Merced como directora de este Centro. Hace poco más de tres meses te pusiste al frente de un magnífico equipo humano y profesional, del que tú misma has formado parte durante muchos años. Sé que este es el reconocimiento a una trayectoria profesional ejemplar; y tengo el convencimiento de que sabrás trasladar tu buen juicio y tu capacidad a toda la organización que diriges.

Sustituyes a un excelente compañero y a un hombre que durante años supo imprimir en este centro su vocación de servicio público y su buen hacer. Querido Antonio, gracias por todo cuanto nos has dado y ánimo para continuar con el mismo nivel de exigencia y dedicación en tu nuevo destino.

Esta es la primera Merced también del nuevo Centro Penitenciario Castellón II. Ana, bienvenida a esta tierra. Has asumido el encargo de poner en funcionamiento una penitenciaría modélica y de dirigir un equipo de más de 500 hombres y mujeres dispuestos a trabajar para que así sea. Pese a tu juventud tienes ya un largo recorrido profesional en el sistema penitenciario español. Los centros de Melilla y Topas, en Salamanca, conocen ya de tu capacidad para ahormar equipos e impulsar estrategias que favorezcan el adecuado funcionamiento del sistema. Sabéis, Olga y Ana, que el Gobierno tiene plena confianza en vosotras para llevar adelante vuestra encomiable tarea. No tengo ninguna duda de que nuestra sociedad es mejor si nuestras prisiones son mejores. Por eso os deseo lo mejor; vuestro éxito profesional será el de todos nosotros.

Hace casi 800 años, el 10 de agosto de 1218 Pedro Nolasco, gracias al apoyo y el impulso del rey Jaume I, fundó en Barcelona la Orden de los Mercedarios. Inicialmente encaminada al rescate y cuidado de los cristianos cautivos, a lo largo de los siglos fue derivando en la atención a las necesidades más acuciantes de los presos. Esa progresión se ha ido acelerando en los últimos tiempos.

Fijaos, hace ya dos siglos, en 1812, nuestra primera Constitución determinaba que: “Se dispondrán las cárceles de manera que sirvan para asegurar y no para molestar a los presos: así el alcaide tendrá a éstos en buena custodia y separados los que el juez mande tener sin comunicación; pero nunca en calabozos subterráneos ni malsanos”.

166 años después, la Constitución de 1978, en su artículo 25, establecía que: “Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados.”

Ese recorrido ha estado surcado por el compromiso de hombres y mujeres clarividentes, como Concepción Arenal, Rafael Salillas, Jiménez de Asúa o Victoria Kent, que tuvieron el arrojo de romper prejuicios y promover cambios revolucionarios que han permitido a lo largo del tiempo mejorar nuestro sistema penitenciario.

A menudo, en el debate público, se cuestiona la progresión humanitaria y dignificadora de nuestro régimen de cumplimiento penal. Frente a ello tenemos la obligación de explicar a la sociedad que ese proceso es fruto de décadas de experiencias y reflexiones que nos mostraron la línea a seguir, a pesar de las dificultades. Un caso paradigmático es la implantación experimental en 1889, en la prisión de Ceuta, del método de clasificación de reclusos de Walter Crofton. Establecía como medida para la reeducación de los internos cuatro grados: celular, instructivo, intermedio y de circulación libre o libertad condicional. Las críticas fueron furibundas. Años después, en 1901, se extendía el método Crofton a todas las prisiones españolas, y aún hoy perdura actualizado. Hemos de seguir trabajando para mejorar nuestro sistema penitenciario, aprovechando la experiencia vivida y las posibilidades que nos ofrecen las tecnologías actuales y explicando a la sociedad cómo lo hacemos.

Ese movimiento permanente en busca de mayor eficacia y más dignidad lo protagonizáis a diario los funcionarios y las funcionarias de este centro. Gracias a vosotros se han puesto en marcha multitud de programas rehabilitadores. A lo largo de este año habéis organizado dos semanas culturales en torno al desarrollo sostenible y la multiculturalidad; habéis promovido programas de fomento de la lectura, talleres formativo-ocupacionales, y salidas programadas, entre ellas el peregrinaje por el Camino de Santiago; se han impulsado campañas con internos drogodependientes, con condenados por delitos de género y agresión sexual, programas de desarrollo personal con mujeres e internos extranjeros, de formación para el empleo, etc.

Todas estas iniciativas serían inviables sin la generosidad y el compromiso de las entidades, instituciones y empresas que colaboran con los fines sociales que nuestra institución persigue. Quiero aquí manifestar mi agradecimiento y el del Gobierno de España a las empresas TAU Cerámica, Stratos, Onix, Vidrepur y Estampaciones Metálicas que mantienen abiertos talleres productivos dentro de la prisión dando trabajo a más de 80 internos, y a las asociaciones PATIM, Proyecto Amigó, RETO, ARACA, a las UCAs de Castellón y provincia, Cruz Roja, Tots Units, Fundación “La Caixa”, Grupo Ávacos, Instituto Inter y Pastoral Penitenciaria sin cuya ayuda sería imposible desarrollar los programas terapéuticos que acabamos de nombrar.

Decía Miguel Hernández, desde su presido en Alicante, que “cada ciudad dormida exhala un silencio de cárcel”. Yo no creo en las cárceles silenciosas. Las creo vívidas, sentidas, intensas. Son parte de la sociedad y nada de ella les es ajeno. Como una escuela o un hospital. Y así hemos de entenderlas. Gracias, una vez más, a las personas y organizaciones que nos ayudáis a que quienes aquí están justamente privados de libertad no pierdan su dignidad.

Mercedes Gallizo, secretaria general de Instituciones Penitenciarias, ha dicho que: “El estado ha encomendado a esta institución una tarea extraordinariamente importante para la seguridad del país: custodiar a las personas que los jueces han decidido que deben pasar un tiempo privadas de libertad y proteger a la sociedad del riesgo que pueden representar para la libertad de los demás, y también ayudar a que el tiempo que permanecen en nuestra institución les sirva para reincorporarse a la sociedad como personas insertadas. Somos servidores del estado y por eso nos acompaña un plus de responsabilidad que asumimos con orgullo, pero que también queremos que sea reconocido.”

Este ha de ser un acto público de reconocimiento sincero a vuestro trabajo. En los próximos meses, cuando se complete el catálogo de Castellón II, seréis casi 800 los funcionarios y funcionarias que prestaréis vuestro servicio público penitenciario en nuestra provincia. A todos y a todas, cualesquieran que sean los destinos que ocupáis, mi más sentida admiración. Os necesitamos; vuestro trabajo es imprescindible para que esta sociedad avance en pos de la justicia, la libertad y la seguridad para todos.

Marco Antonio, Antonio, Salvador, Juan Antonio en vosotros personalizamos hoy ese reconocimiento. Gracias, muchas gracias. Representáis como nadie los valores de vocación y compromiso en los que creemos los servidores públicos. Enhorabuena por vuestros 25 años de servicio.

Muchas gracias

13 mayo 2008

Discurso con motivo del 164 aniversario de la fundación de la Guardia Civil

Rememorar hoy la creación, hace 164 años, de la Guardia Civil supone reconocer el sacrificio y la entrega de miles de hombres y mujeres que durante este tiempo han luchado por garantizar más y mejor seguridad a los españoles. Es reforzar el compromiso del Instituto con la ciudadanía, reafirmar su voluntad indeleble de servicio público esencial a disposición de nuestra sociedad.

El siglo XIX fue difícil, José Manuel. No más que otros, bien es cierto. Lo fue también el anterior y el que le siguió. Y lo es el que vivimos para muchos hombres y mujeres. La historia de la Humanidad es compleja; y no lo es menos la de la gente que vivimos, sentimos y trabajamos en este espacio privilegiado de la Europa mediterránea.

La Guardia Civil nació para salvaguardar el orden en una España que recién había vivido la revolución burguesa y que estaba alumbrando las instituciones liberales. Y pronto os convertisteis en piedra angular en la construcción del nuevo Estado. En menos de 10 años los efectivos pasaron de 3.200 a más de 10.000 hombres desplegados por todo el territorio español peninsular.

Las comarcas de Castellón os vieron llegar en diciembre de 1844. Sot de Ferrer y Forcall fueron los primeros municipios que conocieron de la presencia de la Guardia Civil. Y pronto se establecería el mando provincial en Castellón de la Plana.

Vuestra misión esencial fue contribuir a articular una realidad política e institucional nueva. Consolidar el modelo de Estado surgido de las convulsiones de la primera mitad del XIX. Os convertisteis en servidores públicos privilegiados en la edificación de la España que hoy conocemos.

Desde entonces habéis acompañado el tránsito de la sociedad española hacia la modernidad. Este camino recorrido por los españoles no ha sido lineal; ha conocido momentos de intensificación democrática y retrocesos dramáticos. Tiempos de progreso se han alternado con períodos oscuros.

Ahora a todos nos cabe la satisfacción de haber consolidado la democracia y de ser protagonistas activos de la construcción de nuestro futuro colectivo.

En ese tiempo por venir la Guardia Civil seguirá trabajando por la seguridad y los derechos de todos. De la única manera que sabéis hacerlo: con lealtad a la sociedad que os da sentido. Lo habéis hecho siempre, preservando la legalidad y con sentido de Estado.

Hoy, en la España democrática, sentimos la necesidad de honraros y de animaros a seguir en esa misión benemérita de abrir espacios de seguridad. En todo caso, teniente coronel, las sociedades cambian y vosotros sois, como nadie, ejemplo de actualización permanente, de adaptación a la realidad de una sociedad cambiante como la nuestra.

Por eso, tantos años después, los hombres y mujeres que viven, sueñan y trabajan en nuestras comarcas siguen queriéndoos. Siguen demandando vuestro servicio. Siguen viendo en la Guardia Civil la garantía de sus proyectos y de su voluntad de hacer de la nuestra una tierra próspera.

No podían imaginar González Bravo y Narváez hace 164 años que hoy estaríais desplegados por todo el mundo. Desde 1989, año en que comenzaron las intervenciones de la Guardia Civil en el exterior, cuatro mil miembros del Instituto han participado en operaciones fuera de nuestro país. Lo han hecho en la protección de los derechos humanos de la población y en la asistencia a otros servicios policiales; en la supervisión de procesos electorales o la protección de autoridades y legaciones diplomáticas. En todo caso han sabido dejar la impronta de profesionalidad y eficacia que os caracteriza. Embajadores de excepción, han llevado lo mejor de nuestra experiencia colectiva por todo el planeta.

En este momento, hay guardias y oficiales adscritos a esta Comandancia en Senegal y en Bosnia. Todos, como vosotros y vosotras, trabajando por una sociedad mejor. Esa es vuestra grandeza.

Hoy tenéis más y mejores medios que nunca y estáis más preparados para hacer vuestro trabajo. Todos, todos lo sabemos. Y todos, todos sabemos que lo estáis haciendo. Aquellas honorables parejas de guardias civiles que recorrían a pie nuestra tierra han dado paso a un servicio policial público altamente cualificado y valorado en todo el mundo. Sois el reflejo de la sociedad a la que pertenecéis: moderna, comprometida, avanzada, con afán de justicia y permanente voluntad de mejorar.

Sentid el reconocimiento del Gobierno y de la sociedad. Sabed que cada uno de vosotros portáis el compromiso de más libertad, más seguridad y más igualdad para todos y cada uno de vuestros conciudadanos. Esta es la esencia de vuestro trabajo.

Esa gratitud de la sociedad se manifiesta hoy en las condecoraciones que os han sido entregadas. A todos y a todas, enhorabuena. Que estas condecoraciones os animen a seguir sirviendo a los españoles. A quienes habéis pasado a la reserva o al retiro, mi admiración más sincera.

Permitidme terminar fundiendo estas palabras con el recuerdo a Raúl Centeno y Fernando Trapero, los últimos compañeros asesinados por la sinrazón etarra. A ellos y a todos cuantos dieron su vida defendiendo nuestra democracia, muchas gracias.

03 mayo 2008

El camarote y la parte contratante

Publicado en Mediterráneo el 3 de mayo de 2008

¿Se acuerdan ustedes de cuántos personajes había en el camarote de los hermanos Marx? No lo recuerdo con exactitud pero estoy convencido de que eran más de una docena: los Marx, la manicura, el fontanero, los camareros, la limpiadora… Cada uno a lo suyo; las circunstancias eran lo de menos: cada uno cumplía con su papel a pesar de los codazos propios y ajenos. “Pase, pase” decía Groucho a quien llamaba a la puerta.

No sé si alguien en el Partido Popular ha decidido escenificar una nueva versión del camarote, convencido de que la realidad puede superar con creces la ficción. ¿Se imaginan a Rajoy, Aguirre, Camps, Zaplana, Pizarro, Costa, Aznar, Sáenz de Santamaría… a codazos en el “camarote de Mariano”? Cada uno a lo suyo y todos con el dedo en ojo ajeno. Da igual lo que ocurra fuera de allí; ellos a lo suyo. “Y dos huevos duros… Tres”. Sí, yo creo que sí que se lo imaginan.

Con ese panorama no es de extrañar que más de uno se lance a poner en marcha ocurrencias de alto voltaje mediático para dejarse ver y hacerse notar en semejante barullo. Es un pavoneo hueco que, lejos de pretender resolver los problemas de la ciudadanía, busca un puesto de privilegio en la alocada carrera sucesoria al frente de la derecha española.

Por supuesto que en ello están los conservadores valencianos. ¿O es posible encontrar otra explicación a que la asignatura de Educación para la ciudadanía se pretenda impartir en inglés en los colegios e institutos de la Comunidad Valenciana? Ya puestos podrían hacerlo en mandarín, habida cuenta del despertar imparable de China como potencia mundial. Y, por qué no, dar la filosofía en alemán y la religión en latín.

Son únicos en lo de volver todo del revés y liar a los ciudadanos hasta confundirlos. En el fondo, y mal que les pese, son marxistas por los cuatro costados. Marxistas de Groucho, ya me entienden. Ahora han sacado lo del “compromiso de integración de los inmigrantes”. Otro brindis al sol carente de sentido. Ellos saben que no tiene el más mínimo valor jurídico. Saben que ese contrato de integración es papel mojado porque no tiene ninguna cobertura legal. Da igual. Miren, en España (y la Comunidad Valenciana es España, salvo que también en eso quieran confundirnos) los inmigrantes están sujetos al imperio de la ley. Como cualquier otro ciudadano. Nadie estamos al margen de la legalidad y sólo los jueces pueden determinar quien incumple la ley y cómo debe ser sancionado por ello.

La ocurrencia del “compromiso de integración” no es más que eso, una ocurrencia. Nuestras leyes están para ser cumplidas por todos quienes vivimos en España, sin excepción, sin espacios para la impunidad. Esas leyes son las que establecen qué obligaciones y qué derechos tenemos; son ellas las que definen nuestro modelo de convivencia y nuestra escala de valores.

Por supuesto que es exigible a quien decide construir su futuro en nuestra tierra que conozca y reconozca nuestra forma de entender la vida y de convivir. Y que sepa acomodarse a nuestro entorno cultural sin que ello suponga perder su identidad. Para eso están las leyes. Y para eso, también, están las políticas educativas y sociales que nos ayuden a todos a vivir en la diversidad.

Bien que lo siento pero a mí lo del “contrato de inmigración” me recuerda aquello de “la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte”. Pues eso: Groucho.

16 febrero 2008

Personajes de Hitchcock

Publicado en Mediterráneo en febrero de 2008.

Hace unas semanas volví a ver La sombra de una duda. ¿Recuerdan? Joseph Cotten y Teresa Wright, soberbios. Él interpretaba a Charles Oakley, un personaje inquietante obsesionado por ocultar su oscuro pasado al precio que fuera. Enredado en sus propias mentiras fue dejando cabos sueltos que permitieron a su sobrina (Teresa Wright) descubrir la turbulenta vida del tío Charlie.

Esa capacidad del mago Hitchcock para presentarnos en sus películas personajes arquetípicos que ejemplifican comportamientos sociales me ha resultado siempre admirable. Porque, lamentablemente, esa voluntad manipuladora, ocultista y tergiversadora no es exclusiva de Charles Oakley. Algunos, en la vida real, fuera de la ficción parecen estar abonados a ese comportamiento. Y en ello están los jefes de la derecha local.

Hace tanto tiempo que convirtieron la política en el espacio de la bronca, de la figuración y del engaño masivo que son incapaces de imaginar, siquiera, la realidad. Confunden sus deseos con el mundo real, de tal modo que quieren hacernos ver el blanco como negro.

Esto es lo que vienen haciendo estas semanas al hablar de la seguridad ciudadana en la provincia. Les he oído decir que desde la Subdelegación se practica un “apagón informativo” para ocultar el clima de inseguridad insoportable que, según ellos, impera en nuestra tierra. Han dicho también que las “mesnadas zapateristas” (así, literalmente) no hemos hecho nada por mejorar la seguridad de los castellonenses.

¿Saben ustedes cuántos delitos se cometieron en nuestra provincia en 2001? 32 por cada 1.000 habitantes. ¿Y en 2002? 31. Nunca, ni antes ni después, Castellón ha padecido esas tasas delincuenciales. En 2006 fueron 25; y en 2007, a falta de las cifras definitivas, estaremos también en ese entorno. Estos son los datos oficiales. Los que da este Gobierno y los que daba el anterior.

Es bueno, también, que sepan que el último edificio policial inaugurado en Castellón fue en 1996. En febrero de ese año, en los últimos meses del mandato de Felipe González. Y que ha sido precisamente el Gobierno de Rodríguez Zapatero el que ha licitado hace unas semanas las obras de la nueva comisaría provincial del Cuerpo Nacional de Policía.

No quiero pensar que les moleste, a los jefes de la derecha, que esto sea así. No, seguro que no. Debe ser un problema de comprensión de la realidad. O de amnesia. Sólo así cabe explicarse que se empeñen en hablar de seguridad ciudadana. Porque, ¿saben ustedes quién era ministro del Interior en esos años negros de 2001 y 2002? Mariano Rajoy Brey. Sí, el mismo que dice que si gobierna traerá más policías y menos delitos.

Pero… si ya gobernó. Gobernó ¡ocho años! Ocupó cinco ministerios. Fue vicepresidente del Gobierno cuando lo del Prestige y lo de Irak. La verdad es que produce cierto rubor ajeno, ¿no creen? Precisamente él, que dejó menos policías nacionales y guardias civiles en las comisarías y cuarteles de Castellón que los que se encontró al llegar al Ministerio del Interior en febrero de 2001. En fin, es lo que hay.

Está claro que no les gusta que les recuerden el pasado. Es comprensible. Quieren ocultarlo como el personaje de Hitchcock. Su problema es que son muchos los ciudadanos y las ciudadanas que siguen viendo en la sombra de Mariano Rajoy el negro del chapapote. Y ese negro cuesta mucho de emblanquecer.

07 febrero 2008

Tostadas de Cañete y españolidad

Publicado en Mediterráneo en febrero de 2008

No sé qué opinarán los miles de trabajadores extranjeros que se ganan honradamente la vida en los bares y restaurantes castellonenses sobre el diputado Arias Cañete. No sé qué consideración les merece sus gracietas de señorito andaluz sobre los buenos y los malos camareros, la tostada, la manteca colorà, los boquerones con vinagre y el café con leche. Dice este hombre que ahora los camareros ya no son como los de antes; ahora nos atienden con acento extranjero y nos miran con ojos extraños… ¡Malditos inmigrantes!, debía estar pensando: qué chapuceros son estos aprovechados que vienen pidiendo trabajo y nos pagan con tanta ingratitud. Hasta tal punto son ingratos que responden a tanta solidaridad saturando nuestro sistema público de salud para hacerse mamografías o exigir que les receten antibióticos. ¡Si es que no se puede ser bueno con esta gente!

Cañete es un tipo memorable. Un arquetipo, diría yo. Es esa España rancia, negra, xenófoba, machista, deleznablemente clasista que tantos queremos dejar en el pasado. Pero tiene una virtud: dice en voz alta lo que muchos de sus correligionarios piensan y callan por tacticismo electoral.

El Partido Popular nos está vendiendo estos días su oferta en materia de inmigración. Mariano Rajoy nos habla de una especie de contrato de españolidad para luchar contra la poligamia y la ablación del clítoris. Dicen ellos, los populistas, que Zapatero es el culpable de que tengamos tantos inmigrantes; dicen que la política blanda del Gobierno socialista permite a los delincuentes extranjeros campar por nuestra tierra sin temor a nada; dicen que miramos hacia otro lado y que no hemos hecho nada para evitar la existencia de miles y miles de indocumentados en situación irregular.

El problema de Rajoy se llama memoria. ¿Alguien podría confiar en un pirómano que después de ocho años quemando bosques se ofrezca para dirigir la lucha contra el fuego? Miren, los datos son tozudos; tanto que, a menudo, nos evitan extendernos en explicaciones.

En enero del año 2000 había en nuestra provincia 10.326 extranjeros censados. Cuatro años después eran 52.247, ¡cinco veces más! Hagan memoria: Aznar era el presidente del Gobierno y Rajoy su vicepresidente. Y recuerden, también: entre febrero de 2001 y julio de 2002 fue Rajoy el ministro del Interior, responsable de la gestión de extranjería en aquellos tiempos.

Durante esos años se produjeron dos regularizaciones masivas de extranjeros. Regularizaciones en las que estar en posesión de un billete de autobús, de un tíquet de compra en un supermercado o de una receta médica era suficiente para acreditar la estancia e iniciar el expediente de autorización de residencia. Créanme: ni rastro del contrato de españolidad que ahora dicen que van a exigir si gobiernan. Por esta vía regularizaron su situación 12.800 extranjeros en nuestra provincia entre marzo de 2000 y julio de 2001, rechazándose sólo un 16 por 100 de las solicitudes presentadas.

Más aún. A pesar de que más del 60 por 100 de extranjeros censados en nuestra provincia estaban indocumentados (sin papeles) y en situación irregular en ese período, entre enero de 2001 y diciembre de 2003 sólo fueron detenidas en aplicación de la Ley de Extranjería 407 personas. La comparación resulta bochornosa: 2.047 fueron detenidas en los años 2005, 2006 y 2007, a pesar de que este último año más de 40.000 ciudadanos rumanos se convirtieron en comunitarios y quedaron al margen de la aplicación de esa ley. Fíjense: en 2001, con Rajoy en el Ministerio del Interior, se detuvieron en Castellón 2,8 extranjeros por cada 1.000 empadronados. En 2006 fueron 13,9 por 1000.

Estos son los datos. Saquen ustedes las conclusiones. Para mí, el Gobierno Aznar-Rajoy fue absolutamente incapaz de gestionar adecuadamente el fenómeno inmigratorio. No lo hicieron ni en el ámbito de los derechos ni en el de las obligaciones; ni administrativa ni policialmente supieron qué hacer. Tal vez porque sólo veían en la desesperación de los miles de hombres y mujeres que venían a nuestra tierra una extraordinaria oportunidad para incorporar al mercado laboral español mano de obra barata y sin derechos. Ya lo dejó escrito Max Frisch: “Queremos mano de obra, pero nos llegan personas”. Y en eso, en lo de reconocer los derechos de las personas Rajoy anda perdido.