09 abril 2013

José Luis Sampedro, un sabio en rebeldía



"A nuestros abuelos el hambre podía suscitarles solamente compasión y caridad, pero no les creaba angustia puesto que la consideraban natural e inevitable. A nosotros nos la presentan como técnicamente suprimible y por eso ha de llevarnos al asombro, la indignación y la rebeldía." 
Las fuerzas económicas de nuestro tiempo, Madrid, Guadarrama, 1975, p. 13.




Alguien dijo ayer de José Luis Sampedro que era "una conciencia vigilante". La conciencia de un sabio en rebeldía contra este mundo de la apariencia, de la impostura perpetua. La conciencia de un hombre íntegro, coherente, discreto, sencillo, cabal, que dió a la palabra la fuerza del compromiso de su inteligencia prodigiosa con una sociedad mejor. En 1986 me topé en una librería de viejo en Valencia con la segunda edición de Las fuerzas económicas de nuestro tiempo que había editado Guadarrama 12 años antes. Un libro escrito con la claridad y sencillez propias de quien desdeña el oropel para hacer entender a la gente el mundo en el que vive. Ya nunca dejé de contar con Sampedro para transitar por la vida. De su mano leí el más tierno relato de amor en La sonrisa etrusca, o la sutileza del compromiso en su discurso de ingreso en el Real Academia ("fundo la dignidad del hombre en dar sentido humano a cuanto le sobreviene", dijo allí en 1991), o la radicalidad de su pasión por la vida en su entrega a la causa indignada. En estos tiempos de pujoles y bárcenas, este hombre sabio nos enseña que hay mucho más, mucho por lo que vivir y mucho por lo que luchar. Nos queda su palabra y su ejemplo de compromiso. Gracias por siempre.



"debajo de la alfombra aparece un suelo corroído que no va a mejorar remendando el tejido para taparlo mejor. Occidente puede correr la misma suerte de otros imperios extinguidos, dejando un vacío bajo la palabra Europa. [...] Ha llegado el tiempo del cambio, de un cambio que va más allá de la restauración del Estado del Bienestar en retroceso y de la defensa de los derechos conseguidos por nuestros antecesores. El sistema reclama un cambio profundo que los jóvenes entienden y deberán acometer..." 
En Reacciona, Madrid, Aguilar, 2011, p. 23.




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