22 abril 2013

La gran mentira de los austericidas


Se hace eco Paul Kugman en la columna que ha publicado en El País este fin de semana ("La depresión del Excel") del error matemático que llevó a modelizar equivocadamente el comportamiento de las economías occidentales en relación con el incremento del déficit y la deuda públicos. Viene a decir el Nobel estadounidense que cuando en 2010 se determinó que un país se aboca al abismo al alcanzar una deuda del 90 por ciento de su PIB se hizo partiendo de un error de tratamiento de los datos por la hoja de cálculo Excel. ¡Ahí es nada! De ser cierto lo que dice Kugman, y otros en las últimas semanas, nos encontraríamos ante un fiasco escalofriante: nada acredita que sea esa u otra cifra la que lleva al punto de no retorno en las cuentas públicas de un país. La razón académica del fundamentalismo austericida, de la supeditación de las políticas de reactivación a la reducción salvaje de los déficits públicos, partiría de cálculos erróneos. Tal vez así fuera, o tal vez lo de menos sea la razón científica y lo de más la voluntad decidida de las élites economicofinancieras europeas y sus capataces gubernamentales por aniquilar nuestro modelo de convivencia con la excusa de la crisis a la que ellos contribuyeron de forma esencial. En todo caso, un motivo más para la desconfianza en quienes dicen que no hay alternativas a la liquidación de lo público. Sabemos que no podemos gastar lo que no tenemos, pero también que hemos que gastar en lo que necesitamos para tener vida. Ese es el espacio de la política.

Paul Krugman en 2008. Foto de Prolineserver. Bajo licencia GFDL 1.2





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