11 diciembre 2014

"Una niña, una maestra, un bolígrafo y un libro pueden cambiar el mundo", Malala

"Una niña, una maestra, un bolígrafo y un libro pueden cambiar el mundo". Malala Yousafzai y Shatyarti Kailash recogieron ayer el Nobel de La Paz en Oslo. Ninguna duda esta vez sobre la idoneidad del premio y sobre el valor humano, político, universal de Malala y Shartyati. Su lucha por la dignidad de millones de niños y niñas que padecen la exclusión a la que los condenan totalitarismos de toda estirpe, machista, religioso, mercantil... Ejemplos de vida entregada a la creación de escenarios de igualdad, vidas liberadoras, de compromiso incansable contra la injusticia que sufren menores y mujeres aquí y allá. Estremece ver y escuchar a quien hace dos años se debatía entre morir y vivir víctima del odio machista y del terrorismo religioso. "Cuento mi historia no porque sea única, sino porque no lo es", decía ayer Malala. Símbolos, iconos, ella y Kailash, de todos y todas cuantos sabemos que otra forma de vivir y convivir es posible y de quienes creemos que la educación en igualdad es la más potente palanca para transformar el mundo. Nos convocan a todos a seguir mirando al frente y de frente y a reforzar nuestro compromiso para ser más iguales y más libres.


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