15 marzo 2015

Destruir la educación pública es destruir nuestro modelo de democracia

‪#‎EnseñanzaPública‬ - España se ha convertido en uno de los paises europeos con menor porcentaje de escolares formados en la enseñanza pública. Sólo Bélgica está por debajo de nosotros. Estamos 22 puntos por debajo de la media de la Unión. Son muchos años ya de gobiernos mayoritariamente derechistas en las comunidades autónomas, responsables en última instancia de potenciar uno u otro modelo educativo. Hace unos días conocíamos que en las pruebas de rendimiento de los colegios valencianos hechas por el Consell de la Generalitat, los 30 primeros puestos eran acaparados en su inmensa mayoría por centros privados o concertados. Favorecidos y mimados hasta la obscenidad desde 1995 en detrimento de la escuela pública bajo el falso mantra de la libertad de elección de los padres, la enseñanza privada se ha ido empoderando socialmente. En gran parte en manos de órdenes religiosas y de consorcios empresariales que han obtenido grandes beneficios económicos e ideológicos en ese proceso de privatización de la educación de nuestros hijos y nuestras hijas. La estrategia ha sido de manual: deteriorar y desacreditar concienzudamente el sistema público hasta posicionarlo en el imaginario colectivo como una segunda opción, reservada a quienes no puedan costearse una enseñanza mejor. Las consecuencias son demoledoras, y lo saben. Destruir la educación pública es destruir nuestro modelo de democracia. Convertirla en subsidiaria de la privada es condenar la igualdad en beneficio del negocio. Y cada vez queda menos tiempo para revertir esta situación. La escuela pública es garantía de futuro. No dejemos que acaben con ella.


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