26 julio 2015

Nuevas prioridades

Publicado en Mediterráneo el 25 de julio de 2015

La próxima semana el gobierno local de Castelló llevará al pleno municipal, para su debate y votación, la primera de las modificaciones presupuestarias que debe afrontar el nuevo ejecutivo. Ha pasado poco más de un mes desde el cambio político y con la mayor de las urgencias hemos impulsado esta modificación de créditos para poder financiar operaciones y gastos por valor de 2.135.000 euros. 

De un lado, se han de cubrir legalmente determinadas partidas que no habían sido previstas por el gobierno anterior, como una parte del consumo eléctrico en alumbrado público y dependencias municipales, excesos de obra en el complejo deportivo Gaetà Huguet o la limpieza de algunos centros escolares. También el sobregasto derivado de la perversa compulsión propagandística de los anteriores dirigentes del ayuntamiento, que desbordaron notablemente en sólo cinco meses su propia previsión para financiar campañas institucionales convertidas por ellos en propaganda partidaria durante las últimas semanas de su mandato. 

Por otro lado, ha habido que reponer a toda prisa créditos en partidas agotadas para poder afrontar determinadas necesidades durante el segundo semestre de 2015. Así, en programas de atención a situaciones de emergencia social, que afectan a miles de ciudadanos y ciudadanas víctimas de la crisis; o en aquellos destinados a la promoción cultural, que fueron literalmente liquidados por la hiperactividad impulsada desde el gobierno de Bataller ante las malas perspectivas que les auguraban las previsiones electorales. 

Esta es la razón de los cambios presupuestarios que vamos a tratar en el pleno municipal el próximo jueves y para lo que esperamos contar con el mayor respaldo político posible. Con la finalidad de atender las obligaciones que otros contrajeron con proveedores, contratistas y acreedores, por supuesto. Pero también, y muy especialmente, para afrontar desde el primer momento nuestros compromisos con la ciudadanía.

Decía esta semana uno de los jefes popularistas castellonenses, el concejal Sales, que la suya había sido una gestión “intachable” y que habían legado al gobierno de progreso una situación envidiable. No vale la pena dedicar siquiera un minuto a volver a argumentar aquello que la mayoría social expresó con claridad hace ahora dos meses. Esa gestión intachable es la misma que ha dejado pendiente de pago más de 16 millones de euros o una deuda municipal de 115 millones. O la misma que renunció a exigir a la Generalitat Valenciana los casi nueve millones que debe a nuestro ayuntamiento. O la que dio instrucciones para retrasar el cobro del IBI y no hacerlo coincidir con las elecciones de mayo… Nada nuevo. Viejas palabras. Ahora tenemos nuevas prioridades.

12 julio 2015

Un servicio público para el cambio

Publicado en Mediterráneo el 27 de junio de 2015

Es tanto lo dicho y lo escrito sobre el trabajo de las empleadas y los empleados públicos que, a menudo, pudiera parecer ocioso referirse a ello. Tanto y muchas veces falto de rigor, cuando no manifiestamente incierto. La democracia se construye sobre un servicio público capaz, eficaz y diligente. Son los servidores públicos, de las distintas administraciones y organizaciones institucionales, los que confieren al Estado la fuerza necesaria para garantizar los derechos de la ciudadanía y preservar la igualdad de todos y de todas en el ejercicio de las libertades democráticas. Los gobiernos promueven principios que las administraciones convierten en políticas publicas que inciden directamente en la vida de la gente. Por ello es esencial la confianza recíproca entre ambos espacios de la acción pública: la esfera de la política y el territorio de las administraciones. 

El gobierno municipal de Castelló tiene esa convicción. Sabe que las políticas de cambio que esta ciudad necesita de forma inaplazable exigen del compromiso firme de los cerca de 1.200 empleados y empleadas municipales. Que son ellos y ellas, con su implicación, su conocimiento y su capacidad para afrontar los retos que plantea la gestión pública, quienes han de hacer realidad la agenda transformadora que quedó planteada de resultas de las elecciones de mayo.

Es evidente que la perpetuación, durante décadas, de formas de hacer y ejercer la dirección política en nuestro Ayuntamiento ha podido generar dinámicas indeseadas en el conjunto de la organización. Y que esas derivas, donde las hubiere, deberán ser corregidas con la mayor celeridad. Pero no es menos cierto que el cambio ha liberado también iniciativas y voluntades que han permanecido constreñidas a lo largo del tiempo. Y es ese caudal de talento profesional el que debe ser canalizado para aprovechar su fuerza creativa. 

Queremos una administración municipal que esté a la altura de las expectativas de sus empleados y de las aspiraciones de la ciudadanía. Que no coharte su capacidad para imaginar soluciones provechosas para resolver los problemas de la gente. Que abra los procesos de decisión a la participación multisectorial profundizando la horizontalidad y empoderando el trabajo colaborativo y distribuido. Que haga de cada trabajador público actor corresponsable en la voluntad colectiva de crear excelencia organizativa. 

Queremos, sí, que el Ayuntamiento de Castelló se referencie como una administración pública de calidad, en cómo diseña y activa sus procesos, toma sus decisiones y se relaciona con la sociedad. Transparente, flexible, participada, ágil y dinámica. Porque un gobierno abierto lo ha de ser, necesariamente, hacia fuera y hacia adentro. Para ser, de verdad, un motor de cambio eficaz y ejercer el liderazgo que demanda la ciudadanía.