En 1967, Martín Luther King sentenció: “El progreso humano no es ni automático ni inevitable. El futuro ya está aquí y debemos enfrentar la cruda urgencia del ahora.” Lo hizo en un sermón sobre justicia social que llevaba por título ¿Qué rumbo tomamos ahora: el del caos o el de la comunidad? Hace ya cuatro décadas de ese discurso del reverendo negro norteamericano y sigue teniendo una actualidad encomiable. La crisis (o el cúmulo de crisis) que padecemos en este tiempo nos obligan también a actuar con determinación y repensarnos a nosotros mismos.
La “cruda urgencia del ahora” nos obliga a movilizar todos los recursos y orientar todas las políticas para que nuestras empresas y nuestras familias transiten la crisis de la forma menos traumática posible. Así lo está haciendo el Gobierno desde la primavera y especialmente en los últimos meses, en consonancia con la evolución del escenario socioeconómico y las disposiciones que el resto de gobiernos de nuestro entorno vienen adoptando.
Cada viernes, el Consejo de Ministro impulsa medidas audaces y contundentes para contener de la mejor manera posible la deriva de una crisis que se ha revelado mucho más virulenta de lo que todos, todos podíamos imaginar. En torno a 50.000 millones de euros (más de ocho billones de pesetas) han sido ya inyectados con medidas directas. Y, como bien sabe el lector, estamos ahora promoviendo la aplicación del fondo extraordinario de 11.000 millones de euros destinado a inversiones intensivas en obre pública en 2009, de los que los ayuntamientos gestionarán 8.000 millones. A todo ello hay que añadir la determinación gubernamental de seguir incrementando la cobertura social a quienes tienen mayores dificultades, convicción acrecentada ante las circunstancias adversas en que nos movemos.
Castellón, lógicamente, también es objetivo de esas iniciativas del Gobierno de España. En 2009 se invertirá en infraestructuras de todo tipo cerca de 350 millones de euros en esta provincia por parte del Gobierno. Ello contribuirá a combatir el desempleo, a dinamizar la actividad de nuestras empresas y a dotar de más y mejor capital público a nuestros municipios.
Pero la urgencia del presente no puede hacernos olvidar que, como decía King, “el futuro ya está aquí”. Es imprescindible que, además de combatir los efectos inmediatos de la crisis, redefinamos nuestro futuro. Castellón, su economía, sus sectores productivos, su territorio, sus estructuras políticas necesitan ser auscultadas desde nuevas perspectivas. Tenemos ya que determinar qué papel queremos y podemos jugar después de esta crisis, con el convencimiento de que el mañana no será igual que el ayer.
Quien fuera ministro de Asuntos Exteriores y vicecanciller de Alemania entre 1998 y 2005, Joschka Fischer (de quien recomiendo la lectura de su ensayo El retorno de la Historia: la renovación de Occidente, publicado por Espasa-Calpe), escribía hace unas semanas que “existe el peligro muy real de que Europa simplemente deje pasar un giro estratégico histórico hacia un mundo multipolar” si no es capaz de reaccionar unida y con visión de futuro ante la crisis. El Gobierno de España tiene la convicción de que la Europa unida es vital para afrontar con éxito los duros retos del presente, para hacerlo con ambición de futuro. Nosotros, en nuestra tierra, lo sabemos bien.
Todos, agentes institucionales, económicos y sociales tenemos esa responsabilidad. Cada uno en su ámbito territorial. Castellón tiene que ser repensado a partir de nuestras capacidades y fortalezas presentes. La Universidad, nuestras empresas, los sindicatos… están en ello. Lo manifiestan continuamente a quienes quieran escucharles. Sólo falta liderazgo. Un nuevo liderazgo para un nuevo tiempo.
Martin Luther King en la Marcha sobre Washington por los derechos civiles. Agosto de 1963. The U.S. National Archives |
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