La liquidación de lo público profundizará la brecha digital entre ciudadanos conectados y desconectados a la Red, física y conceptualmente. Esta va a ser una de las derivas más aberrantes del plan liquidacionista de la derecha. España avanzó notablemente durante la década pasada en la implantación y socialización de las tecnologías de la información y la comunicación. El acceso a la Red desde los hogares se generalizó y, aún estando por debajo de la media europea, nos aproximamos notablemente a nuestro entorno. La inversión pública y privada en TICs se multiplicó y la banda ancha llegó a la mayor parte de nuestros equipos. La infoestructura, esto es el equipamiento tecnológico para la transmisión y gestión de la información y el conocimiento, alcanzó en España niveles similares al resto de Europa, excepción hecha de los países nórdicos. Era imprescindible que ese desarrollo tecnológico fuera acompañado del esfuerzo educativo y formativo necesario para que la transición de la España analógica a la España digital operara en beneficio de la sociedad y nó sólo de las empresas proveedoras. Los planes gubernamentales Avanza, Avanza2 y Educa2.0, y otras iniciativas puestas en marcha incluso ya iniciada la crisis desde las universidades, los ayuntamientos y organizaciones privadas perseguían ese objetivo: que, disponibles en buena medida las infraestructuras, la ciudadanía en su conjunto adquiriera las habilidades informacionales precisas para poder usarlas en su vida cotidiana y en propio beneficio. Hoy todo esto queda como muy lejos. Hoy la ceguera liquidacionista ha laminado la estrategia pública para la capacitación informacional de nuestra sociedad, empezando dramáticamente por nuestras escuelas públicas. Y nos encontramos en la antesala de una fosa digital, una gran trinchera que separe a los niños y a las niñas de nuestro sistema educativo público de los que se educan en los colegios privados de élite. Una nueva brecha digital que además del acceso físico a la Red discrimine también por la capacidad o no de moverse por ella, el entendimiento de sus códigos culturales y el aprovechamiento pleno del conocimiento que pone a nuestro alcance. La liquidación de la escuela pública y de los planes públicos para formar ciudadanos y ciudadanas
digitales va a tener unas consecuencias devastadoras para nuestra sociedad. Lo estamos viendo y lo veremos aún más en un futuro
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Babbage's Analytical Engine, 1834-1871. Primera máquina calculadora automática. Science Museum London. Vía Flickr. Compartido con licencia Creative Commons BY-SA 2.0 |
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