Publicado en Mediterráneo en mayo de 2007.
Diez millones de litros al día. Esa es la cantidad de agua que brota de los dos nuevos pozos abiertos por la Confederación Hidrográfica del Ebro en Els Ports. Agua de calidad. Y agua para siempre, si somos capaces de gestionarla con racionalidad.
El pasado jueves tuve la satisfacción de acompañar a los alcaldes de Morella y Forcall en la reunión que mantuvimos con el presidente de la Confederación del Ebro, José Luis Alonso, y con el director de Aquamed, Adrián Baltanás. En Zaragoza, Ximo Puig y Santi Pérez solicitaron la tramitación de la concesión administrativa que otorga la Confederación para el uso de esos pozos y pidieron de Aquamed celeridad en la construcción de la red de distribución que permita llevar el agua hasta los usuarios. Más de 8.000 personas de una quincena de municipios se verán beneficiadas.
Es, sin duda, una noticia excelente, por más que a algunos les duela que el compromiso del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con Castellón y sus gentes siga concretándose cada día. Creo que es bueno recordar que el trasvase ideado por el partido de Aznar-Acebes y reclamado aquí por los Camps, Fabra y compañía no dejaba ni una gota de agua en Els Ports. ¡Ni una sola gota de agua para la comarca históricamente con mayores restricciones en el uso del agua!
A veces lo fácil no es sinónimo de lo bueno ni de lo mejor. Aunque se pretenda vender con costosísimas campañas de propaganda a cargo del erario público. La ciudadanía termina por descubrir, más pronto que tarde, que tras el márquetin está la nada y que es necesario apostar por políticas audaces y con visión de futuro para resolver los problemas que condicionan nuestro desarrollo.
Y así ocurre con la cuestión del agua. Como hemos visto en Els Ports. O en el embalse de Arenós. Esta misma semana tuve la oportunidad de ver sobre el terreno el efecto de las obras de emergencia acometidas por la Confederación Hidrográfica del Júcar en nuestro mayor embalse. Hacía muchos años que desde la Puebla de Arenoso no se veía el agua embalsada. Los deslizamientos detectados en la ladera que sustenta el pueblo obligaron a reducir a un sexta parte la capacidad de almacenamiento, poco más de 20 hectómetros cúbicos.
Arenós tiene un valor estratégico en la provisión de agua para los campos y las ciudades de La Plana. Por eso la Confederación abordó con urgencia hace dos años y medio las actuaciones necesarias para restablecer la plena operatividad del embalse. Y esto nos ha permitido contar ya con 60 hectómetros cúbicos embalsados en estos momentos, que podrán llegar hasta los 90 una vez culminada la segunda fase de las obras que comenzará en los próximos meses. Más agua y más seguridad para las personas.
En esa línea vamos a seguir trabajando. Como hicimos con las compuertas de Algar. Y como estamos haciendo con los trabajos para la recarga de acuíferos en el Belcaire, o con los nuevos pozos de Vilanova d’Alcolea y Canet lo Roig, o las desaladoras de Moncofa y Oropesa, o la modernización de regadíos de La Plana. Porque estamos convencidos de que es posible otra forma de gestionar nuestro recurso más esencial. Porque sabemos que nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos y nuestras hijas depende de que aprovechemos el agua de que disponemos con sentido común y con racionalidad.
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