Intervención en la inauguración de las IV Jornadas Policía, diversidad y derechos. Castelló de la Plana, 28.11.2016
La gestión de la diversidad constituye un vector esencial en la gobernanza de las sociedades de transición en las que vivimos. Un factor de transversalidad inevitable en la definición actual de las políticas públicas. Y un elemento consustancial en la articulación de las estrategias que garanticen la convivencia ciudadana.
Por ello os agradecemos enormemente el esfuerzo que habéis hecho desde el Col·lectiu per la diversitat afectiu-sexual Castelló LGTBI, la asociación Gent&Pol y la Facultad de Ciencias de la Salud de la UJI para poner en marcha esta jornada, ya cuarta, sobre Policía, Diversidad y Derechos. Porque sigue siendo complejo no ya gestionarla, sino asumirla y normalizarla, así para las administraciones como para la mayoría social.
Seguimos manejando conceptos del pasado para transitar por este tiempo de cambio. Son los marcos que nos han acompañado durante el período de construcción y consolidación de las democracias industriales, especialmente en la Europa que desplegó el estado del bienestar en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Crisoles conceptuales que nos hablaban de estabilidad, homogeneidad, certeza, definición... En torno a ese marco y a esa realidad social se levantó una arquitectura institucional y administrativa que actuó con razonable eficacia en la extensión de derechos y en la redistribución de cargas, riquezas y servicios.
No obstante, los profundos cambios económicos, sociales, culturales y políticos que fueron visibilizándose a partir de finales de los 70, que abrirían este período de transición que aún vivimos, irían desdibujando muchos de los asertos culturales sobre los que se identificaba nuestro ecosistema civilizatorio.
Y fue abriéndose paso una sociedad más atomizada, fragmentada en multitud de itinerarios personales, cada vez más singulares y complejos. Una sociedad de relaciones líquidas, como la ha llamado acertadamente Ziygmunt Bauman, en la que difícilmente se encuentran respuestas unívocas a problemas compartidos más allá de simplificaciones epidérmicas.
La eclosión de la diversidad se ha convertido en la gran paradoja de la globalización. Hoy a los tensores básicos de la evolución del último siglo y medio, la igualdad y la libertad, hay que añadirle un tercero: la diversidad. Esta se construye en torno a ejes múltiples: la edad, la orientación sexual, el género, la funcionalidad psicofísica, la religión, la lengua, el origen, las prácticas culturales... Y a esa multiplicidad de aspiraciones, identidades, necesidades o percepciones deben atender las políticas públicas hoy.
Y a garantizar el derecho a la diferencia, en una sociedad en la que perviven espacios de intolerancia en los que puede llegar a anidar el radicalismo violento. La lucha contra los comportamientos intolerantes y discriminatorios y, especialmente, aquellos que son originados por sentimientos de odio hacia otros. La homofobia, la xenofobia, la aporofobia, el terrorismo machista, el racismo... y todos aquellos que atenten contra los derechos de las personas y la convivencia en nuestras ciudades. Ahí las policías locales tienen un papel central en la prevención, seguimiento y actuación contra esos tipos delictivos. Transversalmente, en colaboración con otros especialistas municipales del ámbito de los servicios sociales y de las políticas educativas y sanitarias. Y sectorialmente, integradas en el sistema público policial junto a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
El Ayuntamiento de Castelló tiene la convicción plena de que este es uno de los principales ámbitos de actuación hacia los que orientar los esfuerzos de nuestras políticas de inclusión social y de seguridad pública. Para que el odio no incube los huevos de la serpiente. Para que la convivencia en paz se imponga sobre todo tipo de violencia.
La Policía Local de esta ciudad tiene constituida desde hace tiempo una Unidad de gestión policial de la diversidad que impulsa la figura del interlocutor social, interfaz entre la policía y los distintos actores de la vida comunitaria. Ha participado y participa activamente en el Programa de Identificación Policial Eficaz, el PIPE, promovido por la Plataforma por la Gestión Policial de la Diversidad y financiado por la Open Society Foundation para avanzar en la mejora de procedimientos, instrumentos de análisis y sensibilización en la identificación de ciudadanos y ciudadanas y potenciar la proximidad policial. Hemos suscrito el protocolo contra los delitos de odio auspiciado por el Ministerio del Interior, de resultas del cual esta Policía ha sido pionera en la aprobación del Manual de investigación de delitos de odio y discriminación. Y tenemos prevista la adhesión inmediata al EFUS, el Foro Europeo para la Prevención y la Seguridad Urbana, y a Plan Estratégico Nacional de Lucha contra la Radicalización Violenta.
Queremos contribuir desde esta ciudad a orillas del Mediterráneo a hacer de la vida en sociedad una oportunidad para un futuro mejor, para todas y para todos. Que los enemigos del tiempo por venir no anulen nuestra capacidad para construir espacios de vida en común dignos, decentes, inclusivos y solidarios.
Foto: Amparo Navas |
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