Hace bien el Gobierno progresista en no caer en las provocaciones de las derechas en este tiempo de #coronavirus. De Torra a la marquesa de Casa Fuerte, pasando por Ayuso y Abascal, están ellos en sacar tajada partidaria de la pandemia a costa de las izquierdas gobernantes. Añade eso tensión, dudas y crispación entre la ciudadanía y debilita la respuesta contra el enemigo colectivo. Pero es lo de menos si al final los engaños, las sobreactuaciones y los fuegos de artificio consiguen confundir a la ciudadanía asustada e indisponerla contra el Gobierno de Sánchez. Seguro que se han cometido errores en la gestión y que ha habido indecisiones, claro. Como dice Fernando Vallespín con claridad meridiana: "ya sabemos que aquí y en otros lugares se impuso la duda frente a la resolución. No porque no se viera venir el peligro —China nos lo mostró en toda su crudeza—, sino porque en una democracia hay que cubrirse de razones antes de limitar derechos. Precisamente porque estos se respetan, no como en las dictaduras." Tengo la certeza de que ninguno de cuantos hoy se apuntan a la bronca tiene solución mágica para el desastre, ni ausencia de dudas, ni afán superior que otros por atender las exigencias del bien colectivo. Apuestan por crispar porque es así cómo entienden la política, ya sea en Pedralbes o en la Castellana. Termina Vallespín: "Claro que cabe la crítica, si no perderíamos nuestra misma identidad democrática, pero sin perder de vista quién es el verdadero enemigo y cómo derrotarlo unidos." Pues eso. #EsteVirusLoParamosUnidos
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