Publicado en Mediterráneo en junio de 2007
La semana pasada, en este mismo espacio, el señor Martínez Capdevila firmaba un artículo en el que me acusaba de abandonar mis obligaciones como subdelegado del Gobierno de España en Castellón para dedicarme a ser comisario político socialista en la provincia. Tengo que reconocerles que admiro la capacidad de abstracción del vicepresidente en funciones de la Diputación. Me alegro de que, a pesar de los pesares, mantenga sus recursos discursivos.
No voy a responder aquí a cada uno de los argumentos del alcalde de la Vall d'Alba. Forman parte del tan cansino estilo populista: hacer ver que hacen lo que dicen para ocultar lo que realmente hacen. Es el abc de la propaganda política más rancia; sin duda, en esto, son unos maestros.
“El Gobierno de Zapatero nos quita el agua”, dicen. Desde luego no será la que nos trajo el Gobierno de Aznar en sus ocho años de gestión. Ni una sola gota de agua, ni un centímetro de trasvase, ni un euro para su financiación. Parece que nos hemos olvidado de que en 2004 nuestro principal embalse, el de Arenós, sólo podía almacenar una sexta parte de su capacidad por no haber hecho las obras que se necesitaban para evitar el corrimiento de las laderas. Hoy hemos solucionado el problema.
“El Gobierno de Zapatero nos niega el AVE”, dicen. Pero bueno, si en ocho años no fueron capaces de poner en servicio ni un solo kilómetro de AVE en toda España, ¡ni uno solo! Y en nuestro AVE a Madrid, sólo habían metido las máquinas en siete de los 430 kilómetros de trazado y no sabían cómo iban a cruzar Valencia. Por no hablar del corredor mediterráneo: en junio de 2003, cuando el grupo de trabajo de la Comisión Europea dirigido por Loyola de Palacio lo excluyó de las redes transeuropeas de transporte ningún responsable del PP dijo nada, ni en el Gobierno, ni en el Consell, ni en la Diputación ni en los ayuntamientos.
“El Gobierno de Zapatero nos ha traído la inseguridad”. En fin, eso dicen quienes saben perfectamente que el trienio 2001-2003 fue el peor de la provincia en datos absolutos de criminalidad y en dotación policial. Pero insisten, una y otra vez, en negar la evidencia. Tal vez para ocultar que en ocho años no pudieron inaugurar ni un solo cuartel de la Guardia Civil; o que no consideraron necesaria una nueva comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Castellón.
Lo cierto es que uno acaba pensando que lo que realmente les gustaría es que este Gobierno no trajera ni agua, ni AVE ni policías ni guardias civiles. Lo que realmente quisieran es que las cosas fueran de otra manera. Simplemente les molesta que un Gobierno socialista esté decidido a resolver los problemas reales de la gente de Castellón.
Recuerden: tratan siempre de aparentar lo que no es. Lo hacen aquí y en Madrid. Ahora están instalados en que Zapatero quiere una segunda Transición. Dicen que ha roto los consensos de la primera. ¿Saben ustedes quién se había propuesto hace años hacer una segunda Transición? Pues el mismísimo José María Aznar. Tanto que publicó en 1994 en Espasa-Calpe un libro titulado España: la segunda transición, en el que exponía sus propuestas políticas. Y ahora, 13 años después, acusan al presidente Zapatero de querer hacer lo que ellos planeaban hace tanto tiempo.
No hay límite. El señor Rajoy-Acebes-Zaplana y los suyos están dispuestos a llegar hasta donde haga falta. Lo tienen bien acreditado.
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