Publicado en Mediterráneo el 4 de junio de 2011.
Este año se cumple el 25 aniversario del programa de vacaciones para mayores del Imserso. En 1986 un gobierno de Felipe González puso en marcha esta iniciativa y desde entonces millones de ciudadanos y ciudadanas de nuestro país han tenido la oportunidad de viajar con ese programa. Para muchos de ellos, sin duda, los viajes del Imserso han sido su primera oportunidad para conocer otras tierras, otras luces, otras culturas. El estado del bienestar que los españoles hemos construido en las últimas décadas, con nuestro trabajo y con nuestros impuestos, ha permitido a millones de mayores abrazar esa posibilidad que les facilita un envejecimiento activo y saludable. Y ha hecho posible, también, que nuestra industria turística tenga mayor actividad en los meses de invierno.
El turismo social tiene pues esa doble vertiente: su carácter redistributivo, de igualación de oportunidades, y su efecto multiplicador, de generación de riqueza. En Castellón, durante los últimos tres años, 32.300 pensionistas han viajado con este programa del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Treinta y dos mil historias personales enriquecidas por las políticas de solidaridad que todos hacemos posibles con nuestro compromiso fiscal.
También la industria turística castellonense se beneficia del programa. En el último trienio más de 100.000 plazas hoteleras han sido ocupadas por turistas del Imserso, generando más de 28 millones de euros de negocio y 7.500 empleos. Es este un claro ejemplo de las sinergias que generan las políticas de bienestar en el impulso de la actividad económica y del empleo. Muchas empresas turísticas de esta tierra sobreviven a la estacionalidad estival propia de nuestro modelo turístico gracias a esa actividad. Y debemos perseverar en la consolidación de esa oferta.
Este año, miles de pensionistas austriacos beneficiarios de programas de turismo social de su país se han alojado en hoteles de Peñíscola y han recorrido nuestra provincia durante la primavera al amparo de un convenio suscrito con la Generalitat y la Diputación. Y se prevé que en los próximos años continúe esa fructífera relación.
No podemos dejar pasar estas oportunidades. Castellón reúne condiciones óptimas para afianzar una oferta de turismo social solvente que contribuya a desestacionalizar esta actividad económica clave para nuestro futuro. El verano seguirá siendo el tiempo preferido por quienes vienen de fuera para conocernos y disfrutar de lo mucho que aquí pueden encontrar. Pero es imprescindible que escrutemos todas las opciones que permitan ampliar temporalmente nuestra agenda turística. Y una de ellas, sin duda, son los programas vacacionales destinados a personas mayores, ya sean promovidos por el Gobierno de España, por los gobiernos autonómicos o por otras instituciones y organizaciones nacionales o extranjeras.
La riqueza paisajística, patrimonial, cultural y gastronómica de Castellón nos ofrece una plataforma excepcional para incrementar nuestra competitividad turística. Las infraestructuras que nos comunican con el mundo y que garantizan la llegada de los potenciales viajeros, aún teniendo que ser mejoradas y ampliadas, nos hacen un destino accesible para millones de personas. Pero el alma, el alma de nuestra apuesta turística son los emprendedores y las emprendedoras que cada día abren sus negocios, sus restaurantes, sus hoteles, sus comercios, sus balnearios en Montanejos o en Morella o en Vinaròs o en Segorbe. Ellos son quienes, con su esfuerzo, su talento, su perseverancia y su responsabilidad, han de protagonizar el salto adelante que precisa el sector turístico castellonense.
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