#SónCorruPPció - Durante años el #PSPV denunció los abusos cometidos en torno a Ciegsa, la empresa pública creada por Zaplana para la construcción de colegios e institutos. Cientos de iniciativas parlamentarias exigieron al Consell información sobre su gestión, los sobrecostes que acompañaban a cada uno de los centros construídos, las puertas giratorias que permitían la recolocación en su organigrama de gaviotas quemados en cargos gubernamentales, el clientelismo sistemático... El oscurantismo y la opacidad fueron la respuesta reiterada durante lustros. Ni Zapalana, ni Olivas, ni Camps, ni Fabra consintieron el control democrático de Ciegsa. Ahora sabemos que esta empresa, nutrida de fondos públicos, alimentada con los impuestos que pagamos cáda uno de nosotros, era la cueva de Alíbaba en torno a la que revoloteaba la trama urdida por Rus. Lo sabían todos ellos, todos. Por eso no querían que nadie más supiera. Han convertido a Rus en el Rato valenciano, el chivo expiatorio de todas las culpas de la gran familia. Sobreactúan para hacer de este tipo el sumidero de todas sus tropelías.
No obstante, las escuchas de las conversaciones de la trama están abriendo en canal al partido de Alberto Fabra. Como ya hicieran los casos Blasco, Brugal o Emarsa, entre otros muchos. La evidencia de que estamos ante una organización dedicada, supuestamente, al tráfico de favores para cobrar comisiones. Una trama delictiva que alimentaba la panza oronda del partido de los gaviotas valencianos para pagar campañas sin fin que les han dado una posición de ventaja en infinidad de procesos electorales en Valencia, Castelló y Alicante. Lo que tienen que preguntarse los y las votantes que durante años han dado su apoyo al PP valenciano es si están dispuestos a seguir respaldando a quienes han actuado con tanta deslealtad y desvergüenza. A quienes representan, aquí y fuera de aquí, lo peor de nuestra vida política e institucional.
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