Publica El País un artículo de la abogada africana Safura Abdool Karim con por título "La mutación del apartheid de las vacunas contra la covid". Suficientemente expresivo el título y muy recomendable el artículo. Abunda en la idea, de evidencia palmaria, de que "hasta que todos en el mundo tengan acceso a la vacuna, nadie estará a salvo." Verdad de perogrullo que he reiterado desde aquí y a la que desde el Norte seguimos resistiéndonos a entender. O la entendemos pero nos da igual. Cuando la variante ómicron saltó a la actualidad en Sudáfrica nos apresurados a cerrar fronteras con el Sur, es nuestra forma de girar la cara para no ver la realidad. E iniciamos a toda prisa las vacunaciones de refuerzo. En el último mes el volumen de contagios en Europa y América del Norte ha crecido de forma exponencial. La OMS advierte de que las próximas semanas van a ser peores en todo el mundo. Seguiremos, en nuestro Norte, vacunándonos; y seguirá el Sur esperando de nuestras sobras para poder vacunarse convertido en reservorio para nuevas mutaciones del virus que acabarán saltando fronteras que solo a los humanos conciernen. Sé que nuestros gobiernos no pueden renunciar a proteger a sus poblaciones si disponen de los medios para ello; pero sé también, sabemos, que el modo más eficaz de hacerlo sería afrontar la pandemia como lo que es, un problema de los humanos de todo el mundo. Y que hasta que así no sea afrontado no será resuelto. Esto no es ni ingenuidad ni utopismo, es puro realismo y esencial pragmatismo.
Erick Kaglan. Healthcare worker provides vaccination. Costa de Marfil, 2021. World Bank Photo Collection. Compartida bajo licencia Creative Commons CC BY-NC-ND 2.0 |
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