Un año más nos hemos convocado aquí para honrar el trabajo de los guardias civiles de Castellón. Nos dice el diccionario de la Real Academia Española que benemérito es quien es digno de reconocimiento. Por ello, hoy, día de la patrona de este Benemérito Instituto, el día del Pilar, nuestra fiesta nacional, reconocemos públicamente el esfuerzo abnegado de hombres y mujeres que velan a diario por nuestra dignidad, por nuestros derechos y por nuestras libertades. Y permitidme que recuerde ahora a los muchos guardias civiles que, en estos momentos junto a otros empleados públicos, están alerta frente a los efectos indeseados del temporal marítimo y de la lluvia en nuestras comarcas.
Por cuarto año me dirijo a vosotros y vosotras desde este templo del servicio público que es la Comandancia de la Guardia Civil en nuestra provincia. Un espacio público que simboliza el compromiso del Estado, del Gobierno y del conjunto de nuestras instituciones con la ciudadanía castellonense. Hoy, aquí, está el sentir de los 600.000 ciudadanos y ciudadanas que viven y trabajan en Castellón, su reconocimiento hacia vosotros.
Teniente coronel Cabello, querido Julio. Hace ahora un año que te incorporaste a esta Comandancia. Tenías el difícil reto profesional de consolidar y dar continuidad al trabajo de José Manuel Díez Cubelos. Ten la certeza de haber afrontado con determinación ese reto. Durante este tiempo tu voz al otro lado del teléfono cada día, o en nuestros encuentros habituales en la Subdelegación o en esta casa o en los cuarteles y puestos de la provincia o en las reuniones de oficiales…, tu voz, digo, ha sido la voz de la lealtad razonada, del sentido común, del compromiso con esta tierra, de la vocación de servicio a la sociedad y al Estado. Gracias, Julio, por tu trabajo y por tu amistad en un tiempo difícil como el que vivimos. Gracias en mi nombre y en el del Gobierno de España y, sobre todo, en nombre de la gente de esta tierra.
En los últimos años, la Comandancia, su organización, su presencia en el territorio, sus métodos de trabajo, su equipamiento, se han transformado en profundidad.
Este año hemos inaugurado la primera casa-cuartel desde 1981. Un buen número de nuestros guardias no habían nacido ese año. No me satisface; me ruboriza, en verdad. ¡29 años sin poner en servicio un nuevo cuartel de la Guardia Civil en Castellón! Por ello sentí, como representante del Gobierno y especialmente como castellonense, que la inauguración del cuartel de l’Alcora el pasado mes de julio era un acto de justicia hacia vosotros que abría un tiempo nuevo.
¡No dejaremos pasar 29 años más para dotaros de nuevos cuarteles! La semana pasada se recepcionó el cuartel de Morella, que comenzará a dar servicio a los ciudadanos y ciudadanas de els Ports muy pronto. Y a comienzos de 2011 concluirán las obras del de Oropesa. De esta forma, en un año Castellón contará con 8.000 metros cuadrados nuevos construidos para mejorar el servicio que la Guardia Civil presta en nuestras comarcas. Si a ello unimos los 7.000 metros de la nueva comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en esta ciudad, vamos a poner a disposición de la sociedad 15.000 metros cuadrados de instalaciones policiales en menos de un año.
A ello hay que añadir el esfuerzo que el Ministerio del Interior, en colaboración con la Diputación y los ayuntamientos, está haciendo para renovar viejos equipamientos. Como la rehabilitación integral del cuartel de Vilafamés inaugurada en 2009 o el de Segorbe, que muy pronto estará culminada.
A algunos esto les parece insuficiente. Tal vez. Todos quisiéramos más y mejores cuarteles, como queremos más y mejores colegios, o residencias para mayores, hospitales, carreteras y centros de acogida para mujeres maltratadas. Pero esto es lo que hoy, con los recursos de que disponemos, podemos ofrecer a la ciudadanía. Seguiremos trabajando, no os queda ninguna duda, para dignificar las condiciones en que los agentes prestan su servicio público policial.
Desde 2006, el catálogo de la Guardia Civil en Castellón se ha incrementado en un 51 por cien, pasando de 1.000 a 1.513 efectivos. Durante ese tiempo la población de vuestra área de competencia ha crecido en un 9 por cien. De este modo hemos pasado de 319 agentes por habitante en 2004 a 246 en la actualidad.
Este esfuerzo nos ha permitido aumentar significativamente la presencia del Instituto en el territorio. En la Vall d’Uixó, por ejemplo, hemos pasado en cinco años de 35 a 83 efectivos; en Burriana de 55 a 96; en Onda de 18 a 48; en Almassora de 23 a 46; en Oropesa de 18 a 49; en Cabanes de 10 a 28; en Peñíscola de 20 a 35; o en Vinaròs de 51 a 74. Porque garantizar la seguridad de los ciudadanos constituye una de las políticas estratégicas del Gobierno y no vamos a renunciar a ese compromiso.
Tenemos más y mejores medios que nunca para luchar contra la delincuencia. Y así nos lo dice la evolución de las tasa de criminalidad. Por ello debemos extremar, quienes trabajamos para la sociedad desde las instituciones públicas, nuestro sentido de la responsabilidad. Nos dejó escrito Epicteto en su Enchiridion, hace 2.300 años, que “lo que inquieta a las personas no son los hechos en sí, sino lo que interpretan como hechos”. Hagamos, pues, un esfuerzo todos por no inquietar más a los ciudadanos de lo que las dificultades ciertas del presente les inquietan.
Porque la sociedad precisa de confianza en el Estado y las instituciones. Y las víctimas de la delincuencia requieren de un trato digno y de actuaciones eficaces que restituyan su tranquilidad. A ellas pido disculpas públicas disculpas por no haber podido evitar su daño. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado seguirán esforzándose, día a día, para agrandar los espacios de seguridad y poner a disposición judicial a quienes no sepan, no puedan o no quieran respetarlos.
Quiero dirigirme ahora a los jóvenes guardias que se han ido incorporando en los últimos años a esta Comandancia. Mirad, el Estado, la Administración es la casa de lo público, es el espacio desde el que se fabrican los derechos, desde el que se garantiza la seguridad y la igualdad de oportunidades para todos y para todas. Así lo creo, y lo creo con convicción. Y en él, vosotros y vosotras, los guardias civiles tenéis un protagonismo esencial. Sentidlo así y ejerced la dignidad del uniforme que os distingue con la exigencia que merece.
Porque formáis parte de una institución querida y valorada por nuestra sociedad. Honrad siempre la memoria de tantos guardias civiles que han dado lo mejor de sí por el servicio. Dejadme aquí recordar al capitán José María Galera Córdoba y al alférez Abraham Bravo Picallo que, junto al intérprete Ataollah Taefik Alili, caían el pasado 25 de agosto víctimas de un atentado en la base española de Qala i Naw, en Afganistán. Fueron abatidos a tiros mientras desempeñaban su misión de formación y adiestramiento de la policía afgana. El ejemplo de estos servidores públicos, su sacrificio por la causa de la libertad, la justicia y el progreso a miles de kilómetros de nuestro país expresa mejor que estas palabras el sentido de vuestro compromiso radical con la sociedad y con la patria.
Quiero significar en tres apellidos mi admiración por todos vosotros. Tres hombres cabales simbolizan hoy, aquí y para mí aquello que decía la cartilla del Cuerpo en 1852: “el guardia civil debe ser prudente sin debilidad, firme sin violencia y político sin bajeza. No debe ser temido sino de los malhechores, ni temible salvo a los enemigos del orden”.
Gálvez, Rico y Cobo. Comandante, tu magisterio policial, tu compromiso ciudadano y tu disponibilidad para el servicio te han hecho acreedor del respeto y la consideración de cuantos tenemos el inmenso honor de trabajar contigo. Enhorabuena, Tomás.
El capitán Rico dejará en las próximas semanas nuestra Comandancia. Ángel, no olvidaremos tu sentido de la responsabilidad ni tu vocación de servicio. En ti deben mirarse nuestros jóvenes guardias para entender con plenitud qué significa ser guardia civil. Gracias por siempre, capitán.
Y a ti, Vicente, gratitud inmensa. Sabes que no debo ni puedo decir más. Sólo reconocerte tu decisiva contribución para hacer mejor esta Comandancia, tu entrega durante tantos años, tu afán por ejercer siempre tu trabajo con profesionalidad admirable.
A las distintas asociaciones profesionales de guardias civiles, expresaros el respeto del Gobierno por vuestro trabajo en aras de las mejores condiciones para que los agentes del Instituto presten su servicio adecuadamente. Hemos recorrido un largo camino. Y sabemos lo que queda todavía por andar, con la convicción de que, desde la lealtad mutua, encontraremos la ruta de la excelencia en la que todos coincidimos.
Voy a terminar ya agradeciendo a quienes hoy nos acompañáis vuestra presencia. A todos cuantos habéis sido condecorados, enhorabuena. Entended este acto como muestra de gratitud por vuestro servicio a la sociedad. A los familiares, por tantos desvelos y sacrificios, por ese apoyo constante sin el que sería imposible superar las dificultades cotidianas a las que se enfrentan nuestros agentes. Y a vosotros y vosotras, hombres y mujeres de la Guardia Civil, instaros a que perseveréis en la consecución del compromiso colectivo de servicio, de ayuda a los demás, de proximidad y colaboración con la sociedad a la que servís.
Gracias a todos y a todas, buena suerte y buen día de la Pilarica.
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