04 octubre 2010

Discurso pronunciado con motivo de la celebración del Día del Cuerpo Nacional de Policía en Castelló de la Plana el 4 de octubre de 2010

Un nuevo año tengo el honor de presidir los actos de celebración de la festividad de los Santos Ángeles Custodios, patronos del Cuerpo Nacional de Policía. Gracias a todos y a todas por acompañarnos en este acto tan entrañable para cuantos forman parte del Cuerpo Nacional de Policía y de los cuerpos generales adscritos.

Quiero trasladaros mi felicitación y la del Gobierno de España a los más de 500 servidores públicos que prestáis vuestro servicio a la sociedad en las comisarías de Castellón de la Plana y Vira-real. Felicitaros por vuestra entrega diaria para garantizar el ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos y ciudadanas castellonenses. Agradeceros vuestro compromiso ejemplar con la seguridad personal y colectiva de todos nosotros.

Porque ese compromiso es parte esencial del ADN del Cuerpo. Ya la Real Cédula que dictara en 1824 Fernando VII creando la Policía General del Reino, os encomendaba poner a disposición de los jueces a quienes vulnerasen los derechos de la ciudadanía, “garantizando, se decía, el bien y la seguridad pública” en nuestras ciudades.

Nacisteis hace casi dos siglos como policía urbana y seguís siéndolo hoy, además de ser también competentes en diversas materias en todo el territorio nacional. Desempeñáis, pues, un papel esencial en la construcción de la convivencia, del bienestar y del progreso de los más de 230.000 hombres y mujeres que viven en las dos mayores ciudades de la provincia, Castellón de la Plana y Vila-real, y de otros muchos miles de ciudadanos que transitan por ellas a diario.

Estáis en primera línea en la defensa de los derechos de todos y cada uno de nosotros. Sois piedra angular en la relación del Estado con la ciudadanía, porque sin seguridad no hay Estado, ni derechos, ni libertad, ni ciudadanos. Por ello, en estos momentos difíciles para nuestra sociedad, os ruego que extreméis el compromiso que da sentido a vuestro trabajo. Que sigáis perseverando en la mejora del servicio público policial en Castellón. Que deis valor ahora, más que nunca, a la responsabilidad que contrajisteis cuando decidisteis formar parte del Cuerpo Nacional de Policía.

Es en el tiempo de incertidumbre en que vivimos cuando los ciudadanos ansían con mayor intensidad la certeza de la seguridad. Y ahí, la Policía, no sólo pero también, es una de las referencias que buscan para transitar este momento crucial.

Conviene, no obstante, insistir en una idea que vengo reiterando años tras año desde esta tribuna. La acción policial ha de ir acompañada de otras políticas públicas (sociales, educativas, urbanísticas,…) para hacer más seguras nuestras ciudades. Es imperativo desarrollar políticas de prevención que contribuyan decisivamente no sólo a disminuir la delincuencia sino también a promover la consolidación de una cultura ciudadana de la prevención imprescindible en la gobernabilidad urbana.

Porque trabajar por la prevención desde los poderes públicos es también trabajar por crear comunidad, por hacerla corresponsable de la calidad de vida y el bienestar de sus vecinos y por reconocer y posibilitar su papel en la gestión de los conflictos y del uso compartido del espacio urbano. Cuanto más achiquemos los ámbitos de exclusión y más ensanchemos el horizonte de la convivencia responsable e integradora, más eficaz será el trabajo de nuestra Policía.

Desde 2006, el catálogo del Cuerpo Nacional de Policía en la Comisaría Provincial se ha incrementado en 193 agentes, lo que representa un 75 por cien más. En Castellón hemos pasado de 201 a 355 policías y en Vila-real de 55 a 94.

Este esfuerzo del Gobierno de España y del conjunto de la sociedad por incrementar las dotaciones del Cuerpo Nacional de Policía en nuestra tierra ha permitido que hoy tengamos la mejor ratio policial de los últimos 15 años, a pesar del gran crecimiento demográfico experimentado en este tiempo. Mientras la población de la conurbación Castellón-Vila-real ha crecido un 26 por cien desde 2000, la dotación del Cuerpo lo ha hecho en un 75 por cien. Ese incremento en el catálogo se ha producido en los últimos cuatro años, de tal forma que si en 2005 teníamos un policía nacional por cada 837 habitantes, hoy esa cifra ha descendido a 525.

El notable reforzamiento de las plantillas del Cuerpo Nacional de Policía en Castellón, unido a la mejora de los recursos técnicos y materiales nos ha permitido dar una mejor respuesta a la delincuencia en los últimos años. Así lo refleja, rotundamente, la evolución de las tasas de criminalidad, de eficacia policial y de detenciones.

Hoy tenemos un marco de convivencia razonablemente seguro en nuestra tierra. El trabajo conjunto de la Policía y de la Guardia Civil, con la colaboración de las policías locales, ha permitido que la tasa de criminalidad en la provincia pase de los más de 57 delitos por cada mil habitantes en los años 2001 y 2002 a los 45 de 2009.

Es por ello necesario que todos nos esforcemos por acrecentar la seguridad subjetiva, por acompasar en la mayor medida posible la percepción que los ciudadanos tienen sobre su seguridad con la realidad. Aquí necesitamos la colaboración de los medios de comunicación, no para ocultar los hechos delictivos, sino para situarlos en su justa medida huyendo del sensacionalismo.

Comisario, el próximo año celebraremos esta festividad en el nuevo edificio de la Comisaría Provincial. En muy pocos meses la policía de Castellón comenzará a prestar su servicio a la ciudadanía en las modélicas instalaciones que han sido construidas en la Ronda Este de nuestra ciudad.

Va a ser, sin duda, un hito en la relación de Castellón con su policía. Vais a disponer de unas condiciones de trabajo mucho mejores que las actuales, tanto a nivel operativo como en la atención a los ciudadanos. Porque vuestra entrega, vuestro esfuerzo y vuestra dedicación lo exigen. Y porque la gente de Castellón, nuestra sociedad, lleva ya mucho tiempo demandando una Comisaría propia de una ciudad como la nuestra.

El vínculo de unión entre ese nuevo edificio y la ciudadanía lo construiréis vosotros y vosotras, los y las policías de Castellón, cada día con vuestro trabajo. Pero permitidme simbolizar esa comunión en el empleo para su construcción de más de 5.500 metros cuadrados de cerámica castellonense, tanto en el suelo técnico de todas sus plantas como en la fachada ventilada exterior.

Quiero, ya en este tramo final de mi intervención, agradecer el trabajo y la colaboración de los distintos sindicatos de la Policía. Sabéis, más allá de divergencias concretas, del esfuerzo del Gobierno y del Ministerio del Interior por mejorar las condiciones laborales de nuestros policías, por dotaros de más y mejores medios, por actualizar vuestra formación en la lucha contra el delito. Sin duda, buena parte del mérito de la excelencia del Cuerpo Nacional de Policía radica en el trabajo que los representantes y organizaciones sindicales policiales hacéis a diario. En estos momentos complicados, vuestra colaboración y sentido del servicio público son imprescindibles.

No voy a olvidarme aquí de los ciudadanos y ciudadanas que han sido víctimas del delito. Les pido disculpas por no haber podido evitar que sus derechos fueran conculcados. Y les reitero el compromiso del Gobierno y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por hacer cada vez más segura nuestra sociedad y poner a disposición de la Justicia a quienes sean incapaces de respetar el marco de legalidad de que nos hemos dotado.

A quienes hoy habéis sido condecorados, señalaros que lo habéis sido por los servicios prestados a la sociedad a la que servís y que representáis mejor que nadie el carácter abnegado y valeroso de la Policía. Vosotros y vuestras familias merecéis nuestro reconocimiento sincero, y el de toda la sociedad de Castellón.

No puedo olvidar aquí a aquellos agentes que perdieron su vida o su salud defendiendo los derechos y las libertades de todos nosotros. Ni a sus familiares, que sintieron el dolor y el desconsuelo de la pérdida.

A todos y a todas, muchas gracias y buena suerte.

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