30 julio 2011

Actuar en nuestra costa sur

Publicado en Mediterráneo el 30 de julio de 2011.

La semana pasada el director general de Sostenibilidad de la Costa y del Mar, Pedro Antonio Ríos, presentó ante los alcaldes de Burriana, Nules, Moncofa, Xilxes, La Llosa y Almenara el estudio encargado por el Gobierno al Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria para establecer una estrategia de actuación para la protección y acondicionamiento del litoral sur de la provincia.

Por primera vez en nuestro país se lleva a cabo un análisis de este tipo, tanto por su carácter integral como por el nivel de detalle y por la extensión del área sobre la que intervenir (más de 26 kilómetros de costa). El Gobierno ha querido así sustanciar su compromiso con el tramo de costa castellonense que se extiende al sur del puerto de Burriana y buscar soluciones al grave problema de regresión que le afecta.

Es cierto que en los últimos años se ha hecho un esfuerzo muy importante para mejorar y acrecentar el valor turístico de nuestro litoral. Desde 2004, el Gobierno ha invertido más de 52 millones de euros (casi 9.000 millones de pesetas) a lo largo de los 120 kilómetros de la costa castellonense. Pero sabemos que hay que ir más allá, estableciendo estrategias integrales que racionalicen la intervención sobre el espacio marítimo-terrestre de Castellón en su conjunto. Por ello se ha impulsado el estudio recién presentado y se ha puesto en marcha otro en relación con la costa septentrional de la provincia.

Dirigido por el catedrático de Oceanografía de la universidad cántabra Raúl Medina, el estudio participado a los alcaldes plantea varias alternativas de actuación, su coste y la repercusión que tendría su ejecución sobre la dinámica litoral y los procesos erosivos. Se proponen soluciones a nivel local, con análisis detallados sobre la situación de las distintas playas y las actuaciones previstas para cada caso; propuestas locales, sí, pero no inconexas entre ellas sino integradas en un plan de acción conjunto que evite que la intervención en un punto del litoral provoque efectos indeseados en otro, como ha venido ocurriendo sistemáticamente en las últimas décadas. Porque es eso, la falta de una estrategia global y planificada sobre toda nuestra costa sur, unida a la disminución de los aportes de material por la creciente regulación de nuestros ríos, lo que ha generado el retroceso de más de 100 metros del litoral en algunas zonas en los últimos 40 ó 50 años.

Se ha abierto ahora un proceso de consultas con los ayuntamientos afectados y con la Generalitat para determinar qué opción, de cuantas presenta el trabajo del Instituto de Hidráulica Ambiental, se adopta como hoja de ruta a seguir en los próximos años. Con la máxima celeridad, incorporando además los proyectos ya redactados o en curso de preparación.

Hemos dado un paso significativo, importante, para dar soluciones económica, social y ambientalmente sostenibles y perdurables en el tiempo a la situación de ese tramo de nuestra costa. Ya sé que algunos se han apresurado a decir, siguiendo el manual de combate, que lo que se presentó no sirve para nada y que nada está haciendo el Gobierno de Rodríguez Zapatero para resolver el problema. Es el mantra al uso, da igual que hablemos de carreteras, del agua o de la costa. Nada nuevo, lamentablemente.

Lo cierto es que ahora toca optar por la alternativa que garantice la consolidación de la costa, mejore nuestras playas y sea viable presupuestariamente. Porque sin viabilidad financiera estaremos ante un nuevo brindis al sol que generará falsas expectativas y mayor frustración. Y ahí está el germen del creciente desapego y desconfianza de la ciudadanía hacia los responsables políticos. El tiempo que vivimos, y que viviremos en los próximos años, exige más compromiso con la verdad, más lealtad con el resto de agentes institucionales y más responsabilidad ante la sociedad. No entenderlo así es asomarse, cada vez más, al precipicio de la nada.

18 julio 2011

La Guerra Civil de 1936 y el cine

Se cumplen ahora 75 años de la sublevación militar de julio de 1936 que dio inicio a la Guerra Civil española y condujo a la dictadura franquista. El alzamiento en armas de parte del Ejército contra la democracia republicana abocó a la sociedad española a la más sangrienta de nuestras guerras civiles y al establecimiento de un régimen de terror sobre el que se mantuvo una de las más duraderas dictaduras del siglo XX. 

Recordar hoy la rebelión de aquellos militares y del entramado civil que le dió sustento es recordar el valor de la democracia, de la libertad y del progreso, su fuerza y, también, su vulnerabilidad. Es reivindicar la memoria de millones de compatriotas que, en España o fuera de ella, sufrieron la violencia de una guerra incivil y la indignidad de una represión feroz y sistemática, lo que Paul Preston ha llamado en su último libro el "holocausto español" (El holocausto español: Odio y exterminio en la Guerra Civil y después, Madrid: Debate, 2011).

Una buena forma de reencontrarnos con la dignidad de las víctimas de la guerra es la revisión de algunas de las muchas películas que han tratado el tema. Hay una abundante filmografía sobre el período posterior a la guerra, los años más duros de la represión franquista, pero voy a limitarme aquí a recomendar seis obras que refieren al trienio propiamente de la Guerra Civil.
 
Jaime Camino dirigió Dragon Rapide (1986) para narrar la conspiración cívico-militar en las semanas previas al alzamiento y el papel de los generales Mola y Franco. Las bicicletas son para el verano, de Jaime Chávarri (1983), es un excelente relato del dolor en la retaguardia, de la angustia y de las miserias de una familia republicana y su deriva hacia la derrota moral y vital. Los valores de la democracia republicana y su dignidad frente a la sinrazón de los sublevados se muestran con singular sensibilidad en La lengua de las mariposas, dirigida por José Luis Cuerda en 1999 a partir del libro de Manuel Rivas. El británico Ken Loach dirigió en 1995 Tierra y libertad (Land and Freedom), sobre la participación de los izquierdistas extranjeros en favor de la República, los conflictos entre el Ejército leal y las milicias anarquistas y el dilema guerra o revolución. El compromiso de mujeres antifascistas, la represión y la voluntad de aniquilación del adversario por parte de los vencedores se relata en la película de Emilio Martínez-Lázaro Las trece rosas (2007), basada en una historia real. Y, por último, el retrato del horror de la guerra en la versión cinematográfica de la novela de Javier Cercas Soldados de Salamina llevada al cine por David Trueba en 2003.

Algunas referencias bibliográficas sobre la Guerra Civil en el cine:
  • AFINOGUÉNOVA, Eugenia: "'Esto se llama raza, hijo mío' : el mito fascista y las visualizaciones del nuevo estado en el cine de la propaganda del primer franquismo : Prisioneros de guerra (1938) y Raza (1941)". Film-Historia, XVI, 1-2 (2006). Acceso a la edición electrónica.
  • BARRENETXEA MARAÑÓN, Igor: "Escuela y II República: la importancia del cine en la encarnación de los valores democráticos". Clio, 36 (2010). Acceso a la edición electrónica.
  • BERNÁRDEZ RODAL, Asunción: "De la violencia institucional a la violencia de género : últimas representaciones cinematográficas de la Guerra Civil en el cine español contemporáneo". Revista canadiense de estudios hispánicos, 34, 1 (2009). p. 61-75. ISSN 0384-8167. Acceso a la edición electrónica.
  • CAMPANARIO, Juan Miguel: "El personaje del general republicano Vicente Rojo en dos películas inspiradas por los vencedores de la Guerra Civil : Sin novedad en el Alcázar y Raza". Área Abierta, 22 (2009). Acceso a la edición electrónica.
  • Cine, nación y nacionalidades en España. Estudios reunidos por Nancy Berthier y Jean-Claude Seguin. Madrid : Casa de Velázquez, 2007. 324 p. ISBN 978-84-96820-05-0. Acceso parcial al texto en Google Libros.
  • CRUSELLS, Magí: "Land and Freedom: homenaje de Ken Loach a una revolución que fue aniquilada". Film-Historia, V, 2-3 (1995). Acceso a la edición electrónica.
  • FAULKNER, Sally: "Lola Cercas en Soldados de Salamina (David Trueba, 2003)". HAOL Historia Actual Online, 15 (2008). p. 165-170. Acceso a la edición electrónica.
  • GUARINOS, Virginia: "Ramos de rosas rojas : Las trece rosas : Memorial audiovisual y género". Quaderns de Cine, 3 (2008). p. 91-103. Acceso a la edición electrónica.
  • GUSTRÁN LOSCOS, Carmina: "Otra visión de la Guerra Civil española durante la dictadura franquista : el cine", en Crisis, dictaduras, democracia : Actas del I Congreso Internacional de Historia de Nuestro Tiempo. Logroño: Universidad de La Rioja, 2008. p. 181-190. Acceso a la edición electrónica.   
Para más información, consultar las páginas de este blog "El siglo XX en el cine" y "El siglo XX en el cine: una bibliografía".
          

17 julio 2011

Festivales para el turismo

Publicado en Mediterráneo el 16 de julio de 2011.

Esta semana comienza el Festival Internacional de Benicàssim, el FIB. Un año más Castellón se convierte en referencia internacional de la agenda musical europea. Millones de ciudadanos y ciudadanas de todo el mundo tendrán noticia de que aquí, en la ribera occidental del Mediterráneo, al pie del Desert de les Palmes, se celebra uno de los más reconocidos festivales de música del estío europeo. Y más de 170.000 personas acudirán al recinto de Benicàssim para seguir en directo los muchos conciertos y espectáculos de todo tipo que allí y en su entorno van a desarrollarse.

El FIB abrió el camino hace 16 años. El Ayuntamiento benicense y su alcalde entonces, Francesc Colomer, supieron aprovechar la oportunidad y dar respuesta a las propuestas de un grupo de emprendedores. Desde entonces el Festival ha crecido y se ha convertido en un espacio de encuentro de la juventud europea, de diversión y de cultura. También de generación de empleo y de riqueza.

La senda iniciada por el Festival Internacional de Benicàssim transita hoy por terrenos que apuntan al futuro. El pasado verano de 2010, dos nuevos proyectos recalaron también en nuestra tierra: el Rototom Sunplash, que después de 15 años en Italia, convertido en uno de los más importantes festivales de reggae del mundo, migró a Benicàssim; y el Arenal Sound de Burriana, que comenzará en los próximos días su segunda edición. En mes y medio, desde mediados de julio hasta finales de agosto, casi 300.000 personas, especialmente, pero no sólo, jóvenes, participarán de la amplísima programación de ocio y cultura que ofrecen nuestros festivales.

Es este un buen motivo para intensificar nuestro compromiso con el desarrollo turístico de Castellón. Benicàssim y Burriana, y otras localidades de la provincia con ofertas de menor envergadura pero igualmente interesantes, han hecho bien apostando por esas propuestas. Los festivales constituyen una oferta complementaria que añade valor al turismo de sol y playa. Lo son no sólo por su atractivo intrínseco, que genera la llegada de miles de personas a nuestra tierra buscando la música del mundo y la luz del Mediterráneo. Lo son, también y especialmente, por su efecto multiplicador. Festivales de referencia internacional, como el FIB o el Rototom, contribuyen decisivamente a posicionar a Castellón en el mapa turístico europeo: muchos jóvenes británicos, franceses, alemanes o italianos nos conocen por ello y planifican sus vacaciones de verano en función de esa agenda. Jóvenes que no olvidarán esa experiencia colectiva que han vivido aquí y que la darán a conocer a otros. Y cientos de medios de comunicación amplificando su proyección.

De esta forma, crece nuestra presencia en el listado de alternativas que los potenciales turistas europeos barajan a la hora de decidir sobre su destino vacacional. Cuanto más se nos conozca en positivo, mejor; cuanto más se sepa que somos capaces de poner en marcha y consolidar productos de referencia como los aludidos, mejor; cuanto más nos identifiquen con ofertas de calidad reconocibles en toda Europa, mucho mejor.

Los festivales del verano castellonense aportan un plus importante al mix turístico que debemos definir entre todos para dar solvencia y sostenibilidad a nuestro desarrollo futuro. El plus de la notoriedad, de la reputación y de la diferenciación. Enriquecen nuestras posibilidades de articular un discurso turístico potente basado en la complementariedad de la oferta, la calidad de las distintas propuestas y la integración de todo en territorio en un producto singular y atractivo. No podemos desaprovecharlo.