Publicado en Levante de Castelló en octubre de 2009
Leí el otro día en un medio de comunicación a un columnista habitual que la corrupción campa de nuevo sin control por España. Decía el tal opinador que, una vez más, un Gobierno socialista había abierto la espita de la corrupción en nuestro país. Una vez más, porque ya antes lo había hecho bajo la presidencia de Felipe González. Decía que haberlos los hay y que si no, ya estaba el Gobierno para generar falsos casos con la finalidad de torpedear a la derecha. Ya saben, la conspiración del Ejecutivo, el Poder Judicial, la Fiscalía y la Policía para masacrar públicamente a una determinada fuerza política.
Produce rubor ajeno escuchar a estas alturas determinadas aseveraciones. Más les diría: a mí me produce dolor cívico. Porque… ¿no será que bajo determinados gobiernos se persigue con más determinación la corrupción política? ¿No será que algunos gobiernos decidieron renunciar a combatirla? ¿No será que los jueces disponen ahora de más instrumentos legales para actuar contra los corruptos? ¿No será que funcionan los instrumentos del Estado democrático cuando se investigan, se desarticulan y se juzgan las tramas corruptas mejor que cuando se ignoran?
Los hay interesados en que esto no sea así. Pero la democracia, nuestro bien supremo, la argamasa que garantiza nuestro sistema de valores y la práctica de la convivencia cívica, no puede permitir que intereses particulares ilegítimos acaben por desdibujarla. He dicho voluntariamente la democracia. No es sólo una labor del Estado o de la Administración pública, que lo ha de ser con toda la fuerza que le confiere el ordenamiento jurídico. Es una obligación de toda la sociedad, de toda la ciudadanía. Porque a todos interesa que ese espacio público de confrontación y consensos, de construcción de progreso que es la política esté a salvo de quienes no creen en ella más que como instrumento de su propio beneficio.
Miren, hay diversas manifestaciones de la corrupción política. Unas vinculadas a la mala administración, otras a la delincuencia organizada y otras al clientelismo. Todas ellas tienen un común denominador: el desprecio por las formas y la esencia de la política y de la democracia. Los corruptos engañan a los ciudadanos enmascarando la realidad de su ambición desbocada con el celofán del favor. Extorsionan a las empresas para favorecer su trama de intereses. Buscan el descrédito de la política convertida en lodazal de bajas pasiones. Aquí y en todo el mundo. Sin excepción. Por ello los demócratas debemos condenar y erradicar las prácticas corruptas.
El poder no corrompe necesariamente. No. Los ciudadanos deben saber que no es así. Deben saber que, en democracia, la inmensa mayoría de quienes ejercen cargos públicos no son corruptos. No buscan beneficiarse a sí mismos o a los suyos mediante el ejercicio ilegal de ese poder. Por eso hemos de ser radicalmente intransigentes con quienes se conducen de ese modo. Por dignidad cívica y por convicción ética. Porque la democracia basa su fortaleza en la confianza de la ciudadanía en las instituciones que gobiernan la sociedad. Sin confianza, pues, no hay democracia.
Decía Hanna Arendt que la “inocencia” (entendida como autismo político, como falta de compromiso cívico) de las víctimas y los verdugos de Auschwiz hizo posible el Holocausto. Los ciudadanos no podemos mirar hacia otro lado cuando una minoría indecente corrompe los fundamentos de la democracia. La política es ética en sí misma. Y debemos preservarla de quienes en ella ven una forma de medrar ilegítimamente a costa de lo que sea. Esto nos compromete a todos, al Estado y a la sociedad.
27 octubre 2009
12 octubre 2009
Discurso con motivo de la celebración del día de la patrona de la Guardia Civil en Castelló de la Plana el 12 de octubre de 2009
Hace ya casi un siglo que cada 12 de octubre, en todos los acuartelamientos de la Guardia Civil se honra a la Virgen del Pilar como patrona del Cuerpo. Es vuestra fiesta grande. También es la fiesta de cuantos os respetamos y estimamos. Permitidme que, al comienzo de esta intervención, manifieste mi recuerdo sentido a los españoles víctimas del fanatismo terrorista dentro y fuera de nuestras fronteras. Por todos ellos, guardias civiles, policías, militares destacados en el exterior, y ciudadanos en general, seguiremos trabajando para erradicar la sinrazón de quienes hacen del terror su forma de vida.
En Castellón la gente os quiere. Ve en los y las guardias civiles el compromiso del Estado con la defensa de su vida y de sus bienes, con su voluntad de progreso, con su anhelo de libertad. Los hombres y las mujeres de Burriana o de Morella, de Montanejos o de Rosell, de la Alcudia de Veo o de Oropesa tienen el convencimiento de que vuestra presencia, vuestro trabajo, vuestra dedicación son imprescindibles para construir su proyecto de vida.
El Gobierno de España lo sabe. Y va a seguir implementando las políticas necesarias para que el servicio que prestáis sea cada vez mejor, para que contéis con los medios adecuados y para que seáis cada vez más eficaces dando seguridad a la ciudadanía.
Queda ya muy lejos aquel 12 de septiembre de 1844 en el que la Guardia Civil llevó a cabo su primera acción policial evitando el asalto, a la altura de Navalcarnero, de la diligencia de Extremadura. O la creación, el 7 de abril de 1902, de la sección de Velocipedistas del Cuerpo de la Guardia Civil. O el primer dispositivo de seguridad con guardias civiles de paisano establecido en octubre de 1903 en la feria de Baena para detener al bandolero Manuel López el Vizcaya.
La Guardia Civil se ha convertido, a lo largo del tiempo, en una policía integral reconocida en todo el mundo por vuestra profesionalidad, por vuestra capacidad de intervención y por vuestro alto grado de formación para afrontar y resolver los conflictos. Así os lo reconocemos también en nuestra tierra. Porque sabemos que constituís, junto al Cuerpo Nacional de Policía, el núcleo esencial del servicio público policial que el Estado debe ofrecer a la sociedad.
1.505 hombres y mujeres formáis hoy la plantilla de la Guardia Civil en Castellón. Sois 500 más que hace apenas cuatro años. Contáis con recursos materiales y tecnológicos adecuados para combatir la delincuencia y prestar vuestros servicios de auxilio a los ciudadanos.
No obstante, a pesar del gran esfuerzo de actualización de catálogos y equipamientos de los últimos años, el Gobierno va a continuar reforzando vuestra capacidad de actuación. En 2010, en un entorno presupuestario manifiestamente austero, el Ministerio del Interior incrementará en más del 3 por 100 sus recursos financieros para implementar las políticas de seguridad, con más de 5.800 millones de euros.
En línea con ese compromiso del Gobierno, a lo largo de este año hemos puesto en marcha la construcción de los nuevos cuarteles de Morella y Oropesa y se han reanudado las obras del de l’Alcora, después de años de parálisis. Así mismo, hemos dado por concluida la reforma integral del cuartel de Vilafamés, y muy pronto se hará lo propio con el de Segorbe. Quiero aquí agradecer la colaboración de la Diputación y de los ayuntamientos de estas últimas localidades, imprescindible para la culminación de esas obras de reforma. Sin duda, la cooperación leal y eficaz de las distintas administraciones del Estado, en este como en cualquier otro ámbito, es la mejor forma de atender las necesidades de los ciudadanos.
La puesta en servicio de esas nuevas instalaciones y la paulatina remodelación y actualización de las ya existentes permitirá ofrecer un mejor servicio público policial en nuestras comarcas. La importancia de este conjunto de actuaciones, a las que se unirán los cuarteles de Onda y Almassora, pendientes de licitación, y el de Vilafranca, cuyo proyecto ha sido ya redactado, cobra su alcance real si recordamos que la última reforma integral de un cuartel de la provincia se inauguró en 1996 y que el último cuartel de nueva construcción que entró en servicio lo hizo en 1986.
Vuestro trabajo diario y vuestra profesionalidad han permitido rentabilizar en beneficio de la sociedad el esfuerzo del Gobierno por dotados de más efectivos y mejores medios. Gracias por habernos permitido disminuir la tasa delincuencial en la provincia en los últimos años. Vosotros, guardias civiles, y los hombres y mujeres del Cuerpo Nacional de Policía en la provincia, sois los verdaderos artífices de esa tendencia favorable en la lucha contra el delito.
Gracias por ello. Y gracias por el ejemplo de compromiso y de entrega en momentos tan difíciles como los que vivimos a finales de julio en las tierras del Palancia o hace apenas unas semanas en la Plana. Permitidme que reconozca expresamente aquí el trabajo de los muchos guardias civiles que lucharon esforzadamente para proteger a la ciudadanía de la fuerza destructora del fuego y del agua.
Este año estamos celebrando el quincuagésimo aniversario de la constitución de la Agrupación de Tráfico. 50 años de compromiso con la seguridad vial en nuestras carreteras. 50 años trabajando para que nos sintamos más seguros y para que prevalezcan los derechos de todos frente a la irresponsabilidad y la falta de civismo de algunos. Permitidme pues que exprese mi agradecimiento, el del Gobierno y el del conjunto de la sociedad a los hombres y mujeres del Subsector de Tráfico de esta Comandancia. Nuestro reconocimiento a vuestra inestimable labor en la prevención de la siniestralidad vial y el control del tráfico; a vuestro trabajo humanitario de asistencia y ayuda a quienes sufren el dolor, a menudo irreversible, del asfalto. Reconocimiento, también, al alto grado de formación y especialización científica y tecnológica de vuestros equipos de reconstrucción de accidentes, esenciales para que la Justicia pueda establecer las responsabilidades derivadas de los siniestros en la carretera. Vosotros y vosotras, guardias de la Agrupación de Tráfico tenéis mucho que ver en el descenso continuado de la inseguridad vial en el último lustro.
Sirva este agradecimiento público a la labor del Subsector para significar el alto grado de formación y capacitación de las distintas especialidades que prestan su servicio en esta Comandancia. La Unidad de Policía Judicial, la Intervención de Armas y Explosivos, los servicios de Protección de la Naturaleza, Fiscal, Marítimo, Cinológico y de desactivación de Explosivos o el Equipo de Atención al Inmigrante.
Comandante Soler, muy pronto continuarás tu trayectoria profesional en Valencia. Tengo la seguridad de que te llevarás de esta Comandancia el recuerdo de la amistad y del trabajo bien hecho. Sin duda tu alta cualificación profesional se habrá visto enriquecida por la experiencia vivida entre nosotros. Gracias por tu compromiso y mucha suerte.
Esta semana tomará tu relevo el comandante Gálvez. Tomás, vas a iniciar una nueva etapa en tu ya dilatada vida de servicio en la Guardia Civil. Saben de tu capacidad en la compañía de Burriana, que has comandado en los últimos años, y en el norte de la provincia, donde trabajaste durante largo tiempo. Tu experiencia va a ser fundamental en el nuevo tiempo que comienza para esta Comandancia.
También tú, querido Miguel, teniente coronel Fresneda, nos dejas. El año pasado, en este mismo acto, terminé mi intervención despidiéndome de ti. Ninguno de los dos imaginábamos entonces que hoy compartiríamos de nuevo esta celebración de la patrona. Sé que donde vayas aportarás lo mucho y bien que sabes para hacer cada vez más eficaz al Instituto. Mucha suerte, Miguel.
Coronel Díez-Cubelos, durante los últimos cuatro años has sido tú quien has intervenido en este acto como jefe de la Comandancia de Castellón. Hoy estás aquí preparando el traslado hacia tu nuevo destino como jefe de la Comandancia de Granada. Quiero expresarte públicamente el reconocimiento del Gobierno de España al excelente trabajo que has realizado al frente de la Guardia Civil en nuestra provincia.
En lo personal, José Manuel, poco más puedo decirte que no sepas. Han sido muchas horas de conversación guiadas por la sinceridad, la discreción y la serenidad de criterio. Muchas preocupaciones compartidas, decisiones contrastadas e ilusiones perseguidas. Gracias, especialmente, por haberte conducido siempre con lealtad institucional y, también, personal. Gracias porque ese es, para mí, el supremo valor de la amistad. Seguiremos hablando, coronel, y no dudes de que continuaremos discutiendo sobre nuestro siglo XIX, convencido como estoy de que andas buscando argumentos para rebatirme.
En las próximas semanas el teniente coronel Cabello tomará posesión del cargo que tú has ejercido con tanto acierto. Su expediente lo acredita como excelente profesional y no dudo de que sabrá mantener el nivel que tú has dejado.
A todos cuantos habéis sido condecorados, enhorabuena. Entended este acto como muestra de gratitud por vuestro compromiso con la sociedad. Llevad con honor la medalla que la Benemérita os ha entregado.
Deseo expresar también mi gratitud a aquellas personas que han dedicado toda su vida al servicio público desde el cuerpo y que ahora se encuentran ya retirados o en la reserva. Estos veteranos son el ejemplo que debéis seguir los guardias más jóvenes; su experiencia, su profesionalidad y su dedicación deben serviros de guía en vuestra labor profesional.
Me dirijo ahora a vosotros y vosotras, a los familiares de los guardias de esta Comandancia. Sabed que este Instituto no sería lo que es sin vuestro apoyo, sin vuestro callado sacrificio. Sentid el legítimo orgullo de pertenecer al Cuerpo que desde hace 160 años vela por la seguridad de los españoles.
Voy a terminar ya agradeciendo a quienes hoy nos acompañáis vuestra presencia. Y a vosotros y vosotras, hombres y mujeres de la Guardia Civil, instaros a que perseveréis en la consecución del compromiso colectivo de servicio, de ayuda a los demás, de proximidad y colaboración con la sociedad a la que servís.
Gracias a todos y a todas y buen día de la Pilarica.
En Castellón la gente os quiere. Ve en los y las guardias civiles el compromiso del Estado con la defensa de su vida y de sus bienes, con su voluntad de progreso, con su anhelo de libertad. Los hombres y las mujeres de Burriana o de Morella, de Montanejos o de Rosell, de la Alcudia de Veo o de Oropesa tienen el convencimiento de que vuestra presencia, vuestro trabajo, vuestra dedicación son imprescindibles para construir su proyecto de vida.
El Gobierno de España lo sabe. Y va a seguir implementando las políticas necesarias para que el servicio que prestáis sea cada vez mejor, para que contéis con los medios adecuados y para que seáis cada vez más eficaces dando seguridad a la ciudadanía.
Queda ya muy lejos aquel 12 de septiembre de 1844 en el que la Guardia Civil llevó a cabo su primera acción policial evitando el asalto, a la altura de Navalcarnero, de la diligencia de Extremadura. O la creación, el 7 de abril de 1902, de la sección de Velocipedistas del Cuerpo de la Guardia Civil. O el primer dispositivo de seguridad con guardias civiles de paisano establecido en octubre de 1903 en la feria de Baena para detener al bandolero Manuel López el Vizcaya.
La Guardia Civil se ha convertido, a lo largo del tiempo, en una policía integral reconocida en todo el mundo por vuestra profesionalidad, por vuestra capacidad de intervención y por vuestro alto grado de formación para afrontar y resolver los conflictos. Así os lo reconocemos también en nuestra tierra. Porque sabemos que constituís, junto al Cuerpo Nacional de Policía, el núcleo esencial del servicio público policial que el Estado debe ofrecer a la sociedad.
1.505 hombres y mujeres formáis hoy la plantilla de la Guardia Civil en Castellón. Sois 500 más que hace apenas cuatro años. Contáis con recursos materiales y tecnológicos adecuados para combatir la delincuencia y prestar vuestros servicios de auxilio a los ciudadanos.
No obstante, a pesar del gran esfuerzo de actualización de catálogos y equipamientos de los últimos años, el Gobierno va a continuar reforzando vuestra capacidad de actuación. En 2010, en un entorno presupuestario manifiestamente austero, el Ministerio del Interior incrementará en más del 3 por 100 sus recursos financieros para implementar las políticas de seguridad, con más de 5.800 millones de euros.
En línea con ese compromiso del Gobierno, a lo largo de este año hemos puesto en marcha la construcción de los nuevos cuarteles de Morella y Oropesa y se han reanudado las obras del de l’Alcora, después de años de parálisis. Así mismo, hemos dado por concluida la reforma integral del cuartel de Vilafamés, y muy pronto se hará lo propio con el de Segorbe. Quiero aquí agradecer la colaboración de la Diputación y de los ayuntamientos de estas últimas localidades, imprescindible para la culminación de esas obras de reforma. Sin duda, la cooperación leal y eficaz de las distintas administraciones del Estado, en este como en cualquier otro ámbito, es la mejor forma de atender las necesidades de los ciudadanos.
La puesta en servicio de esas nuevas instalaciones y la paulatina remodelación y actualización de las ya existentes permitirá ofrecer un mejor servicio público policial en nuestras comarcas. La importancia de este conjunto de actuaciones, a las que se unirán los cuarteles de Onda y Almassora, pendientes de licitación, y el de Vilafranca, cuyo proyecto ha sido ya redactado, cobra su alcance real si recordamos que la última reforma integral de un cuartel de la provincia se inauguró en 1996 y que el último cuartel de nueva construcción que entró en servicio lo hizo en 1986.
Vuestro trabajo diario y vuestra profesionalidad han permitido rentabilizar en beneficio de la sociedad el esfuerzo del Gobierno por dotados de más efectivos y mejores medios. Gracias por habernos permitido disminuir la tasa delincuencial en la provincia en los últimos años. Vosotros, guardias civiles, y los hombres y mujeres del Cuerpo Nacional de Policía en la provincia, sois los verdaderos artífices de esa tendencia favorable en la lucha contra el delito.
Gracias por ello. Y gracias por el ejemplo de compromiso y de entrega en momentos tan difíciles como los que vivimos a finales de julio en las tierras del Palancia o hace apenas unas semanas en la Plana. Permitidme que reconozca expresamente aquí el trabajo de los muchos guardias civiles que lucharon esforzadamente para proteger a la ciudadanía de la fuerza destructora del fuego y del agua.
Este año estamos celebrando el quincuagésimo aniversario de la constitución de la Agrupación de Tráfico. 50 años de compromiso con la seguridad vial en nuestras carreteras. 50 años trabajando para que nos sintamos más seguros y para que prevalezcan los derechos de todos frente a la irresponsabilidad y la falta de civismo de algunos. Permitidme pues que exprese mi agradecimiento, el del Gobierno y el del conjunto de la sociedad a los hombres y mujeres del Subsector de Tráfico de esta Comandancia. Nuestro reconocimiento a vuestra inestimable labor en la prevención de la siniestralidad vial y el control del tráfico; a vuestro trabajo humanitario de asistencia y ayuda a quienes sufren el dolor, a menudo irreversible, del asfalto. Reconocimiento, también, al alto grado de formación y especialización científica y tecnológica de vuestros equipos de reconstrucción de accidentes, esenciales para que la Justicia pueda establecer las responsabilidades derivadas de los siniestros en la carretera. Vosotros y vosotras, guardias de la Agrupación de Tráfico tenéis mucho que ver en el descenso continuado de la inseguridad vial en el último lustro.
Sirva este agradecimiento público a la labor del Subsector para significar el alto grado de formación y capacitación de las distintas especialidades que prestan su servicio en esta Comandancia. La Unidad de Policía Judicial, la Intervención de Armas y Explosivos, los servicios de Protección de la Naturaleza, Fiscal, Marítimo, Cinológico y de desactivación de Explosivos o el Equipo de Atención al Inmigrante.
Comandante Soler, muy pronto continuarás tu trayectoria profesional en Valencia. Tengo la seguridad de que te llevarás de esta Comandancia el recuerdo de la amistad y del trabajo bien hecho. Sin duda tu alta cualificación profesional se habrá visto enriquecida por la experiencia vivida entre nosotros. Gracias por tu compromiso y mucha suerte.
Esta semana tomará tu relevo el comandante Gálvez. Tomás, vas a iniciar una nueva etapa en tu ya dilatada vida de servicio en la Guardia Civil. Saben de tu capacidad en la compañía de Burriana, que has comandado en los últimos años, y en el norte de la provincia, donde trabajaste durante largo tiempo. Tu experiencia va a ser fundamental en el nuevo tiempo que comienza para esta Comandancia.
También tú, querido Miguel, teniente coronel Fresneda, nos dejas. El año pasado, en este mismo acto, terminé mi intervención despidiéndome de ti. Ninguno de los dos imaginábamos entonces que hoy compartiríamos de nuevo esta celebración de la patrona. Sé que donde vayas aportarás lo mucho y bien que sabes para hacer cada vez más eficaz al Instituto. Mucha suerte, Miguel.
Coronel Díez-Cubelos, durante los últimos cuatro años has sido tú quien has intervenido en este acto como jefe de la Comandancia de Castellón. Hoy estás aquí preparando el traslado hacia tu nuevo destino como jefe de la Comandancia de Granada. Quiero expresarte públicamente el reconocimiento del Gobierno de España al excelente trabajo que has realizado al frente de la Guardia Civil en nuestra provincia.
En lo personal, José Manuel, poco más puedo decirte que no sepas. Han sido muchas horas de conversación guiadas por la sinceridad, la discreción y la serenidad de criterio. Muchas preocupaciones compartidas, decisiones contrastadas e ilusiones perseguidas. Gracias, especialmente, por haberte conducido siempre con lealtad institucional y, también, personal. Gracias porque ese es, para mí, el supremo valor de la amistad. Seguiremos hablando, coronel, y no dudes de que continuaremos discutiendo sobre nuestro siglo XIX, convencido como estoy de que andas buscando argumentos para rebatirme.
En las próximas semanas el teniente coronel Cabello tomará posesión del cargo que tú has ejercido con tanto acierto. Su expediente lo acredita como excelente profesional y no dudo de que sabrá mantener el nivel que tú has dejado.
A todos cuantos habéis sido condecorados, enhorabuena. Entended este acto como muestra de gratitud por vuestro compromiso con la sociedad. Llevad con honor la medalla que la Benemérita os ha entregado.
Deseo expresar también mi gratitud a aquellas personas que han dedicado toda su vida al servicio público desde el cuerpo y que ahora se encuentran ya retirados o en la reserva. Estos veteranos son el ejemplo que debéis seguir los guardias más jóvenes; su experiencia, su profesionalidad y su dedicación deben serviros de guía en vuestra labor profesional.
Me dirijo ahora a vosotros y vosotras, a los familiares de los guardias de esta Comandancia. Sabed que este Instituto no sería lo que es sin vuestro apoyo, sin vuestro callado sacrificio. Sentid el legítimo orgullo de pertenecer al Cuerpo que desde hace 160 años vela por la seguridad de los españoles.
Voy a terminar ya agradeciendo a quienes hoy nos acompañáis vuestra presencia. Y a vosotros y vosotras, hombres y mujeres de la Guardia Civil, instaros a que perseveréis en la consecución del compromiso colectivo de servicio, de ayuda a los demás, de proximidad y colaboración con la sociedad a la que servís.
Gracias a todos y a todas y buen día de la Pilarica.
02 octubre 2009
Discurso pronunciado con motivo de la celebración del Día del Cuerpo Nacional de Policía en Castelló de la Plana el 2 de octubre de 2009
Estamos aquí otro año más celebrando el día de los Ángeles custodios, patrones del Cuerpo Nacional de Policía. Gracias a todos los que hoy nos acompañáis en este acto tan entrañable y que sirve para honrar a cuantos forman parte de la Policía y de los cuerpos generales adscritos.
Como dejó escrito el que fuera catedrático de Derecho Penal y Presidente del Centro Internacional de Investigación sobre la delincuencia, la marginalidad y las relaciones sociales Antonio Beristain en su libro Policía y sociedad democrática: "La actuación de las Fuerzas de Seguridad sirve de termómetro para medir el grado de respeto de una comunidad a los derechos humanos: 'dime la policía que tienes y te diré qué democracia has alcanzado'."
En una sociedad democrática como la nuestra los gobiernos tienen el mandato de la ciudadanía para garantizar la seguridad, la libertad y la igualdad de oportunidades de todos y cada uno de los hombres y mujeres que conforman el cuerpo social.
Vuestro trabajo se convierte por tanto en uno de los pilares esenciales del Estado de derecho en la España democrática, y es determinante para que los ciudadanos y las ciudadanas se sientan seguros y sean efectivamente libres.
La sociedad española disfruta hoy de una democracia plenamente afianzada. Y cuenta, para garantizarla, con una Policía ejemplar, compuesta por hombres y mujeres cabales, disciplinados, excelentes profesionales comprometidos con el imperio de la ley. Hombres y mujeres que habéis sabido ganaros el respeto y la admiración de toda la sociedad. Sois vistos por todos los ciudadanos honrados como garantía de sus derechos y sus libertades. Y por ello os consideran una de las instituciones más valoradas del Estado, como los estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas vienen corroborando año tras año.
Hoy todo el mundo admite que la lucha contra la delincuencia no es una tarea exclusiva de las fuerzas policiales. El delito es un fenómeno complejo, variable y policausal en el que inciden múltiples factores de carácter individual, social e institucional. Pero aunque sólo con policía seremos incapaces de combatir el delito, es incuestionable que para combatirlo la policía juega un papel esencial. Una policía que debe ser eficaz para defender a nuestros ciudadanos y ciudadanas de la pequeña delincuencia callejera, así como de la delincuencia organizada, de la nacida en el seno de las relaciones de género y también de tipos de delincuencia más refinados como la financiera, la alimentaria, la medioambiental, la informática o la delincuencia asociada a la gestión pública e institucional.
Por eso, durante estos años, el Gobierno de España al que represento, ha realizado un gran esfuerzo para dotar al Cuerpo Nacional de Policía de los recursos materiales y humanos que le permitan dar respuesta eficaz a todos los fenómenos delincuenciales. Para continuar con ese compromiso, el Proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2010, a pesar del contexto general de austeridad en el gasto, prevé destinar más de 5.800 millones de euros a las políticas de seguridad (un 3,2 por 100 más que en este ejercicio), especialmente dedicados a la lucha contra la delincuencia organizada en general y contra el terrorismo en particular, la lucha contra el tráfico de drogas y el blanqueo de capitales, la lucha contra la inmigración irregular, y la coordinación y especialización de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Estas políticas del Gobierno han permitido impulsar durante estos años en nuestra provincia:
Todo ello está posibilitando la implementación continuada de programas de calidad que incidan en la atención a las víctimas y demás usuarios de los servicios policiales, refuercen las estrategias preventivas y nos permitan mejorar la percepción subjetiva que los ciudadanos y las ciudadanas tienen de su seguridad. En esa línea, estamos estrechando la relación con los agentes sociales y promoviendo una estrategia de comunicación más eficaz que permita a la ciudadanía conocer en mejor medida el trabajo de su Policía.
Como consecuencia de todo ello, pero fundamentalmente gracias al esfuerzo denodado y a la profesionalidad de cuantos formáis parte de este equipo ejemplar, la Comisaría Provincial de Castellón se ha convertido en una de las más eficaces de España, habiendo conseguido el descenso sostenido de la delincuencia desde 2005 en Castellón y Vila-real y el incremento paralelo de la eficacia policial y del número de detenidos.
Buen trabajo en seguridad. Buen trabajo, también, en el resto de competencias que os reconoce nuestro ordenamiento legal. Los funcionarios y funcionarias de los cuerpos generales han expedido más de 100.000 DNIs y pasaportes electrónicos en el último año y han atendido a más de 56.000 ciudadanos extranjeros. Nunca os agradeceré lo suficiente vuestra dedicación.
Comisario, permíteme que concrete el compromiso de todos vosotros con el conjunto de la sociedad en un hecho puntual. A primera hora de la tarde del pasado 23 de julio la Policía de Castellón movilizó todos sus recursos ante el avance del fuego en las inmediaciones de las urbanizaciones de montaña en el oeste de nuestra ciudad. Los ciudadanos encontraron en vuestro valor y sentido del servicio público el apoyo que en esos momentos difíciles precisaban. Gracias a todos y a todas por ese ejemplo de solidaridad. Gracias también a la Guardia Civil y al resto de servicios de emergencias intervinientes en las tareas de rescate y de lucha contra el fuego.
Jorge, querido Comisario, quiero reconocer públicamente una vez más tu profesionalidad, tu entrega y tu buen hacer. Tú, el equipo de dirección que comanda la Comisaría y los funcionarios y funcionarias que tienes a tu cargo sois los principales responsables del buen trabajo hecho y de sus excelentes resultados. La gente de Castellón y Vila-real nos sentimos en deuda con quienes os jugáis la vida a diario por defender nuestra dignidad.
A quienes hoy habéis sido condecorados, señalaros que lo habéis sido por los servicios prestados a la sociedad a la que servís y que representáis mejor que nadie el carácter abnegado y valeroso de la Policía. Vosotros y vuestras familias merecéis nuestro reconocimiento sincero, y el de toda la sociedad de Castellón.
No puedo olvidar aquí a aquellos agentes que perdieron su vida o su salud defendiendo los derechos y las libertades de todos nosotros. Ni a sus familiares, que sintieron el dolor y el desconsuelo de la pérdida.
A todos, de todo corazón, muchas gracias.
Como dejó escrito el que fuera catedrático de Derecho Penal y Presidente del Centro Internacional de Investigación sobre la delincuencia, la marginalidad y las relaciones sociales Antonio Beristain en su libro Policía y sociedad democrática: "La actuación de las Fuerzas de Seguridad sirve de termómetro para medir el grado de respeto de una comunidad a los derechos humanos: 'dime la policía que tienes y te diré qué democracia has alcanzado'."
En una sociedad democrática como la nuestra los gobiernos tienen el mandato de la ciudadanía para garantizar la seguridad, la libertad y la igualdad de oportunidades de todos y cada uno de los hombres y mujeres que conforman el cuerpo social.
Vuestro trabajo se convierte por tanto en uno de los pilares esenciales del Estado de derecho en la España democrática, y es determinante para que los ciudadanos y las ciudadanas se sientan seguros y sean efectivamente libres.
La sociedad española disfruta hoy de una democracia plenamente afianzada. Y cuenta, para garantizarla, con una Policía ejemplar, compuesta por hombres y mujeres cabales, disciplinados, excelentes profesionales comprometidos con el imperio de la ley. Hombres y mujeres que habéis sabido ganaros el respeto y la admiración de toda la sociedad. Sois vistos por todos los ciudadanos honrados como garantía de sus derechos y sus libertades. Y por ello os consideran una de las instituciones más valoradas del Estado, como los estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas vienen corroborando año tras año.
Hoy todo el mundo admite que la lucha contra la delincuencia no es una tarea exclusiva de las fuerzas policiales. El delito es un fenómeno complejo, variable y policausal en el que inciden múltiples factores de carácter individual, social e institucional. Pero aunque sólo con policía seremos incapaces de combatir el delito, es incuestionable que para combatirlo la policía juega un papel esencial. Una policía que debe ser eficaz para defender a nuestros ciudadanos y ciudadanas de la pequeña delincuencia callejera, así como de la delincuencia organizada, de la nacida en el seno de las relaciones de género y también de tipos de delincuencia más refinados como la financiera, la alimentaria, la medioambiental, la informática o la delincuencia asociada a la gestión pública e institucional.
Por eso, durante estos años, el Gobierno de España al que represento, ha realizado un gran esfuerzo para dotar al Cuerpo Nacional de Policía de los recursos materiales y humanos que le permitan dar respuesta eficaz a todos los fenómenos delincuenciales. Para continuar con ese compromiso, el Proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2010, a pesar del contexto general de austeridad en el gasto, prevé destinar más de 5.800 millones de euros a las políticas de seguridad (un 3,2 por 100 más que en este ejercicio), especialmente dedicados a la lucha contra la delincuencia organizada en general y contra el terrorismo en particular, la lucha contra el tráfico de drogas y el blanqueo de capitales, la lucha contra la inmigración irregular, y la coordinación y especialización de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Estas políticas del Gobierno han permitido impulsar durante estos años en nuestra provincia:
- La modernización de las estructuras y medios materiales con que cuenta la Policía en Castellón, lo que nos está permitiendo dar respuesta eficaz y preventiva contra la actividad delincuencial en la conurbación Castellón-Vila-real.
- El incremento del número de efectivos con que cuenta la Policía Nacional en la provincia. De los 265 policías que configuraban nuestro catálogo en 2005 hemos pasado a 390 en la actualidad.
- La construcción de una nueva Comisaría Provincial en la ciudad de Castellón, que a fecha de hoy se encuentra muy avanzada y que podrá ser inaugurada el próximo año.
Todo ello está posibilitando la implementación continuada de programas de calidad que incidan en la atención a las víctimas y demás usuarios de los servicios policiales, refuercen las estrategias preventivas y nos permitan mejorar la percepción subjetiva que los ciudadanos y las ciudadanas tienen de su seguridad. En esa línea, estamos estrechando la relación con los agentes sociales y promoviendo una estrategia de comunicación más eficaz que permita a la ciudadanía conocer en mejor medida el trabajo de su Policía.
Como consecuencia de todo ello, pero fundamentalmente gracias al esfuerzo denodado y a la profesionalidad de cuantos formáis parte de este equipo ejemplar, la Comisaría Provincial de Castellón se ha convertido en una de las más eficaces de España, habiendo conseguido el descenso sostenido de la delincuencia desde 2005 en Castellón y Vila-real y el incremento paralelo de la eficacia policial y del número de detenidos.
Buen trabajo en seguridad. Buen trabajo, también, en el resto de competencias que os reconoce nuestro ordenamiento legal. Los funcionarios y funcionarias de los cuerpos generales han expedido más de 100.000 DNIs y pasaportes electrónicos en el último año y han atendido a más de 56.000 ciudadanos extranjeros. Nunca os agradeceré lo suficiente vuestra dedicación.
Comisario, permíteme que concrete el compromiso de todos vosotros con el conjunto de la sociedad en un hecho puntual. A primera hora de la tarde del pasado 23 de julio la Policía de Castellón movilizó todos sus recursos ante el avance del fuego en las inmediaciones de las urbanizaciones de montaña en el oeste de nuestra ciudad. Los ciudadanos encontraron en vuestro valor y sentido del servicio público el apoyo que en esos momentos difíciles precisaban. Gracias a todos y a todas por ese ejemplo de solidaridad. Gracias también a la Guardia Civil y al resto de servicios de emergencias intervinientes en las tareas de rescate y de lucha contra el fuego.
Jorge, querido Comisario, quiero reconocer públicamente una vez más tu profesionalidad, tu entrega y tu buen hacer. Tú, el equipo de dirección que comanda la Comisaría y los funcionarios y funcionarias que tienes a tu cargo sois los principales responsables del buen trabajo hecho y de sus excelentes resultados. La gente de Castellón y Vila-real nos sentimos en deuda con quienes os jugáis la vida a diario por defender nuestra dignidad.
A quienes hoy habéis sido condecorados, señalaros que lo habéis sido por los servicios prestados a la sociedad a la que servís y que representáis mejor que nadie el carácter abnegado y valeroso de la Policía. Vosotros y vuestras familias merecéis nuestro reconocimiento sincero, y el de toda la sociedad de Castellón.
No puedo olvidar aquí a aquellos agentes que perdieron su vida o su salud defendiendo los derechos y las libertades de todos nosotros. Ni a sus familiares, que sintieron el dolor y el desconsuelo de la pérdida.
A todos, de todo corazón, muchas gracias.
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