26 agosto 2014

Estado de excepción electoral

Dicen Rajoy y Fabra que van a cambiar la ley electoral porque la ciudadanía quiere ver gobernando sus municipios a quienes dieron su voto para hacerlo. Que van a hacerlo para que no se produzcan pactos postelectorales que generen mayorías distintas a las decididas por los votantes. Y para ello van a modificar las reglas del juego que rigen los procesos electorales de forma unilateral, sin contar con nadie, sin atender lo que manifiestan el resto de formaciones políticas y la generalidad de los expertos, aplicando el trágala de su rodillo parlamentario. Puro cinismo político para intentar blindar su poder municipal en tiempos revueltos. ¿Acaso carecen de legitimidad sus miles de alcaldías conseguidas con la actual legislación? ¿Acaso los pactos postelectorales que permitieron a Eduardo Zaplana y a Rita Barberá gobernar en Benidorm y Valencia eran ilegítimos? Mienten a sabiendas de que lo que pretenden es bloquear el acceso de mayorías progresistas a los gobiernos municipales. Mienten a sabiendas de que es una irresponsabilidad manifiesta y una deslealtad con la democracia cercenar la capacidad de negociación de la política para encontrar mayorías de gobierno. Rajoy y Fabra van a forzar la legalidad y la legitimidad democráticas para imponer un estado de excepción electoral contra las mayorías sociales. Y con ello van a deslegitimar su propia fuerza electoral. Tal es su grado de mezquindad política: la democracia, antes rota que compartida. Como bien ha dicho Ximo Puig, esto nada tiene que ver con la regeneración política de la que habla esta gente; más bien es una apuesta más por la degeneración de la política.

PD: Es falso de toda falsedad que el PSOE propusiera algo similar, ni en la forma ni en el fondo. El procedimiento electoral no es intocable. Pero debe hacerse por consenso y para garantizar más y no menos democracia.


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