Las declaraciones del diputado popular en el Congreso Guillermo Collarte respecto a sus dificultades para pasar el mes con los 5.100 euros que percibe como diputado y concejal de Ourense han hecho un muy flaco favor al Gobierno y al conjunto de los representantes públicos españoles. En tiempo de enorme dificultad para gran parte de la ciudadanía la insensatez y la falta de empatía de este hombre no ayudan al sosiego que precisa nuestra sociedad. No estoy entre los que, desde posiciones distintas, anatemizan a los políticos y abominan de sus sueldos. Creo que esa causa general contra quienes nos representan legítimamente debilita nuestra democracia y nos hace más vulnerables a los cantos de sirena de una extrema derecha rediviva. Pero la indecencia de tipos como este, cortocircuitados de la realidad por el ejercicio irresponsable de los privilegios que el pueblo les ha otorgado, contribuyen al descrédito de la vida política. Y aquellos que lo hacen deben padecer la condena pública de todos y de todas: la democracia se construye a partir de la virtud republicana de quienes reciben la confianza de la ciudadanía.
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