Os voy a contar un secreto sobre el informe PISA que periódicamente evalúa la calidad de los sistemas educativos y que en España sirve para arreciar la autoflajelación de la sociedad. En realidad no es un secreto, basta con mirar los resultados publicados, pero a la vista de los titulares de prensa y del ruido que sistemáticamente provoca este informe así lo pareciera. A ver, es evidente que no somos la referencia educativa del mundo. Ni en educación ni en muchas otras cuestiones. Pero cuando uno mira los resultados se encuentra con lo siguiente: a) competencia matemática, estamos tres puestos por encima de Estados Unidos, cinco por encima de Suecia y tres por debajo de Noruega; b) comprensión lectora, por encima de Islandia o de Suecia (cuatro y cinco puestos respectivamente); c) competencia científica, estamos uno, dos y tres puestos por debajo de Estados Unidos, Dinamarca y Francia y dos por encima de Noruega, tres de Italia, nueve de Suecia o diez de Islandia. Son malos resultados, probablemente. Debemos aspirar a más, sin duda. Aunque mucho me temo que nuestra tradicional propensión autodestructiva lo hace muy difícil. Si nos empeñamos en compararnos sistemáticamente con Finlandia, y ahora con Singapur o Corea, estamos condenados a la melancolía más absoluta. Y resulta que se han mejorado (durante la vigencia de la ley de Educación de Zapatero) los resultados del anterior informe. En fin.
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