Ayer escribía mi querido y admirado Pepe Reig Cruañes un certero artículo sobre Jordi Évole. Hablaba Pepe de cómo Pedro J (ese Jota Pedro de Miguel Ángel Aguilar) se había salvado en el último #Salvados del placaje del que se presume rompeolas de todas las indecencias patrias. No fue Évole capaz de poner un minuto en evidencia al susodicho. Ni siquiera su teoría de la conspiración del 11M, fabulada impunemente sobre la memoria de casi 200 muertos, fue objeto de la tantas veces aguda insistencia del otrora Follonero. Y el caso es que no acabo de tener claro que fuera descuido o falta de tenacidad. Hace ya un tiempo pedía yo desde aquí un Salvados sobre los medios de comunicación. Sería bueno para todos, una vez sabido que somos lo peor de lo peor y que Finlandia y Suiza quedan fuera de nuestro alcance, conocer qué hay detrás de lo que vemos, leemos u oímos en los medios. Qué intereses representan los conglomerados mediáticofinancieros que gobiernan la información emitida por esos medios masivos. Cuál es la relación que mantienen Gabilondo y Cebrián, por ejemplo. O Évole y Lara. Por qué quedan fuera de cuestión determinadas informaciones sobre determinadas empresas en determinados medios. Digo yo que todo eso sería también interesante para la ciudadanía. O es que interesa más a esas empresas y a esos conglomerados atizar hasta reventar las estructuras políticas de este país. Sabemos, sé, que en la crisis política que vivimos tiene mucho que ver el mal ejercicio de la política por muchos. Indubitable. Pero quiero saber, también, qué parte tienen en este juego los grandes patrones mediáticos.
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