Publicado en Mediterráneo el 18 de abril de 2015
Participar. Esa es la clave del cambio político y social que estamos viviendo. Una política inclusiva para sumar y no para achicar espacios. Participar para ser y no solo para estar. Para decidir y no solo para decir. Ese es el gran reto que tienen las fuerzas políticas que en unas semanas contenderán en las elecciones municipales y autonómicas de mayo.
Cambiar las estructuras y las formas de gobernación de nuestras instituciones para garantizar la participación activa de la ciudadanía y propiciar el activismo democrático para radicalizar la legitimidad de las decisiones públicas. Abrirlas para hacerlas transparentes, de cristal, y posibilitar el control ciudadano y la evaluación de las políticas públicas. Enriquecerlas mediante la deliberación pública y la creación de consensos de amplio sustrato social en los procesos de toma de decisiones. Y contribuir a la creación de una sociedad en red real, que fomente la corresponsabilidad de todos los actores sociales y el empoderamiento ciudadano.
Porque se trata no solo de regenerar la política, también de reactivarla, de resituarla en el centro de la vida pública para devolverle su carácter esencialmente transformador. En Castelló de la Plana sabemos que ese giro hacia instituciones y políticas participativas es vital para cambiar las cosas. Sabemos que ya nada puede seguir siendo igual, que no es posible que a estas alturas persistan vicios clientelares impropios de una sociedad del siglo XXI.
Mirad, la crisis iniciada en el 2008 ha golpeado nuestra tierra como a ninguna otra en España. Lo dicen las investigaciones académicas y lo vivimos nosotros en nuestras familias. El modelo de generación de riqueza y de construcción social que durante décadas nos han vendido como paradigma de la prosperidad es pura ficción. Y a ese estado de cosas ha contribuido de forma esencial la opacidad de nuestras instituciones locales, que han actuado más para premiar al amigo que para liderar la modernización de nuestras estructuras productivas y de convivencia.
Los y las socialistas castellonenses queremos romper con ese corsé que ahoga nuestras posibilidades colectivas. Y tenemos la convicción que desde el ayuntamiento se puede hacer mucho más para impulsar los cambios que necesitamos. Haciendo de las políticas municipales un espacio colaborativo que propicie la implicación de la mayoría. Queremos y haremos que el ayuntamiento sea una casa de cristal para que veamos y sepamos cuanto allí se hace. Casa de todos y de todas, abierta y transparente, inclusiva, para que seamos, de verdad, partícipes y protagonistas de nuestro futuro.
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