Publicado en Mediterráneo el 30 de octubre de 2010
El Gobierno de España está decidido a continuar en su lucha radical contra la corrupción y el fraude. Tal vez esto les parezca mal a algunos. No dudo de que los hay que preferirían que el Estado no se metiera en sus asuntos ni en el de sus amigos; que desearían que la sociedad mirara hacia otro lado y les dejara seguir con sus "cosas" y las "cosas" de sus amigos. Pero, lamentablemente para ellos y afortunadamente para la sociedad y la democracia, vivimos en un Estado de Derecho en el que nadie está por encima de la ley, en el que la ley debe ser cumplida y en el que no es admisible ni el abuso de poder, ni el enriquecimiento ilícito a costa del bien público.
Por eso, esta semana el Gobierno ha recuperado para las arcas públicas 260 millones de euros procedentes de 300 contribuyentes que tenían cuentas opacas en Suiza, en el mayor golpe contra el fraude fiscal que se ha registrado en España. Esto se suma a los 42.000 millones recaudados mediante actuaciones de control y prevención del fraude desde 2005. Para que usted se haga una idea de lo que supone esta cantidad, con ese dinero se podrían edificar 28.000 escuelas infantiles como las construidas con el Plan E en Castellón; o 1.500 polideportivos como el recientemente inaugurado en Burriana; o 5.600 kilómetros del TRAM, al coste declarado por la Generalitat Valenciana. En definitiva, son más de siete billones (con b) de las antiguas pesetas.
La determinación del Gobierno de Rodríguez Zapatero es total en su voluntad de hacer de la española una sociedad más justa y más transparente, en la que los espacios de impunidad para quienes pretendan defraudar a la sociedad se achiquen.
Ese compromiso es consustancial con las políticas de progreso. Porque una sociedad se hace mejor, más fuerte, más democrática cuanto más y mejor combate el fraude y la corrupción. Ya en 1995, el último gobierno de Felipe González creó la Fiscalía Especial para la Represión de los Delitos Económicos relacionados con la Corrupción, la conocida como Fiscalía anticorrupción. Once años después, en abril de 2006, el Gobierno creó la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo y una unidad especializada de la Guardia Civil contra la corrupción urbanística. Seguro que no es casual que en ambos casos hayan sido gobiernos socialistas los que hayan impulsado la creación de esos instrumentos tan determinantes en la lucha contra los corruptos.
Miren, en 2005, una década después de su creación y tras ocho años de Aznar en el Gobierno, había 10 fiscales anticorrupción. Hoy son 30 los que integran esa Fiscalía especial. Además, desde 2006 se ha dotado a la Justicia de 50 nuevos fiscales dedicados en exclusiva a perseguir los delitos medioambientales y urbanísticos en todas las provincias. A ello hay que añadir la ampliación de tipos penales y el endurecimiento del Código Penal con los delitos de corrupción y las modificaciones en las leyes de Montes y del Suelo.
La Administración de Justicia española tiene hoy más instrumentos que nunca para perseguir, enjuiciar y condenar a defraudadores y corruptos. Algunos llaman a esto conspiración del Estado (el Gobierno, la Fiscalía, la Judicatura y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad) contra ellos. Es la estrategia del calamar. Una sociedad decente no puede consentir la burla de unos pocos contra el esfuerzo y el trabajo honrados de la inmensa mayoría; no puede permanecer con los brazos cruzados ante el cinismo impúdico de quienes pretenden corromper el sistema de garantías legales y de valores democráticos sobre el que se construye nuestra sociedad.
Huguette Labelle, presidenta de Transparencia Internacional (http://www.transparency.org/), una organización no gubernamental de implantación mundial que trabaja para crear conciencia cívica sobre los efectos nocivos de la corrupción en el mundo, decía hace unos días: “Permitir que persista la corrupción es inaceptable; son demasiadas las personas pobres y vulnerables que continúan sufriendo sus consecuencias en todo el mundo. Debemos asegurar una implementación más rigurosa de las normas y reglas existentes y evitar que existan refugios donde los corruptos puedan esconderse u ocultar sus fondos”. Pues eso.
30 octubre 2010
25 octubre 2010
Los entresijos de la crisis mundial, a través de Redes
Redes es, sin lugar a dudas, un espacio de reflexión sobre nosotros, sobre el devenir de la Humanidad, sobre cuanto nos ocurre. Un tiempo de referencia en la televisión pública española para entendernos mejor, para reconocernos mejor, para comprender cuál es nuestro lugar en el mundo. Me confieso seguidor del programa de Eduard Punset, de sus propuestas, de sus consideraciones y de su visión. Con espíritu crítico, por supuesto, cuestionando a través del crisol de la realidad diaria muchas de sus aseveraciones pero enriqueciéndonos con su aportación en asuntos como la inteligencia emocional, la cultura del talento y el conocimiento, la empatía, la felicidad, el compromiso con el cambio...
En su edición del 17 de octubre de 2010, con el título Los entresijos de la crisis mundial, Redes nos dio una nueva lección de claridad expositiva y de compromiso con su tiempo.
12 octubre 2010
Discurso con motivo de la celebración del día de la patrona de la Guardia Civil en Castelló de la Plana el 12 de octubre de 2010
Un año más nos hemos convocado aquí para honrar el trabajo de los guardias civiles de Castellón. Nos dice el diccionario de la Real Academia Española que benemérito es quien es digno de reconocimiento. Por ello, hoy, día de la patrona de este Benemérito Instituto, el día del Pilar, nuestra fiesta nacional, reconocemos públicamente el esfuerzo abnegado de hombres y mujeres que velan a diario por nuestra dignidad, por nuestros derechos y por nuestras libertades. Y permitidme que recuerde ahora a los muchos guardias civiles que, en estos momentos junto a otros empleados públicos, están alerta frente a los efectos indeseados del temporal marítimo y de la lluvia en nuestras comarcas.
Por cuarto año me dirijo a vosotros y vosotras desde este templo del servicio público que es la Comandancia de la Guardia Civil en nuestra provincia. Un espacio público que simboliza el compromiso del Estado, del Gobierno y del conjunto de nuestras instituciones con la ciudadanía castellonense. Hoy, aquí, está el sentir de los 600.000 ciudadanos y ciudadanas que viven y trabajan en Castellón, su reconocimiento hacia vosotros.
Teniente coronel Cabello, querido Julio. Hace ahora un año que te incorporaste a esta Comandancia. Tenías el difícil reto profesional de consolidar y dar continuidad al trabajo de José Manuel Díez Cubelos. Ten la certeza de haber afrontado con determinación ese reto. Durante este tiempo tu voz al otro lado del teléfono cada día, o en nuestros encuentros habituales en la Subdelegación o en esta casa o en los cuarteles y puestos de la provincia o en las reuniones de oficiales…, tu voz, digo, ha sido la voz de la lealtad razonada, del sentido común, del compromiso con esta tierra, de la vocación de servicio a la sociedad y al Estado. Gracias, Julio, por tu trabajo y por tu amistad en un tiempo difícil como el que vivimos. Gracias en mi nombre y en el del Gobierno de España y, sobre todo, en nombre de la gente de esta tierra.
En los últimos años, la Comandancia, su organización, su presencia en el territorio, sus métodos de trabajo, su equipamiento, se han transformado en profundidad.
Este año hemos inaugurado la primera casa-cuartel desde 1981. Un buen número de nuestros guardias no habían nacido ese año. No me satisface; me ruboriza, en verdad. ¡29 años sin poner en servicio un nuevo cuartel de la Guardia Civil en Castellón! Por ello sentí, como representante del Gobierno y especialmente como castellonense, que la inauguración del cuartel de l’Alcora el pasado mes de julio era un acto de justicia hacia vosotros que abría un tiempo nuevo.
¡No dejaremos pasar 29 años más para dotaros de nuevos cuarteles! La semana pasada se recepcionó el cuartel de Morella, que comenzará a dar servicio a los ciudadanos y ciudadanas de els Ports muy pronto. Y a comienzos de 2011 concluirán las obras del de Oropesa. De esta forma, en un año Castellón contará con 8.000 metros cuadrados nuevos construidos para mejorar el servicio que la Guardia Civil presta en nuestras comarcas. Si a ello unimos los 7.000 metros de la nueva comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en esta ciudad, vamos a poner a disposición de la sociedad 15.000 metros cuadrados de instalaciones policiales en menos de un año.
A ello hay que añadir el esfuerzo que el Ministerio del Interior, en colaboración con la Diputación y los ayuntamientos, está haciendo para renovar viejos equipamientos. Como la rehabilitación integral del cuartel de Vilafamés inaugurada en 2009 o el de Segorbe, que muy pronto estará culminada.
A algunos esto les parece insuficiente. Tal vez. Todos quisiéramos más y mejores cuarteles, como queremos más y mejores colegios, o residencias para mayores, hospitales, carreteras y centros de acogida para mujeres maltratadas. Pero esto es lo que hoy, con los recursos de que disponemos, podemos ofrecer a la ciudadanía. Seguiremos trabajando, no os queda ninguna duda, para dignificar las condiciones en que los agentes prestan su servicio público policial.
Desde 2006, el catálogo de la Guardia Civil en Castellón se ha incrementado en un 51 por cien, pasando de 1.000 a 1.513 efectivos. Durante ese tiempo la población de vuestra área de competencia ha crecido en un 9 por cien. De este modo hemos pasado de 319 agentes por habitante en 2004 a 246 en la actualidad.
Este esfuerzo nos ha permitido aumentar significativamente la presencia del Instituto en el territorio. En la Vall d’Uixó, por ejemplo, hemos pasado en cinco años de 35 a 83 efectivos; en Burriana de 55 a 96; en Onda de 18 a 48; en Almassora de 23 a 46; en Oropesa de 18 a 49; en Cabanes de 10 a 28; en Peñíscola de 20 a 35; o en Vinaròs de 51 a 74. Porque garantizar la seguridad de los ciudadanos constituye una de las políticas estratégicas del Gobierno y no vamos a renunciar a ese compromiso.
Tenemos más y mejores medios que nunca para luchar contra la delincuencia. Y así nos lo dice la evolución de las tasa de criminalidad. Por ello debemos extremar, quienes trabajamos para la sociedad desde las instituciones públicas, nuestro sentido de la responsabilidad. Nos dejó escrito Epicteto en su Enchiridion, hace 2.300 años, que “lo que inquieta a las personas no son los hechos en sí, sino lo que interpretan como hechos”. Hagamos, pues, un esfuerzo todos por no inquietar más a los ciudadanos de lo que las dificultades ciertas del presente les inquietan.
Porque la sociedad precisa de confianza en el Estado y las instituciones. Y las víctimas de la delincuencia requieren de un trato digno y de actuaciones eficaces que restituyan su tranquilidad. A ellas pido disculpas públicas disculpas por no haber podido evitar su daño. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado seguirán esforzándose, día a día, para agrandar los espacios de seguridad y poner a disposición judicial a quienes no sepan, no puedan o no quieran respetarlos.
Quiero dirigirme ahora a los jóvenes guardias que se han ido incorporando en los últimos años a esta Comandancia. Mirad, el Estado, la Administración es la casa de lo público, es el espacio desde el que se fabrican los derechos, desde el que se garantiza la seguridad y la igualdad de oportunidades para todos y para todas. Así lo creo, y lo creo con convicción. Y en él, vosotros y vosotras, los guardias civiles tenéis un protagonismo esencial. Sentidlo así y ejerced la dignidad del uniforme que os distingue con la exigencia que merece.
Porque formáis parte de una institución querida y valorada por nuestra sociedad. Honrad siempre la memoria de tantos guardias civiles que han dado lo mejor de sí por el servicio. Dejadme aquí recordar al capitán José María Galera Córdoba y al alférez Abraham Bravo Picallo que, junto al intérprete Ataollah Taefik Alili, caían el pasado 25 de agosto víctimas de un atentado en la base española de Qala i Naw, en Afganistán. Fueron abatidos a tiros mientras desempeñaban su misión de formación y adiestramiento de la policía afgana. El ejemplo de estos servidores públicos, su sacrificio por la causa de la libertad, la justicia y el progreso a miles de kilómetros de nuestro país expresa mejor que estas palabras el sentido de vuestro compromiso radical con la sociedad y con la patria.
Quiero significar en tres apellidos mi admiración por todos vosotros. Tres hombres cabales simbolizan hoy, aquí y para mí aquello que decía la cartilla del Cuerpo en 1852: “el guardia civil debe ser prudente sin debilidad, firme sin violencia y político sin bajeza. No debe ser temido sino de los malhechores, ni temible salvo a los enemigos del orden”.
Gálvez, Rico y Cobo. Comandante, tu magisterio policial, tu compromiso ciudadano y tu disponibilidad para el servicio te han hecho acreedor del respeto y la consideración de cuantos tenemos el inmenso honor de trabajar contigo. Enhorabuena, Tomás.
El capitán Rico dejará en las próximas semanas nuestra Comandancia. Ángel, no olvidaremos tu sentido de la responsabilidad ni tu vocación de servicio. En ti deben mirarse nuestros jóvenes guardias para entender con plenitud qué significa ser guardia civil. Gracias por siempre, capitán.
Y a ti, Vicente, gratitud inmensa. Sabes que no debo ni puedo decir más. Sólo reconocerte tu decisiva contribución para hacer mejor esta Comandancia, tu entrega durante tantos años, tu afán por ejercer siempre tu trabajo con profesionalidad admirable.
A las distintas asociaciones profesionales de guardias civiles, expresaros el respeto del Gobierno por vuestro trabajo en aras de las mejores condiciones para que los agentes del Instituto presten su servicio adecuadamente. Hemos recorrido un largo camino. Y sabemos lo que queda todavía por andar, con la convicción de que, desde la lealtad mutua, encontraremos la ruta de la excelencia en la que todos coincidimos.
Voy a terminar ya agradeciendo a quienes hoy nos acompañáis vuestra presencia. A todos cuantos habéis sido condecorados, enhorabuena. Entended este acto como muestra de gratitud por vuestro servicio a la sociedad. A los familiares, por tantos desvelos y sacrificios, por ese apoyo constante sin el que sería imposible superar las dificultades cotidianas a las que se enfrentan nuestros agentes. Y a vosotros y vosotras, hombres y mujeres de la Guardia Civil, instaros a que perseveréis en la consecución del compromiso colectivo de servicio, de ayuda a los demás, de proximidad y colaboración con la sociedad a la que servís.
Gracias a todos y a todas, buena suerte y buen día de la Pilarica.
Por cuarto año me dirijo a vosotros y vosotras desde este templo del servicio público que es la Comandancia de la Guardia Civil en nuestra provincia. Un espacio público que simboliza el compromiso del Estado, del Gobierno y del conjunto de nuestras instituciones con la ciudadanía castellonense. Hoy, aquí, está el sentir de los 600.000 ciudadanos y ciudadanas que viven y trabajan en Castellón, su reconocimiento hacia vosotros.
Teniente coronel Cabello, querido Julio. Hace ahora un año que te incorporaste a esta Comandancia. Tenías el difícil reto profesional de consolidar y dar continuidad al trabajo de José Manuel Díez Cubelos. Ten la certeza de haber afrontado con determinación ese reto. Durante este tiempo tu voz al otro lado del teléfono cada día, o en nuestros encuentros habituales en la Subdelegación o en esta casa o en los cuarteles y puestos de la provincia o en las reuniones de oficiales…, tu voz, digo, ha sido la voz de la lealtad razonada, del sentido común, del compromiso con esta tierra, de la vocación de servicio a la sociedad y al Estado. Gracias, Julio, por tu trabajo y por tu amistad en un tiempo difícil como el que vivimos. Gracias en mi nombre y en el del Gobierno de España y, sobre todo, en nombre de la gente de esta tierra.
En los últimos años, la Comandancia, su organización, su presencia en el territorio, sus métodos de trabajo, su equipamiento, se han transformado en profundidad.
Este año hemos inaugurado la primera casa-cuartel desde 1981. Un buen número de nuestros guardias no habían nacido ese año. No me satisface; me ruboriza, en verdad. ¡29 años sin poner en servicio un nuevo cuartel de la Guardia Civil en Castellón! Por ello sentí, como representante del Gobierno y especialmente como castellonense, que la inauguración del cuartel de l’Alcora el pasado mes de julio era un acto de justicia hacia vosotros que abría un tiempo nuevo.
¡No dejaremos pasar 29 años más para dotaros de nuevos cuarteles! La semana pasada se recepcionó el cuartel de Morella, que comenzará a dar servicio a los ciudadanos y ciudadanas de els Ports muy pronto. Y a comienzos de 2011 concluirán las obras del de Oropesa. De esta forma, en un año Castellón contará con 8.000 metros cuadrados nuevos construidos para mejorar el servicio que la Guardia Civil presta en nuestras comarcas. Si a ello unimos los 7.000 metros de la nueva comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en esta ciudad, vamos a poner a disposición de la sociedad 15.000 metros cuadrados de instalaciones policiales en menos de un año.
A ello hay que añadir el esfuerzo que el Ministerio del Interior, en colaboración con la Diputación y los ayuntamientos, está haciendo para renovar viejos equipamientos. Como la rehabilitación integral del cuartel de Vilafamés inaugurada en 2009 o el de Segorbe, que muy pronto estará culminada.
A algunos esto les parece insuficiente. Tal vez. Todos quisiéramos más y mejores cuarteles, como queremos más y mejores colegios, o residencias para mayores, hospitales, carreteras y centros de acogida para mujeres maltratadas. Pero esto es lo que hoy, con los recursos de que disponemos, podemos ofrecer a la ciudadanía. Seguiremos trabajando, no os queda ninguna duda, para dignificar las condiciones en que los agentes prestan su servicio público policial.
Desde 2006, el catálogo de la Guardia Civil en Castellón se ha incrementado en un 51 por cien, pasando de 1.000 a 1.513 efectivos. Durante ese tiempo la población de vuestra área de competencia ha crecido en un 9 por cien. De este modo hemos pasado de 319 agentes por habitante en 2004 a 246 en la actualidad.
Este esfuerzo nos ha permitido aumentar significativamente la presencia del Instituto en el territorio. En la Vall d’Uixó, por ejemplo, hemos pasado en cinco años de 35 a 83 efectivos; en Burriana de 55 a 96; en Onda de 18 a 48; en Almassora de 23 a 46; en Oropesa de 18 a 49; en Cabanes de 10 a 28; en Peñíscola de 20 a 35; o en Vinaròs de 51 a 74. Porque garantizar la seguridad de los ciudadanos constituye una de las políticas estratégicas del Gobierno y no vamos a renunciar a ese compromiso.
Tenemos más y mejores medios que nunca para luchar contra la delincuencia. Y así nos lo dice la evolución de las tasa de criminalidad. Por ello debemos extremar, quienes trabajamos para la sociedad desde las instituciones públicas, nuestro sentido de la responsabilidad. Nos dejó escrito Epicteto en su Enchiridion, hace 2.300 años, que “lo que inquieta a las personas no son los hechos en sí, sino lo que interpretan como hechos”. Hagamos, pues, un esfuerzo todos por no inquietar más a los ciudadanos de lo que las dificultades ciertas del presente les inquietan.
Porque la sociedad precisa de confianza en el Estado y las instituciones. Y las víctimas de la delincuencia requieren de un trato digno y de actuaciones eficaces que restituyan su tranquilidad. A ellas pido disculpas públicas disculpas por no haber podido evitar su daño. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado seguirán esforzándose, día a día, para agrandar los espacios de seguridad y poner a disposición judicial a quienes no sepan, no puedan o no quieran respetarlos.
Quiero dirigirme ahora a los jóvenes guardias que se han ido incorporando en los últimos años a esta Comandancia. Mirad, el Estado, la Administración es la casa de lo público, es el espacio desde el que se fabrican los derechos, desde el que se garantiza la seguridad y la igualdad de oportunidades para todos y para todas. Así lo creo, y lo creo con convicción. Y en él, vosotros y vosotras, los guardias civiles tenéis un protagonismo esencial. Sentidlo así y ejerced la dignidad del uniforme que os distingue con la exigencia que merece.
Porque formáis parte de una institución querida y valorada por nuestra sociedad. Honrad siempre la memoria de tantos guardias civiles que han dado lo mejor de sí por el servicio. Dejadme aquí recordar al capitán José María Galera Córdoba y al alférez Abraham Bravo Picallo que, junto al intérprete Ataollah Taefik Alili, caían el pasado 25 de agosto víctimas de un atentado en la base española de Qala i Naw, en Afganistán. Fueron abatidos a tiros mientras desempeñaban su misión de formación y adiestramiento de la policía afgana. El ejemplo de estos servidores públicos, su sacrificio por la causa de la libertad, la justicia y el progreso a miles de kilómetros de nuestro país expresa mejor que estas palabras el sentido de vuestro compromiso radical con la sociedad y con la patria.
Quiero significar en tres apellidos mi admiración por todos vosotros. Tres hombres cabales simbolizan hoy, aquí y para mí aquello que decía la cartilla del Cuerpo en 1852: “el guardia civil debe ser prudente sin debilidad, firme sin violencia y político sin bajeza. No debe ser temido sino de los malhechores, ni temible salvo a los enemigos del orden”.
Gálvez, Rico y Cobo. Comandante, tu magisterio policial, tu compromiso ciudadano y tu disponibilidad para el servicio te han hecho acreedor del respeto y la consideración de cuantos tenemos el inmenso honor de trabajar contigo. Enhorabuena, Tomás.
El capitán Rico dejará en las próximas semanas nuestra Comandancia. Ángel, no olvidaremos tu sentido de la responsabilidad ni tu vocación de servicio. En ti deben mirarse nuestros jóvenes guardias para entender con plenitud qué significa ser guardia civil. Gracias por siempre, capitán.
Y a ti, Vicente, gratitud inmensa. Sabes que no debo ni puedo decir más. Sólo reconocerte tu decisiva contribución para hacer mejor esta Comandancia, tu entrega durante tantos años, tu afán por ejercer siempre tu trabajo con profesionalidad admirable.
A las distintas asociaciones profesionales de guardias civiles, expresaros el respeto del Gobierno por vuestro trabajo en aras de las mejores condiciones para que los agentes del Instituto presten su servicio adecuadamente. Hemos recorrido un largo camino. Y sabemos lo que queda todavía por andar, con la convicción de que, desde la lealtad mutua, encontraremos la ruta de la excelencia en la que todos coincidimos.
Voy a terminar ya agradeciendo a quienes hoy nos acompañáis vuestra presencia. A todos cuantos habéis sido condecorados, enhorabuena. Entended este acto como muestra de gratitud por vuestro servicio a la sociedad. A los familiares, por tantos desvelos y sacrificios, por ese apoyo constante sin el que sería imposible superar las dificultades cotidianas a las que se enfrentan nuestros agentes. Y a vosotros y vosotras, hombres y mujeres de la Guardia Civil, instaros a que perseveréis en la consecución del compromiso colectivo de servicio, de ayuda a los demás, de proximidad y colaboración con la sociedad a la que servís.
Gracias a todos y a todas, buena suerte y buen día de la Pilarica.
11 octubre 2010
Las listas Forbes y la desigualdad en el mundo (II)
En una nota anterior en este blog comparé la riqueza de los países con la riqueza de los mil millonarios de la lista Forbes. Un ejercicio similar, ahora con la lista Forbes de las mayores empresas, completa esa radiografía de la desigualdad en el mundo.
- La primera empresa por ventas del mundo es la cadena de supermercados estadounidense Wal-Mart Stores, con más de 408.000 millones de dólares en 2009. Wal-Mart vendió más que el PIB de Colombia (401.500 millones de dólares), el doble del PIB de Israel, el cuádruple del de Siria y diez veces el de Panamá.
- Las ventas de las petroleras Royal Dutch Shell y ExxonMobil (segunda y tercera en la lista) fueron de 278.000 y 275.000 millones de dólares, ambas por encima de la riqueza nacional de Noruega.
- Banco Santander es la primera empresa española por ventas y la vigésimo novena del mundo. Sus más de 109.000 millones de dólares son equivalentes al PIB de Ecuador.
- La suma de las ventas de las cuatro mayores empresas (Wal-Mart, Shell, Exxon y BP) es mayor al PIB de España.
- La riqueza del Reino Unido está por debajo de las ventas de las 10 mayores empresas del mundo (2,2 billones de dólares).
- Las 25 mayores empresas vendieron en 2009 por valor de casi 4,2 billones de dólares, una cifra similar al PIB de Japón, casi la mitad del de China y en torno al 30 por 100 del de Estados Unidos o la Unión Europea. La suma de la riqueza de 123 países con 1.171 millones de habitantes está ligeramente por debajo de esos 4,2 billones de las 25 grandes compañías.
04 octubre 2010
Discurso pronunciado con motivo de la celebración del Día del Cuerpo Nacional de Policía en Castelló de la Plana el 4 de octubre de 2010
Un nuevo año tengo el honor de presidir los actos de celebración de la festividad de los Santos Ángeles Custodios, patronos del Cuerpo Nacional de Policía. Gracias a todos y a todas por acompañarnos en este acto tan entrañable para cuantos forman parte del Cuerpo Nacional de Policía y de los cuerpos generales adscritos.
Quiero trasladaros mi felicitación y la del Gobierno de España a los más de 500 servidores públicos que prestáis vuestro servicio a la sociedad en las comisarías de Castellón de la Plana y Vira-real. Felicitaros por vuestra entrega diaria para garantizar el ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos y ciudadanas castellonenses. Agradeceros vuestro compromiso ejemplar con la seguridad personal y colectiva de todos nosotros.
Porque ese compromiso es parte esencial del ADN del Cuerpo. Ya la Real Cédula que dictara en 1824 Fernando VII creando la Policía General del Reino, os encomendaba poner a disposición de los jueces a quienes vulnerasen los derechos de la ciudadanía, “garantizando, se decía, el bien y la seguridad pública” en nuestras ciudades.
Nacisteis hace casi dos siglos como policía urbana y seguís siéndolo hoy, además de ser también competentes en diversas materias en todo el territorio nacional. Desempeñáis, pues, un papel esencial en la construcción de la convivencia, del bienestar y del progreso de los más de 230.000 hombres y mujeres que viven en las dos mayores ciudades de la provincia, Castellón de la Plana y Vila-real, y de otros muchos miles de ciudadanos que transitan por ellas a diario.
Estáis en primera línea en la defensa de los derechos de todos y cada uno de nosotros. Sois piedra angular en la relación del Estado con la ciudadanía, porque sin seguridad no hay Estado, ni derechos, ni libertad, ni ciudadanos. Por ello, en estos momentos difíciles para nuestra sociedad, os ruego que extreméis el compromiso que da sentido a vuestro trabajo. Que sigáis perseverando en la mejora del servicio público policial en Castellón. Que deis valor ahora, más que nunca, a la responsabilidad que contrajisteis cuando decidisteis formar parte del Cuerpo Nacional de Policía.
Es en el tiempo de incertidumbre en que vivimos cuando los ciudadanos ansían con mayor intensidad la certeza de la seguridad. Y ahí, la Policía, no sólo pero también, es una de las referencias que buscan para transitar este momento crucial.
Conviene, no obstante, insistir en una idea que vengo reiterando años tras año desde esta tribuna. La acción policial ha de ir acompañada de otras políticas públicas (sociales, educativas, urbanísticas,…) para hacer más seguras nuestras ciudades. Es imperativo desarrollar políticas de prevención que contribuyan decisivamente no sólo a disminuir la delincuencia sino también a promover la consolidación de una cultura ciudadana de la prevención imprescindible en la gobernabilidad urbana.
Porque trabajar por la prevención desde los poderes públicos es también trabajar por crear comunidad, por hacerla corresponsable de la calidad de vida y el bienestar de sus vecinos y por reconocer y posibilitar su papel en la gestión de los conflictos y del uso compartido del espacio urbano. Cuanto más achiquemos los ámbitos de exclusión y más ensanchemos el horizonte de la convivencia responsable e integradora, más eficaz será el trabajo de nuestra Policía.
Desde 2006, el catálogo del Cuerpo Nacional de Policía en la Comisaría Provincial se ha incrementado en 193 agentes, lo que representa un 75 por cien más. En Castellón hemos pasado de 201 a 355 policías y en Vila-real de 55 a 94.
Este esfuerzo del Gobierno de España y del conjunto de la sociedad por incrementar las dotaciones del Cuerpo Nacional de Policía en nuestra tierra ha permitido que hoy tengamos la mejor ratio policial de los últimos 15 años, a pesar del gran crecimiento demográfico experimentado en este tiempo. Mientras la población de la conurbación Castellón-Vila-real ha crecido un 26 por cien desde 2000, la dotación del Cuerpo lo ha hecho en un 75 por cien. Ese incremento en el catálogo se ha producido en los últimos cuatro años, de tal forma que si en 2005 teníamos un policía nacional por cada 837 habitantes, hoy esa cifra ha descendido a 525.
El notable reforzamiento de las plantillas del Cuerpo Nacional de Policía en Castellón, unido a la mejora de los recursos técnicos y materiales nos ha permitido dar una mejor respuesta a la delincuencia en los últimos años. Así lo refleja, rotundamente, la evolución de las tasas de criminalidad, de eficacia policial y de detenciones.
Hoy tenemos un marco de convivencia razonablemente seguro en nuestra tierra. El trabajo conjunto de la Policía y de la Guardia Civil, con la colaboración de las policías locales, ha permitido que la tasa de criminalidad en la provincia pase de los más de 57 delitos por cada mil habitantes en los años 2001 y 2002 a los 45 de 2009.
Es por ello necesario que todos nos esforcemos por acrecentar la seguridad subjetiva, por acompasar en la mayor medida posible la percepción que los ciudadanos tienen sobre su seguridad con la realidad. Aquí necesitamos la colaboración de los medios de comunicación, no para ocultar los hechos delictivos, sino para situarlos en su justa medida huyendo del sensacionalismo.
Comisario, el próximo año celebraremos esta festividad en el nuevo edificio de la Comisaría Provincial. En muy pocos meses la policía de Castellón comenzará a prestar su servicio a la ciudadanía en las modélicas instalaciones que han sido construidas en la Ronda Este de nuestra ciudad.
Va a ser, sin duda, un hito en la relación de Castellón con su policía. Vais a disponer de unas condiciones de trabajo mucho mejores que las actuales, tanto a nivel operativo como en la atención a los ciudadanos. Porque vuestra entrega, vuestro esfuerzo y vuestra dedicación lo exigen. Y porque la gente de Castellón, nuestra sociedad, lleva ya mucho tiempo demandando una Comisaría propia de una ciudad como la nuestra.
El vínculo de unión entre ese nuevo edificio y la ciudadanía lo construiréis vosotros y vosotras, los y las policías de Castellón, cada día con vuestro trabajo. Pero permitidme simbolizar esa comunión en el empleo para su construcción de más de 5.500 metros cuadrados de cerámica castellonense, tanto en el suelo técnico de todas sus plantas como en la fachada ventilada exterior.
Quiero, ya en este tramo final de mi intervención, agradecer el trabajo y la colaboración de los distintos sindicatos de la Policía. Sabéis, más allá de divergencias concretas, del esfuerzo del Gobierno y del Ministerio del Interior por mejorar las condiciones laborales de nuestros policías, por dotaros de más y mejores medios, por actualizar vuestra formación en la lucha contra el delito. Sin duda, buena parte del mérito de la excelencia del Cuerpo Nacional de Policía radica en el trabajo que los representantes y organizaciones sindicales policiales hacéis a diario. En estos momentos complicados, vuestra colaboración y sentido del servicio público son imprescindibles.
No voy a olvidarme aquí de los ciudadanos y ciudadanas que han sido víctimas del delito. Les pido disculpas por no haber podido evitar que sus derechos fueran conculcados. Y les reitero el compromiso del Gobierno y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por hacer cada vez más segura nuestra sociedad y poner a disposición de la Justicia a quienes sean incapaces de respetar el marco de legalidad de que nos hemos dotado.
A quienes hoy habéis sido condecorados, señalaros que lo habéis sido por los servicios prestados a la sociedad a la que servís y que representáis mejor que nadie el carácter abnegado y valeroso de la Policía. Vosotros y vuestras familias merecéis nuestro reconocimiento sincero, y el de toda la sociedad de Castellón.
No puedo olvidar aquí a aquellos agentes que perdieron su vida o su salud defendiendo los derechos y las libertades de todos nosotros. Ni a sus familiares, que sintieron el dolor y el desconsuelo de la pérdida.
A todos y a todas, muchas gracias y buena suerte.
Quiero trasladaros mi felicitación y la del Gobierno de España a los más de 500 servidores públicos que prestáis vuestro servicio a la sociedad en las comisarías de Castellón de la Plana y Vira-real. Felicitaros por vuestra entrega diaria para garantizar el ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos y ciudadanas castellonenses. Agradeceros vuestro compromiso ejemplar con la seguridad personal y colectiva de todos nosotros.
Porque ese compromiso es parte esencial del ADN del Cuerpo. Ya la Real Cédula que dictara en 1824 Fernando VII creando la Policía General del Reino, os encomendaba poner a disposición de los jueces a quienes vulnerasen los derechos de la ciudadanía, “garantizando, se decía, el bien y la seguridad pública” en nuestras ciudades.
Nacisteis hace casi dos siglos como policía urbana y seguís siéndolo hoy, además de ser también competentes en diversas materias en todo el territorio nacional. Desempeñáis, pues, un papel esencial en la construcción de la convivencia, del bienestar y del progreso de los más de 230.000 hombres y mujeres que viven en las dos mayores ciudades de la provincia, Castellón de la Plana y Vila-real, y de otros muchos miles de ciudadanos que transitan por ellas a diario.
Estáis en primera línea en la defensa de los derechos de todos y cada uno de nosotros. Sois piedra angular en la relación del Estado con la ciudadanía, porque sin seguridad no hay Estado, ni derechos, ni libertad, ni ciudadanos. Por ello, en estos momentos difíciles para nuestra sociedad, os ruego que extreméis el compromiso que da sentido a vuestro trabajo. Que sigáis perseverando en la mejora del servicio público policial en Castellón. Que deis valor ahora, más que nunca, a la responsabilidad que contrajisteis cuando decidisteis formar parte del Cuerpo Nacional de Policía.
Es en el tiempo de incertidumbre en que vivimos cuando los ciudadanos ansían con mayor intensidad la certeza de la seguridad. Y ahí, la Policía, no sólo pero también, es una de las referencias que buscan para transitar este momento crucial.
Conviene, no obstante, insistir en una idea que vengo reiterando años tras año desde esta tribuna. La acción policial ha de ir acompañada de otras políticas públicas (sociales, educativas, urbanísticas,…) para hacer más seguras nuestras ciudades. Es imperativo desarrollar políticas de prevención que contribuyan decisivamente no sólo a disminuir la delincuencia sino también a promover la consolidación de una cultura ciudadana de la prevención imprescindible en la gobernabilidad urbana.
Porque trabajar por la prevención desde los poderes públicos es también trabajar por crear comunidad, por hacerla corresponsable de la calidad de vida y el bienestar de sus vecinos y por reconocer y posibilitar su papel en la gestión de los conflictos y del uso compartido del espacio urbano. Cuanto más achiquemos los ámbitos de exclusión y más ensanchemos el horizonte de la convivencia responsable e integradora, más eficaz será el trabajo de nuestra Policía.
Desde 2006, el catálogo del Cuerpo Nacional de Policía en la Comisaría Provincial se ha incrementado en 193 agentes, lo que representa un 75 por cien más. En Castellón hemos pasado de 201 a 355 policías y en Vila-real de 55 a 94.
Este esfuerzo del Gobierno de España y del conjunto de la sociedad por incrementar las dotaciones del Cuerpo Nacional de Policía en nuestra tierra ha permitido que hoy tengamos la mejor ratio policial de los últimos 15 años, a pesar del gran crecimiento demográfico experimentado en este tiempo. Mientras la población de la conurbación Castellón-Vila-real ha crecido un 26 por cien desde 2000, la dotación del Cuerpo lo ha hecho en un 75 por cien. Ese incremento en el catálogo se ha producido en los últimos cuatro años, de tal forma que si en 2005 teníamos un policía nacional por cada 837 habitantes, hoy esa cifra ha descendido a 525.
El notable reforzamiento de las plantillas del Cuerpo Nacional de Policía en Castellón, unido a la mejora de los recursos técnicos y materiales nos ha permitido dar una mejor respuesta a la delincuencia en los últimos años. Así lo refleja, rotundamente, la evolución de las tasas de criminalidad, de eficacia policial y de detenciones.
Hoy tenemos un marco de convivencia razonablemente seguro en nuestra tierra. El trabajo conjunto de la Policía y de la Guardia Civil, con la colaboración de las policías locales, ha permitido que la tasa de criminalidad en la provincia pase de los más de 57 delitos por cada mil habitantes en los años 2001 y 2002 a los 45 de 2009.
Es por ello necesario que todos nos esforcemos por acrecentar la seguridad subjetiva, por acompasar en la mayor medida posible la percepción que los ciudadanos tienen sobre su seguridad con la realidad. Aquí necesitamos la colaboración de los medios de comunicación, no para ocultar los hechos delictivos, sino para situarlos en su justa medida huyendo del sensacionalismo.
Comisario, el próximo año celebraremos esta festividad en el nuevo edificio de la Comisaría Provincial. En muy pocos meses la policía de Castellón comenzará a prestar su servicio a la ciudadanía en las modélicas instalaciones que han sido construidas en la Ronda Este de nuestra ciudad.
Va a ser, sin duda, un hito en la relación de Castellón con su policía. Vais a disponer de unas condiciones de trabajo mucho mejores que las actuales, tanto a nivel operativo como en la atención a los ciudadanos. Porque vuestra entrega, vuestro esfuerzo y vuestra dedicación lo exigen. Y porque la gente de Castellón, nuestra sociedad, lleva ya mucho tiempo demandando una Comisaría propia de una ciudad como la nuestra.
El vínculo de unión entre ese nuevo edificio y la ciudadanía lo construiréis vosotros y vosotras, los y las policías de Castellón, cada día con vuestro trabajo. Pero permitidme simbolizar esa comunión en el empleo para su construcción de más de 5.500 metros cuadrados de cerámica castellonense, tanto en el suelo técnico de todas sus plantas como en la fachada ventilada exterior.
Quiero, ya en este tramo final de mi intervención, agradecer el trabajo y la colaboración de los distintos sindicatos de la Policía. Sabéis, más allá de divergencias concretas, del esfuerzo del Gobierno y del Ministerio del Interior por mejorar las condiciones laborales de nuestros policías, por dotaros de más y mejores medios, por actualizar vuestra formación en la lucha contra el delito. Sin duda, buena parte del mérito de la excelencia del Cuerpo Nacional de Policía radica en el trabajo que los representantes y organizaciones sindicales policiales hacéis a diario. En estos momentos complicados, vuestra colaboración y sentido del servicio público son imprescindibles.
No voy a olvidarme aquí de los ciudadanos y ciudadanas que han sido víctimas del delito. Les pido disculpas por no haber podido evitar que sus derechos fueran conculcados. Y les reitero el compromiso del Gobierno y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por hacer cada vez más segura nuestra sociedad y poner a disposición de la Justicia a quienes sean incapaces de respetar el marco de legalidad de que nos hemos dotado.
A quienes hoy habéis sido condecorados, señalaros que lo habéis sido por los servicios prestados a la sociedad a la que servís y que representáis mejor que nadie el carácter abnegado y valeroso de la Policía. Vosotros y vuestras familias merecéis nuestro reconocimiento sincero, y el de toda la sociedad de Castellón.
No puedo olvidar aquí a aquellos agentes que perdieron su vida o su salud defendiendo los derechos y las libertades de todos nosotros. Ni a sus familiares, que sintieron el dolor y el desconsuelo de la pérdida.
A todos y a todas, muchas gracias y buena suerte.
02 octubre 2010
Presupuestos en positivo
Publicado en Mediterráneo el 2 de octubre de 2010
El pasado jueves conocimos el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado para 2011. Unas cuentas públicas necesariamente austeras, porque así lo requiere el tiempo que vivimos en España y en el conjunto de la Unión Europea. Unos presupuestos, así mismo, para impulsar las reformas que precisa con urgencia nuestro país sin menoscabar la cohesión social.
Por ello el Gobierno ha fijado tres prioridades en el gasto público: el mantenimiento de las políticas sociales, el reforzamiento de las partidas destinadas a fomentar la I+D+i y la intensificación del esfuerzo público en educación. No en vano, los Presupuestos de 2011 van a ser los que consignen la mayor dotación para becas de estudio de nuestra historia.
Son unos presupuestos responsables, que no miran el rédito electoral fácil sino la solución eficaz a los problemas reales de España. Que persiguen la máxima optimización de cada euro de inversión. Que atienden a lo esencial para construir futuro, aun cuando para ello se tenga que ralentizar la capacidad inversora del Estado y reducir en un 16 por cien de media el gasto de los ministerios.
Unos presupuestos solidarios, en los que el gasto social se ha incrementado un 1,8 por cien. Más de dos mil millones de euros de ese esfuerzo en solidaridad llegarán a Castellón, especialmente destinados a nuestros pensionistas y desempleados.
Y unos presupuestos, también, que apuestan por la modernización y el progreso económico y la mejora de nuestras infraestructuras. Por ello, en 2011 el Gobierno de España incrementará un 15 por cien sus inversiones directas en la provincia de Castellón. Si la previsión de gasto para 2010 era de 175 millones de euros, en 2011 se superarán los 201 millones de euros. Una cifra importante, sin duda, toda vez que el incremento se produce en una coyuntura de austeridad y fuerte contención del gasto.
Mientras las inversiones del Gobierno en el conjunto de España se van a reducir en torno al 30 por cien, en Castellón subirán un 15 por cien respecto a 2010. Mientras algunos quieren ver en ello el “olvido” y el “castigo” del Gobierno de Rodríguez Zapatero a Castellón, los datos nos hablan de compromiso con el desarrollo de nuestra provincia y con el progreso de sus ciudadanos y ciudadanas.
Compromiso con el agua que necesitamos para consolidar nuestro desarrollo presente y futuro. Más de 95 millones de euros para el ahorro, la reutilización, la renovación y reforma de infraestructuras, la modernización de regadíos y la construcción de las desaladoras de Moncofa y Cabanes-Oropesa. Una voluntad cierta y decidida de completar el esfuerzo hecho en los últimos años para garantizar agua para siempre en nuestra tierra, con el convencimiento de que más que las pancartas son las inversiones planificadas las que están dando la solución que exigen los castellonenses.
Compromiso también con la modernización de nuestra conectividad ferroviaria. Los trenes AVE llegarán a Castellón en los próximos meses, acortando la duración del viaje a o desde Madrid a 2 horas y 50 minutos. Pero el Gobierno va a seguir trabajando para incorporar de inmediato a la iniciativa privada en la construcción de la nueva línea de alta velocidad Castellón-Valencia. Está previsto en los presupuestos, como la continuación de los estudios informativos del corredor Castellón-Tarragona, de los accesos ferroviarios al puerto y de la prolongación del servicio de cercanías a Benicàssim. Del mismo modo, el estudio de viabilidad de la conexión mediante cercanías a Vinaròs.
Se dará, con los nuevos presupuestos, el impulso definitivo a las obras de la variante de la N340 entre Peñíscola y Vinaròs y a los proyectos constructivos de la A7 entre Vilanova d’Alcolea y el Perelló, así como a las actuaciones de mejora de la N232 en el puerto de Querol y el entorno de Morella. Del mismo modo, se ejecutarán las obras del nuevo paseo marítimo de Benicàssim y se iniciarán las del parador de turismo de Morella, entre otras inversiones.
Estos son los presupuestos posibles en un tiempo difícil para todos. Los presupuestos que nos han de permitir consolidar la recuperación y afianzar las nuevas pautas de desarrollo que precisamos.
El pasado jueves conocimos el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado para 2011. Unas cuentas públicas necesariamente austeras, porque así lo requiere el tiempo que vivimos en España y en el conjunto de la Unión Europea. Unos presupuestos, así mismo, para impulsar las reformas que precisa con urgencia nuestro país sin menoscabar la cohesión social.
Por ello el Gobierno ha fijado tres prioridades en el gasto público: el mantenimiento de las políticas sociales, el reforzamiento de las partidas destinadas a fomentar la I+D+i y la intensificación del esfuerzo público en educación. No en vano, los Presupuestos de 2011 van a ser los que consignen la mayor dotación para becas de estudio de nuestra historia.
Son unos presupuestos responsables, que no miran el rédito electoral fácil sino la solución eficaz a los problemas reales de España. Que persiguen la máxima optimización de cada euro de inversión. Que atienden a lo esencial para construir futuro, aun cuando para ello se tenga que ralentizar la capacidad inversora del Estado y reducir en un 16 por cien de media el gasto de los ministerios.
Unos presupuestos solidarios, en los que el gasto social se ha incrementado un 1,8 por cien. Más de dos mil millones de euros de ese esfuerzo en solidaridad llegarán a Castellón, especialmente destinados a nuestros pensionistas y desempleados.
Y unos presupuestos, también, que apuestan por la modernización y el progreso económico y la mejora de nuestras infraestructuras. Por ello, en 2011 el Gobierno de España incrementará un 15 por cien sus inversiones directas en la provincia de Castellón. Si la previsión de gasto para 2010 era de 175 millones de euros, en 2011 se superarán los 201 millones de euros. Una cifra importante, sin duda, toda vez que el incremento se produce en una coyuntura de austeridad y fuerte contención del gasto.
Mientras las inversiones del Gobierno en el conjunto de España se van a reducir en torno al 30 por cien, en Castellón subirán un 15 por cien respecto a 2010. Mientras algunos quieren ver en ello el “olvido” y el “castigo” del Gobierno de Rodríguez Zapatero a Castellón, los datos nos hablan de compromiso con el desarrollo de nuestra provincia y con el progreso de sus ciudadanos y ciudadanas.
Compromiso con el agua que necesitamos para consolidar nuestro desarrollo presente y futuro. Más de 95 millones de euros para el ahorro, la reutilización, la renovación y reforma de infraestructuras, la modernización de regadíos y la construcción de las desaladoras de Moncofa y Cabanes-Oropesa. Una voluntad cierta y decidida de completar el esfuerzo hecho en los últimos años para garantizar agua para siempre en nuestra tierra, con el convencimiento de que más que las pancartas son las inversiones planificadas las que están dando la solución que exigen los castellonenses.
Compromiso también con la modernización de nuestra conectividad ferroviaria. Los trenes AVE llegarán a Castellón en los próximos meses, acortando la duración del viaje a o desde Madrid a 2 horas y 50 minutos. Pero el Gobierno va a seguir trabajando para incorporar de inmediato a la iniciativa privada en la construcción de la nueva línea de alta velocidad Castellón-Valencia. Está previsto en los presupuestos, como la continuación de los estudios informativos del corredor Castellón-Tarragona, de los accesos ferroviarios al puerto y de la prolongación del servicio de cercanías a Benicàssim. Del mismo modo, el estudio de viabilidad de la conexión mediante cercanías a Vinaròs.
Se dará, con los nuevos presupuestos, el impulso definitivo a las obras de la variante de la N340 entre Peñíscola y Vinaròs y a los proyectos constructivos de la A7 entre Vilanova d’Alcolea y el Perelló, así como a las actuaciones de mejora de la N232 en el puerto de Querol y el entorno de Morella. Del mismo modo, se ejecutarán las obras del nuevo paseo marítimo de Benicàssim y se iniciarán las del parador de turismo de Morella, entre otras inversiones.
Estos son los presupuestos posibles en un tiempo difícil para todos. Los presupuestos que nos han de permitir consolidar la recuperación y afianzar las nuevas pautas de desarrollo que precisamos.
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