Publicado en Mediterráneo el 17 de septiembre de 2011.
He tenido la oportunidad esta semana de comprobar el desarrollo de uno de los grandes proyectos estratégicos que se están ejecutando en nuestra tierra: la duplicación del gasoducto que nos une a la red gasista nacional. Una obra de más de 100 millones de euros que recorre de norte a sur nuestra provincia y que nos sitúa en una de las grandes autovías energéticas españolas.
Castellón es una de las más importantes consumidoras de gas de entre todas las provincias de España. La fuerte demanda generada, especialmente, por nuestra industria cerámica y por la central de ciclo combinado de Iberdrola en el Serrallo nos sitúa en esa posición. Por ello es determinante para nuestro futuro el reforzamiento de una infraestructura capital para el abastecimiento energético de los sectores productivos de la provincia.
El trazado atraviesa longitudinalmente nuestro territorio a través de 120 kilómetros, desde San Rafael del Río y Vinaròs hasta Almenara. Se trata de una gran obra de ingeniería que ha precisado de su partición en tres grandes tramos: el primero entre la localidad tarraconense de Tivissa y Vilanova d'Alcolea; otro entre Vilanova y Vila-real; y el tercer tramo entre Vila-real y Paterna. En todos ellos Enagas, la empresa que recibió la preceptiva concesión del Gobierno, ha empleado tecnología de última generación para garantizar la máxima seguridad, tanto durante la construcción como en su uso posterior, y minimizar el impacto sobre el entorno natural y sobre las explotaciones agrarias y forestales afectadas.
De este modo, cuando en los primeros meses de 2012 estén concluidas las obras y entre en servicio el nuevo gasoducto, Castellón verá incrementada notablemente su disponibilidad de una fuente de energía de futuro. En el período 2000-2010 han sido precisamente el gas natural y las renovables las únicas fuentes que han visto crecer su participación en el mix energético nacional, en detrimento del petróleo, el carbón y la nuclear. Hoy casi una cuarta parte de la energía que consumimos en España se genera a partir de gas, más del doble que hace 10 años.
La importancia de esta infraestructura tiene otra vertiente. Será la puerta de entrada al sistema gasístico nacional del almacén de gas que se está construyendo en nuestra costa, frente a Vinaròs. Como saben ustedes, es este uno de los más importantes proyectos de futuro que se están abordando en Castellón. Más de 1.300 millones de euros para construir una de las mayores infraestructuras de almacenamiento de gas de España. Castor, como así se denomina, podrá acumular más de 1.400 millones de metros cúbicos de gas, una cantidad equivalente a la demanda de la Comunidad Valenciana durante tres meses. Y será precisamente a través del nuevo gasoducto como se integre en la red nacional de abastecimiento energético.
Estamos hablando, pues, de una apuesta de gran envergadura que refuerza nuestra posición. Castor y la duplicación del gasoducto nos hacen más fuertes en nuestras aspiraciones de futuro. No es una condición suficiente pero sí necesaria para abordar proyectos que reputen nuestra tierra y la hagan más competitiva. Sin ir más lejos, el gran centro de datos inaugurado esta misma semana en la Universitat Jaume I, Walhalla, uno de las más seguras y avanzadas infraestructuras de este tipo de toda Europa, se ha construido en Castellón, entre otras razones, por la garantía de suministro ininterrumpido de gas natural.
Felicitémonos por todo ello. Son buenas noticias que hemos de saber aprovechar en un tiempo de gran dificultad.
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