22 febrero 2015

#AbortoLegalParaTodas

Mi hija Paula cumplió esta semana 17 años. Si se quedara embarazada, todavía ahora, podría decidir libremente sobre la continuidad o no del embarazo, de su embarazo. Creo que nos lo comentaría a su madre y a mí, sin el temor de que su decisión libre generara un conflicto que pudiera derivar en maltrato. Podría ocurrir, no obstante, que sus padres fuéramos decididamente antiabortistas y que estuviéramos determinados a no consentir que nuestra hija abortara; y que mantuviéramos una relación impositiva hacia sus decisiones, incluso violenta. Ocurre. Hasta ahora Paula puede abortar sin ponerlo en conocimiento de sus padres: es su vida, es su futuro, son sus entrañas. La inmensa mayoría de las mujeres que han abortado entre los 16 y los 18 años desde que está en vigor la ley impulsada por el Gobierno de Rodríguez Zapatero lo ha hecho con conocimiento de su familia; sin embargo, quienes temieron represalias o malos tratos han podido hacerlo sin él. ¿Por qué han de decidir otros por ti si debes o no ser madre a partir de los 16 años? Ahora Rajoy, fracasado por la lucha de las mujeres y la izquierda su intento de retrotraernos décadas en este asunto, vuelve a la carga. Por puro interés electoral quiere imponer con urgencia que las jóvenes de 16 a 18 años necesiten la autorización de sus padres para abortar. Pura arbitrariedad para contentar a unos pocos. Ya no dicen aquello de que abortar es asesinar como hasta hace unos meses, pero necesitan, para animar a su parroquia, decir que han modificado en algo la ley socialista. No había problema, pero lo crean. Les importa nada el dolor que puedan causar con tal de arañar algunos votos.


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