04 febrero 2015

Camps y los 300 millones de la Fórmula 1

¿Sabes qué son 300 millones de euros? Por ejemplo cuatro hospitales, o 40 institutos, o 60 colegios, o 100 escuelas infantiles, o 150 ambulatorios... o la Fórmula 1 durante tres semanas corriendo por las calles de la ciudad de Valencia. Gobernar es establecer prioridades, decidir qué hacer con los recursos que la ciudadanía pone a disposición de los poderes públicos. Al hacerlo, en un sentido o en otro, destinando esos recursos a unas políticas o a otras, el gobernante influye en la forma en que se modela la sociedad. Esa es su responsabilidad, para bien o para mal. Si genera más progreso colectivo, más bienestar compartido por el conjunto de la sociedad, más y mejores oportunidades para todos y para todas, más cohesión social esas decisiones habrán sido acertadas. De lo contrario, se habrá equivocado. Pero si además, al optar el gobernante lo hace en función de su interés personal y patrimonial, esa decisión es ilegítima, un fraude, una traición a la ciudadanía que le ha dado la confianza para liderar los asuntos públicos. Y un delito. El TSJ valenciano ha admitido la querella de la Fiscalía contra Francisco Camps por su decisión de llevar la Fórmula 1 a las calles de Valencia y por la forma en que impulsó y permitió su gestión. Habrá que ver cuál es el resultado judicial de ese procedimiento. Todos sabemos, no obstante, cuánto nos ha costado y cuánto se ha dejado de hacer por esa decisión. Fue de Camps, sí, suya y de todo su clan. También de los que hoy se hacen los suecos.



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