12 diciembre 2012

Fabra y Montoro

Resulta clarificador que un funcionario del ministerio de Hacienda ocupe desde el lunes mando en plaza en la Conselleria de Hacienda y Administración Pública del Consell. No dudo de la capacidad profesional del conseller Moragues y de los méritos que le adornan para desempeñar esa misión, pero, en las circunstancias actuales, que quien hasta hace unos días estuviera a las órdenes de Cristóbal Montoro pase a formar parte del equipo de Fabra pone de manifiesto el grado de autonomía financiera del Govern de la Generalitat. Tal vez sirva para que la Generalitat tenga una mayor fluidez en su tormentosa y atormentada relación con la Hacienda Pública española; tal vez para que el ministerio tenga una mayor y más determinante influencia en la gestión de las cuentas autonómicas. El desastre fiscal de la Generalitat, consecuencia de años de despropósitos, despilfarros y saqueos de nuestro patrimonio público, está generando tanto dolor y tanta miseria en nuestro país que exige tanta y tan buena gestión como altura política. Es liderazgo lo que necesita ya el País Valenciano para salir de la postración a la que lo han llevado nuestros gobernantes. Y de eso seguimos estando huérfanos.



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