La otra noche, viendo la entrevista que Jordi Évole hizo a Baltasar Garzón en La Sexta, no pude dejar de pensar en una evidencia que estuvo ausente de los discursos explícitos de entrevistador y entrevistado: el mismo juez que en los 90s impulsó el procesamiento de dos ministros del Interior socialistas y de la cúpula antiterrorista por el GAL había sido expulsado de la judicatura a principios de este año por investigar los crímenes del franquismo y la trama de corrupción del PP de la Gürtel. Y esa imagen me devolvía a los límites de la Transición. Las dificultades de los progresistas y los demócratas en general para consolidar un régimen esencialmente igualitario y radicalmente democrático en nuestro país. La persistencia de espacios de impunidad que no se ha sabido, y en algunos casos tal vez no se ha querido, quebrar. Soy de los que piensa, aún hoy, que la transición de la dictadura a la democracia abrió en mejor de nuestros periódos históricos, sin duda. Pero deberemos profundizar más, mucho más en nuestras convicciones democráticas para que los heraldos de la liquidación no nos devuelvan a la oscuridad.
Baltasar Garzón visita el Centro Clandestino de Detención ESMA. Buenos Aires. Argentina. 1 de agosto de 2005. Esta imagen proviene de la página Presidencia de la Nación Argentina, disponible bajo la licencia Creative Commons Atribución 2.0 Genérica
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