La #LeyMordaza de Rajoy está pensada para cercenar derechos y no para garantizarlos, como cínicamente insiste Fernández Díaz. Acallar a quienes quieren hablar, disuadir a quienes pretenden manifestar su discrepancia. No es una ley de seguridad ciudadana, es una ley que genera inseguridad entre la ciudadanía. La convivencia exige normas y es deber del Estado hacer que su cumplimiento salvaguarde los derechos de todas y de todos; pero esas normas, en lo que refiere a los derechos fundamentales de cada uno de nosotros, no pueden amputar la libertad legítima de la sociedad a expresar su descontento con el poder. Es el equilibrio entre convivencia y libertad lo que define la democracia como la mejor forma de organización política. Cuando el poder promueve la quiebra de ese equilibrio actúa contra la democracia y, por ende, contra la ciudadanía. Dicen que de este modo podrán combatir mejor los excesos de algunos; ya existen mecanismos legales para ello sin necesidad de introducir las medidas de excepción contra todos que está aprobando la mayoría popularista en solitario. Lo que pretenden es el silencio de las calles amordazadas. No, así no se garantiza ni seguridad, ni libertad, ni democracia. Produce vergüenza ajena y sonrojo vicario escuchar a Fernández Díaz hablar de radicales y antisistemas, él que anda transitando la radicalidad antidemócratica más montaraz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario