Hace 12 años el Consell de la Generalitat aprobaba el Patricova, el Plan de Acción Territorial sobre la Prevención de Riesgos de Inundaciones en la Comunitat Valenciana. Doce años de desidia, de dejación de responsabilidades, de incumplimientos por parte de la Administración valenciana que ha ejecutado una parte menor de las 151 actuaciones previstas. En la provincia de Castellón, por ejemplo, sólo 10 de las 30 intervenciones planeadas han sido realizadas. El diario de sesiones de Les Corts y las hemerotecas son testigos de las reiteradas exigencias de cumplimiento por parte del PSPV y el resto de la oposición durante años. Miles de declaraciones públicas e iniciativas parlamentarias reclamando del Consell las medidas que el propio gobierno había establecido como imprescindibles para proteger a la población de las lluvias torrenciales que forman parte de nuestro régimen climático. Fijaros: solamente con un tercio de los más de 300 millones destinados a la celebración de la Fórmula 1 durante tres semanas en Valencia se hubiera podido atender las obras previstas para todas las comarcas castellonenses. O sólo con lo defraudado en torno a Terra Mítica, asunto que esta semana comienza a ser enjuiciado en Valencia, se hubiera podido acometer la práctica totalidad de lo contemplado en el Plan para Castellón. Esta semana han vuelto, como ocurre cada año porque forma parte de nuestras condiciones climáticas, las inundaciones con su reguero de muerte y destrucción. No es excepcional. Lo excepcional es la renuncia sistemática de quienes nos gobiernan a resolver los problemas de la gente y su voluntad de invertir los recursos públicos en aquello que sólo beneficia a su clan. La lluvia no se puede parar; sus efectos desastrosos sobre las personas y sus patrimonios, sí. Hace 12 años que saben lo que hay que hacer pero no han querido hacerlo.
PD: las gracietas del director general del Agua de la Generalitat, Vicente Tejedo, sobre la lluvia y la virgen de la Cueva mientras en su tierra se evacuaba a familias ante las inundaciones ilustran sobre la catadura de quienes llevan gobernando estas décadas de la indecencia en el País Valenciano.