Cree el juez Ruz que el PP es un partido tramposo que se ha presentado sistemáticamente dopado a las elecciones durante los últimos 18 años. Lo concluye al terminar sus investigaciones sobre una de la múltiples ramificaciones de la Gürtel, la trama mafiosa creada por los gaviotas para saquear el patrimonio público en beneficio personal y partidario. 18 años que enlazan con aquel caso Naseiro que iba de lo mismo pero referido al período inmediatamente anterior. Así que hablamos de 18plus. No va a poder el juez meter mano a delitos acreditados por estar ya prescritos o estar blindados por la omertá y recurre a algunos cabos sueltos que los alíbabas han ido dejando al paso de sus tropelías. Lamentable pero es lo que hay y es lo que judicialmente vale, como con Al Capone. Políticamente es otra cosa. Es un escándalo inaceptable para la democracia y para los demócratas. Aquellos que un día se presentaron ante la prensa y la sociedad indignados con Zapatero, Rubalcaba, la Policía y la Fiscalía por destapar el nido de culebras que alimentaban Correa y sus secuaces; aquellos y aquellas que decían que era un abuso del Estado contra la oposición, persecución política llamaban; los del golpe en pecho y rezo diario, aquellos que ponían cara avinagrada mientras alargaban la mano en busca del sobre eran entonces, y siguen siéndolo, los jefes de la banda. Ellos y ellas estuvieron en los 18 y muchos en los 18plus engordando impúdicamente sus patrimonios y sus resultados electorales. Pura indecencia disfrazada de aparente respetabilidad. No hay que ser un sabueso; es suficiente volver a mirar El Padrino de principio a fin y no perder un detalle. Ahí están todas las claves.
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