04 octubre 2011

Discurso pronunciado con motivo de la celebración del Día del Cuerpo Nacional de Policía en Castelló de la Plana el 3 de octubre de 2011

Un año más hemos sido convocados a este acto de reconocimiento público al compromiso de los hombres y mujeres del Cuerpo Nacional de Policía con la ciudadanía castellonense. De nuevo estamos aquí para acompañaros en el día de los Ángeles Custodios y para agradeceros vuestro ejemplo de entrega al servicio público en beneficio de todos y de todas.


Este es, además, un año muy especial. Es el primer Día de la Policía que celebramos aquí, en esta comisaría. Sé, Jorge, lo que esto supone para los policías de Castellón en cuanto a la dignificación de vuestro espacio de trabajo. Y debéis saber, también, lo que representa para la gente de esta tierra, que durante años aspiró a que su Policía pudiera trabajar en las condiciones que exige la prestación de un servicio público imprescindible para garantizar la realización del proyecto vital de cada uno de nosotros.

Porque no hay democracia, ni derechos, ni libertades sin un servicio público policial de calidad. Mirad, en los albores de nuestro mundo moderno, el 26 de agosto de 1789, la Asamblea Nacional Constituyente francesa establecía en el artículo XII de su Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano que: "Siendo necesaria una fuerza pública para garantizar los derechos del hombre y del ciudadano, se constituirá ésta fuerza en beneficio de la comunidad, y no para el provecho particular de las personas a las que ha sido confiada."

Ese es el fundamento de la acción policial en las sociedades democráticas. Esa es su legitimidad: el beneficio de la comunidad, el interés general, la defensa de la ciudadanía, la garantía de sus derechos. Así lo hacéis día a día y así os lo reconocen los ciudadanos al situar al Cuerpo Nacional de Policía entre las instituciones españolas más valoradas según reiteran los estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas.

Es bueno pues que lo proclamemos. Es bueno para todos que todos sepamos que sois piedra angular de nuestro sistema de vida y organización social. Que sin vuestra entrega, sin vuestra dedicación, sin vuestro sentido del deber no es posible la convivencia democrática. Los ciudadanos tienen el derecho esencial a sentirse seguros, a construir su espacio de futuro con la certeza de que una Policía eficaz, bien equipada y dirigida va a amparar su libertad y la de los suyos. Y quienes tenemos responsabilidades públicas debemos fomentar esa percepción en base a una información veraz y sincera que no conozca de tentaciones cortoplacistas. Es una obligación de lealtad hacia la ciudadanía y de respeto con los profesionales que nadie puede olvidar.

Gracias, mil gracias a todos cuantos integráis esta Comisaría provincia. En nombre del Gobierno y, especialmente, en nombre de la gente de Castellón.

Vivimos tiempos muy difíciles. Algunos han dicho que hemos dejado atrás la sociedad del riesgo para entrar en la sociedad de la turbulencia. Tal vez, lo cierto es que poco sobre lo que ayer teníamos certidumbre hoy parece irrebatible. Por ello es imprescindible que aquellos servicios públicos que constituyen el eje vertebral de nuestra convivencia y de nuestra capacidad de generar futuro sean reconocidos, respetados, valorados y salvaguardados de las inclemencias del tiempo que atravesamos. Los recursos públicos son, lo han sido siempre, limitados y es obligación, también lo ha sido siempre, de quienes los gestionan hacerlo con la virtud de la austeridad y con el buen criterio del sentido común.

En este contexto de dificultad, los servidores públicos ven acrecentada la exigencia de su compromiso con la sociedad. Lo sabéis bien los funcionarios y funcionarias de esta casa que cada día renováis ese compromiso de lealtad al Estado y de servicio a la sociedad con la convicción de quien tiene el importantísimo encargo de la ciudadanía de garantizar sus derechos y sus libertades. La gente de Castellón nos sentimos en deuda con quienes os jugáis la vida a diario por defender nuestra dignidad.

Durante estos años no he dejado de aprender ni un solo día de vuestra voluntad de servicio. En tiempos prósperos como en tiempos difíciles. Esa implicación radical con el presente y el futuro de los ciudadanos y ciudadanas de nuestra provincia, tantas horas de trabajo discreto, de dedicación, de sacrificio, de incomprensión. Y tantas satisfacciones, también, por el trabajo bien hecho y por el reconocimiento ciudadano. Quienes hoy habéis sido condecorados ejemplificáis mejor que nadie ese carácter abnegado y valeroso de la Policía. Vosotros y vuestras familias merecéis nuestra admiración sincera, y la de toda la sociedad de Castellón.

Jorge, querido Comisario, un año más el Día de la Policía es un día importante para Castellón. Aquí estamos todos, en esta casa de derechos que es la Comisaría provincial, para manifestaros el afecto que merecéis. Para haceros llegar el aliento de vuestros conciudadanos. Para deciros que sigáis trabajando para que entre todos podamos seguir construyendo un futuro de dignidad.

Llevas seis años al frente de esta Comisaría. Seis años que han conocido la mayor modernización y crecimiento que el Cuerpo ha experimentado en Castellón. Gracias siempre por tu lealtad y por tu profesionalidad, por saber dar en cada momento el consejo certero. Por liderar un equipo de excelencia que se hace acreedor cada día del respeto de esta tierra. Queda mucho todavía por hacer, lo sabes comisario y lo sabéis todos; pero no es menos cierto que el largo camino recorrido ha sido intenso y apasionante hasta llegar a lo que hoy es el Cuerpo Nacional de Policía en Castellón.

Y ya para terminar, permitidme recordar aquí a aquellos agentes que perdieron su vida o su salud defendiendo los derechos y las libertades de todos nosotros. Y a sus familiares, que sintieron el dolor y el desconsuelo de la pérdida.

A todos y a todas, de todo corazón, muchas gracias

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