¿Qué sabía Alberto Fabra?

#SoncorrupcioPPCV #Fabralosabía ¿Sabía Alberto Fabra que, según la Agencia Tributaria, su partido financió ilícitamente la campaña electoral de 2007? ¿Sabía que en aquellas elecciones, las primeras en que él se presentó como cabeza de lista municipal de Castelló de la Plana, al menos tres millones de euros gastados por el PPCV eran opacos a la Hacienda Pública? ¿Sabía entonces Fabra que Alfonso Pérez, el amiguito del alma de los gaviotas alfa, era el correveidile de la trama, el correo de los sobres del dinero que servía para organizar los mítines y la propaganda de su partido? ¿Se enteró de algo de todo esto en 2007? ¿Cabe imaginar que no fuera así? El president ni sabe ni contesta. En una democracia decente, con los antecedentes que tenemos aquí, con media cúpula popularista arrastrada ante los tribunales por mil y una pestilencias, la información que ayer publicaba El Mundo y recorrió como la pólvora las redes sociales y los noticiarios de radio y televisión, esa información, digo, hubiera provocado la comparecencia pública inmediata del jefe orgánico e institucional del partido en cuestión. Para negar todo o para presentar la dimisión. No hablamos aquí ya de cuántos cuartos se embolsaron este o aquel, o de cuántos contratos fraudulentos o de qué favores se hicieron a quién, no. Hablamos del amaño de un proceso electoral, del pago de las campañas del PP valenciano con dinero ilícito, del dopaje masivo de ese partido para competir con las cartas marcadas frente al resto de fuerzas políticas. Lo peor de todo, con ser esto gravísimo en sí mismo, es la naturalidad con que esta sociedad se toma estas cosas. Porque todo esto se sabía, todo esto se ha denunciado hasta la saciedad desde hace lustros por parte del PSPV y otros grupos de la oposición. En fin, nada de esto es compatible con la democracia. Es la negación de la democracia misma. Y los gobiernos que así consiguen la confianza de los electores no merecen la legitimidad ni el respeto que consagra el poder del pueblo.