19 septiembre 2012

Santiago Carrillo

Es posible que en un universo paralelo Ernest Lluch y Santiago Carrillo estén tertuliando sobre la complejidad del tiempo que vivimos. Lo harán, sin duda, con la socarronería mediterránea de Ernest y el humor sobrio de Santiago y, siempre, con la sabiduría de esos hombres y mujeres irrepetibles que contribuyen de manera determinante a la construcción de la memoria colectiva de un pueblo. Santiago murió ayer. Casi cien años de compromiso cierto con la democracia y el progreso. Cien años de una vida dedicada a la política, con aciertos y errores, pero siempre con la voluntad inquebrantable de servir a la causa de la dignidad de los trabajadores y de la igualdad de todos y de todas. Murió Carrillo y nos deja huérfanos de su prodigiosa lucidez. En ese mundo paralelo él, Lluch, Peces Barba, Tomás y Valiente, Solé Tura, Tierno seguirán soñando en con los valores republicanos, con la virtud de la libertad y del compromiso público que nos enseñaron. Y Marcelino, y Dolores, y Frederica y tantos hombres y mujeres públicos y anónimos que nos legaron tanto. Hoy, en este tiempo de relativismos éticos, de desapego a lo público, de desentendimiento de las causas comunes, de denigración sin fin de la política, hoy, digo, es más necesario que nunca reivindicar nuestro panteón republicano, nuestro senado de hombres y mujeres ilustres. Santiago, tú sentido de la dignidad y de la patria nos acompañará siempre.




No hay comentarios:

Publicar un comentario