Dice la gente de Fabra que el pago de los cinco millones de euros a Bankia por los intereses vencidos del crédito impagado del Valencia era la única opción posible. Que no cabía otra posibilidad razonable. No creo que así piensen los cientos de miles de valencianos y valencianas a los que el Consell está llevando a la ruina por su insolvencia financiera. Dicen, los de la gaviota, que ahora toca pagar lo que se firmó en otros tiempos en los que la situación económica era bien distinta. Pero conviene hacer memoria. El aval de la Generalitat al Valencia CF se suscribió en septiembre de 2009, sí, sí, más de un año después del estallido de la crisis. Coincidió con la firma del contrato de la Fórmula 1 por el que el Gobierno del PP valenciano se comprometió a invertir 90 millones en el negocio de Ecclestone. Pocos meses antes de que los de Camps se negaran a pagar 11 millones al Ministero de Educación para que nuestros escolares dispusieran de ordenadores como los del resto de España (recordáis, lo de la miopía de Font de Mora). Ellos optaron: más de 160 millones para "pan y circo" frente a la educación y la formación de nuestros hijos. En esto como en todo. Ahora dicen que lo del Valencia es inevitable. Es el PP valenciano, el de Zaplana, Camps y los Fabra, el que que ha llevado a nuestro país a la inevitabilidad del desastre que vivimos. Han sido y son sus decisiones las que nos han convertido en lo que somos. Y siguen con la misma altanería y soberbia, sin propósito de enmienda. Ellos son el problema y ninguna solución pasa por sus manos.
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