He oído esta mañana en la radio que en un pueblo de Andalucía el gobierno municipal del PP había quitado el nombre de Federico García Lorca a una de sus plazas. Hace unos meses otro ayuntamiento gobernado por la derecha hacía lo propio con Rafael Alberti en la provincia de Cádiz. Tal vez, en los tiempos que corren, algunos vean aquí una anécdota menor. Para mí es un síntoma más de la peligrosa deriva que ha emprendido el Partido Popular. Borrar del espacio público los nombres de dos ilustres de nuestra cultura que comprometieron su vida en defensa de la democracia es muestra del talante de la derecha que nos gobierna. Sacaron las sotanas y los visones a la calle contra la recuperación de la memoria colectiva (¡tiempos aquellos en que manifestarse contra el Gobierno era cosa de bien!). Ahora, henchidos de poder, la liquidan directamente. Borran a Federico y a Rafael por haber sido demócratas. Mal andamos.
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