El rector de la Universitat Jaume I de Castellón, Vicent Climent, anunció ayer la presentación de un requerimiento ante la Generalitat Valenciana para que el Consell pague los 50 millones de euros que debe a la institución castellonense. Es este el paso previo al inicio del procedimiento judicial que podría emprender la UJI contra el Gobierno valenciano por el impago de lo que le corresponde. Hace unos días un amigo de la Universitat de València me comentaba que había cobrado el sueldo de abril el 6 de mayo por las estrecheces de tesorería que padece esa universidad, acreedora también de una deuda estratosférica por parte del Consell de Fabra. Es la historia interminable del engullimiento de nuestra capacidad de crear futuro por parte de ese agujero negro infinito en que el desastre popularista ha convertido a la Generalitat. No hay un sólo espacio de la vida social, económica y política valenciana que no se vea afectado por la ruina que ha traído la soberbia y la indecencia de esta gente. Por eso resulta absolutamente inadmisible que ante tan manifiesta incapacidad para cumplir con sus obligaciones, los de Fabra persistan en el desprecio a las propuestas que día tras día desgrana la oposición a fin de afrontar radicalmente el estado de emergencia social e institucional en que estamos. Ayer, como anteayer y la semana pasada, Ximo Puig planteaba políticas distintas y viables para salvar el colapso financiero de la Generalitat, hacer transparente el ejercicio del poder o propiciar más y mejor participación ciudadana en los asuntos públicos. Nada. Miran para otro lado. No necesitan de nadie. Ellos solos se bastan. Lo tienen bien demostrado. Y todavía tienen la desvergūenza de llamar "híbridos de hiena y rata", nazis, fascistas, terroristas y tantas otras lindezas a quienes discrepan en público de tanta aberración. PD: lo del alcalde de Castellón ayer en el pleno forzado por el PSPV para dar cuenta sobre su imputación en Gūrtel, más de lo mismo: estulticia.
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