#RajoyDimisión - Hace dos semanas, sólo dos semanas, que Rajoy salió del plasma para vituperar a la oposición en sede parlamentaria por poner en duda su honorabilidad en relación con las acusaciones de supuesta financiación irregular, pago de sobornos y otras actividades pestilentes vertidas por su otrora protegido Luis Bárcenas. Tras la faena, vitoreada por sus compinches, se fue de vacaciones dejando el encargo a los suyos de que montaran todo el escándalo posible en relación con Gibraltar, a fin de distraer al personal y malear las vísceras nacionalistas en beneficio propio. Tal vez confiaba en que la canícula adormecería los sesos del respetable y dejaría de hablarse de sus turbios asuntos. Una evidencia más de la pérdida de sentido de la realidad y del desprecio hacia la democracia de este hombre. Ahora, una vez nos hemos enterado, declaración de Cospedal mediante ante el juez, de que fue Mariano quien pactó personalmente con el innombrable las insultantes condiciones de su silencio, ninguna de cuantas bravuconadas pronunció ante el Parlamento tienen valor alguno. ¿Qué puede llevar al presidente de nuestro Gobierno a mentir de forma desaforada, una y otra vez, a sabiendas de que cuanto diga será contradicho al poco por la evidencia? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar este hombre en su torticero entendimiento de la altísima responsabilidad que le otorgaron las urnas? ¿Qué exigencias puede plantear a la ciudadanía quien huye de forma tan vergonzosa de sus obligaciones y de la verdad? ¿Cuántos quilates más deberá perder nuestro sistema de convivencia para que haga lo que debe?
PD: las entidades prestadoras del servicios de atención a las personas dependientes en el País Valenciano no cobra de la Generalitat desde octubre de 2012. 50 millones de euros que estrangulan su capacidad para acometer su responsabilidad... Y Fabra jugando al baloncesto.
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