28 agosto 2013

Alimentando las burbujas de la indignidad

#Sanidadpública - He hablado en reiteradas ocasiones aquí de la burbuja que en torno a la gestión de la sanidad pública están alimentando los gobiernos del Partido Popular. Es para ellos una apuesta estratégica, en la sanidad como en la educación, la atención a la dependencia y los servicios municipales. Son esas las cuatro patas sobre las que quieren crear el inmenso espacio especulativo que venga a reemplazar al ladrillo. Quebrar la reputación de los servicios públicos, desangrarlos financieramente, certificar ante la ciudadanía su inviabilidad y ofrecerlos al mercado para ponerlos en manos de inversores afines que contribuyan, de paso, al sostenimiento del aparato de poder gaviota. Una estrategia de manual, tan indecente en términos de democracia y ciudadanía como eficaz para las insaciables aspiraciones de nuestra derecha políticofinanciera. Lo vemos en la impúdica venta de la sanidad pública madrileña, continuación del plan iniciado ya hace años en tierras valencianas por el zaplanismo. También en la liquidación del sistema educativo público o en la privatización prevista de los servicios que prestan los ayuntamientos. Ayer, sin ir más lejos, leía en el Levante que el fondo de capital riesgo participado por los Roig estaba desinvirtiendo en empresas alimentarias proveedoras de Mercadona y que no descartaba su particación en el sector sanitario, donde ya había intentado adquirir parte de la compañía que gestiona la sanidad en el área de la Ribera. Esa es la auténtica misión histórica que para sí creen reservada Rajoy y los suyos y para cumplirla van a aguantar los carros y carretas de inmundicia e indignidad que con su indecencia están anegando nuestro país.

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