Tras su dimisión como diputado autonómico, el exalcalde de Alicante Luis Díaz Alperi va a poder dedicar más tiempo a sus asuntos judiciales. Su presunta implicación en el caso Brugal y sus desavenencias con el Fisco le van a tener entretenido durante los próximos meses. De nuevo la Justicia marcando la agenda de la dirección del PP valenciano. Se fue Díaz Alperi pero no calló. Dijo ayer que la implantación de Gürtel en el País Valenciano, de la mano del Bigotes, había sido cosa de Eduardo Zaplana. Que el expresident era amigo de Correa y Agag, el yernísimo de los Aznar-Botella. Y que fue Eduardo quien se los presentó. Que no tenía pruebas documentales pero que así era. Verbalizó en público Alperi lo que tantos dicen en privado y tan fácil es de imaginar. A nadie se le escapa que todo empezó, al menos, en 1995. Todo. Y que Zaplana, quien ya antes estuvo implicado en el caso Naseiro (el antecesor de Bárcenas al frente de las cuentas del PP), puso en marcha lo que otros continuarían. Ahora Alberto Fabra busca en él apoyo contra el rosario de revueltas internas que se le acumulan. Se conocen. Ellos sabrán.
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