#DesigualdadPGE2015 - Desigualdad. Ese es el proyecto político que subyace bajo el discurso de la austeridad. No porque esta conduzca necesariamente a aquella, sino porque el modo en que se gestiona esa austeridad convertida en fetiche lleva ineludiblemente a la desigualdad creciente. La crisis no ha supuesto un empobrecimiento de todos, no. Ha alcanzado a la mayoría, pero no a todos. Hace una semana nos enterábamos que en un año habían crecido en un 24 por ciento el número de millonarios en España. Y acabamos de saber también que quienes están por encima de los 30 millones son ahora el doble que en 2007. Mientras, cada vez más jóvenes se adentraban en la generación perdida y más adultos en la generación olvidada, la de quienes están en el paro con más de 45 años, muchos de ellos y de ellas ya sin subsidio de desempleo. Cada vez más millonarios y cada vez más pobreza. Sueldos obscenos para algunos que dicen tener la responsabilidad de conducir nuestros bancos y nuestras grandes empresas al éxito y sueldos de miseria para muchos, víctimas sin fin de la desregulación laboral. Ayer, en el debate de presupuestos, Montoro proclamaba el fin de la crisis y el inicio de una nueva era de prosperidad y empleo. Él, que creció en el regazo político de Rato, él nos habla de prosperidad para todos. Sí, ya lo hemos entendido. Todo claro. De nuevo somos el ejemplo del mundo, como con Rato, el gran hacedor de la prosperidad patria. Está claro. Desigualdad, ese es el proyecto.
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