#11M Ayer se cumplieron nueve años de los atentados yihadistas de Atocha. Casi una década ha pasado ya desde aquella mañana de muerte y desolación provocada por el fanatismo islamista y que dió paso a unas jornadas estremecedoras, de recuerdo inolvidable para los demócratas españoles y europeos. La masacre criminal de Atocha derivó en el esperpento de un gobierno contumaz en la mentira ventajista sitiado por millones de ciudadanos y ciudadanas ávidos de verdad sobre el más grave ataque contra nuestra convivencia. Aquellos mentirosos (muchos de ellos hoy todavía en pimerísima línea de la política española) se enfrentaron a una movilización sin precedentes: la primera gran movilización popular del tiempo internet en nuestro país. Lo que ocurrió en las calles españolas aquellos tres días de marzo de 2004 no se hubiera producido sin la telefonía móvil, los SMS, el correo electrónico y el acceso instantáneo a los medios de comunicación extranjeros a través de la Red. Por primera vez el pueblo se ponía en pie contra la deslealtad de su Gobierno usando las armas del nuevo tiempo. Aún habría de pasar un año para la aparición de Facebook y tres hasta que circulara el primer tweet y ni siquiera se hablaba de las redes sociales telemáticas, pero las nuevas tecnologías de comunicación ya habían comenzado a cambiar nuestra forma de relacionarnos y de comportarnos políticamente. Hoy, tan sólo nueve años después, ya nada es igual, aunque algunos se empeñen en no querer verlo. Las movilizaciones contra los deshaucios o la reacción instantánea de la sociedad en torno a Gürtel, Bárcenas o Ponferrada lo atestiguan.
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