13 marzo 2013

¿Quiénes no quieren normalizar nuestra convivencia?

#11M Un argumento que escuchamos habitualmente en relación con el descrédito de la política en España es la incapacidad de los partidos para ponerse de acuerdo en temas de interés general. Se anteponen fundamentalismos partidistas al consenso en asuntos determinantes para la construcción de un futuro común, según está instalado en la percepción de la ciudadanía. Es probable que no falten motivos para que así lo vea la gente pero es necesario ampliar el foco sobre la cuestión para entender realmente qué ocurre. Pondré dos ejemplos entre muchos. La falta de unidad en el tratamiento del 11M y los reiterados cambios en las leyes de Educación. En relación con el mayor atentado terrorista contra la democracia española cabría esperar que, juzgados los hechos y condenados sus ejecutores en consonancia con las clamorosas evidencias aceptadas por todo el mundo aquí y en el extranjero, asumiéramos todos la realidad y conmemoráramos unidos el recuerdo de tan infausto acontecimiento. Y no ocurre así porque el Partido Popular y sus voceros no quieren que ocurra, simple y llanamente. No porque busquen la verdad, no, que saben como todos cuál es, sino por su afán de seguir agitando fantasmas con el exclusivo interés de mantener prietas las filas y generar el estado de crispación que tanto les agrada. Otro tanto podemos decir sobre las idas y venidas en la legislación educativa en nuestro país. La LOGSE contó con el respaldo de todos cuantos creemos en el progreso de este país y nos puso en la línea del resto de Europa. Llegó el PP de Aznar y echó el freno y la marcha atrás. Nuevo intento con la ley impulsada por el Gobierno de Rodríguez Zapatero, apoyada por el resto de grupos parlamentarios salvo el PP y que de nuevo nos situaba en la senda de las legislaciones más avanzadas de Europa. Otra vez la reacción derechista con Rajoy y vuelta a la caverna. Hacen bien los ciudadanos exigiendo liderazgos y consensos pero no pueden olvidar quienes se empeñan sistemáticamente en frustrar la normalidad democrática de nuestra vida en común.

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