Dicen estar molestos los jefes de la cosa del euro con el rechazo del Parlamento chipriota a las condiciones del rescate impuestas a la ciudadanía de ese país. Que ellos, afirman, ya han dicho su última palabra respecto de que parte del rescate ha de venir vía sustracción o robo de los ahorros que los chipriotas tienen, muchos o pocos, en sus bancos. Y que la negativa va a incomodar todavía más a los inversores internacionales, léase mercados, porque mina la confianza en la Unión. Y esto lo dicen quienes incumplieron con esa oferta los acuerdos vigentes respecto de la garantía de los depósitos bancarios de todos los ciudadanos europeos y quienes han cambiado tres veces en dos días los términos del rescate. La desconfianza en la Unión y en nuestra moneda, el cabreo de la gente y la falta de expectativas de recuperación y de futuro la está provocando la dirigencia europea con su negativa furibunda a aceptar una realidad tozuda: la Europa que conocemos y que queremos se desangra a borbotones en manos de una élite sorda y ciega incapaz de gobernar esta crisis en beneficio del interés general de los europeos. Soy radicalmente europeista y estoy convencido de que sin más Europa no saldremos de esta situación con bien. Pero la locura en que están instalados nuestros dirigentes me obliga a decir ¡todo con Europa, nada con esta Europa! Ya está bien.
Chipre desde el espacio. NASA, 2003. Wikimedia Commons. Documento en el dominio público |
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