#fabraincapaz - A finales de 2012, casi 3.000 millones de euros en facturas no reconocidas dormían en los cajones de la Administración valenciana. Era casi la mitad de la deuda oculta del conjunto de los gobiernos autonómicos y más que la suma de Cataluña, Andalucía, Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Esos más de 450 mil millones de pesetas representan una quinta parte del presupuesto anual de la Generalitat. Y todo esto a pesar de que en 2012 uno de cada cuatro euros prestados por el Gobierno de España a las Comunidades para pagar a proveedores lo fue a la Generalitat Valenciana. Detrás de esas facturas no reconocidas hay empresas, trabajadores, ciudadanos y ciudadanas estafados por el Consell. Por eso, entre tantas otras cosas, resulta inaceptable la soberbia y la petulancia con que se conduce esta gente. Que vengan los Fabras o las Ritas a hablar de austeridad y de buen gobierno, y de que hemos gastado los ciudadanos lo que no teníamos, y de que son los gobiernos socialistas quienes despilfarran los recursos públicos... resulta hilarante si no fuera porque es sencillamente indecente. Estos más de 2.800 millones están al margen de la deuda reconocida (la mayor per capita de las deudas autonómicas) por el Consell. Somos la comunidad más endeudada, en blanco y en negro. En el país de los Emarsa, Brugal, Noos, Blascos, Fabras... todo eso es bochornoso. Sí, ya sé que dirán lo del déficit de financiación. Sí, ya lo sabemos. Pero sabemos también, y yo no tengo duda alguna, que el descontrol absoluto de nuestras cuentas públicas es fruto de la incapacidad de unos y de la desvergüenza de otros. Es la gran, la inmensa estafa perpetrada por quienes ahora dice que nos van a salvar a golpe de machete sobre la yugular de nuestro futuro. ¡Y hablan de austeridad...!
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