El esperpento se llama GVAOBERTA. Ayer el president de la Generalitat presentaba a bombo y platillo la enésima ocurrencia de su chiripitifláutica corte de aduladores. Habían anunciado que el jefe del Consell mostraría al mundo su compromiso con la transparencia gubernativa. Que el líder de la valencianidad bien entendida comandaría el tránsito de la oscuridad cenagosa, habitual en la información dada desde el gobierno gaviota valenciano, hacia la claridad cegadora. Todo iba a ser ya luz sin taquígrafos, abiertas las cajas de caudales que custodiaban el arcano de la sapiencia que iluminaron a los Zaplana, Olivas y Camps y que adornan a Alberto. Otra trola. Sin matices. Un embuste. GvaOberta es una valla de carretera embutida en una página web, en el sitio web de nuestro gobierno, de nuestro estado autonómico. Cuatro rayas mal hechas que intentan llenar de contenido, como tantas otras, la agenda hueca del president de la Generalitat. Han dicho que problemas técnicos han impedido dar el lustre que la solemnidad de la Presidencia requería. Peor ha sido solucionarlos. La evidencia del engaño abre las carnes de cualquiera que ame a este país y a las instituciones de su autogobierno. Hay centenares de experiencias excelsas de transferencia de la información de que disponen los gobiernos a la ciudadanía. Sin manipular, sin engañar, sin defraudar a los únicos y legítimos albaceas de esa información, los ciudadanos y las ciudadanas. No digo más. Hazme caso y visita http://www.gvaoberta.gva.es. Otro día hablaremos de lo que otros hacen mientras nuestro Gobierno dilapida los recursos que recorta a la gente para montarle saraos al Molt Honorable.
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