Publicado en Levante de Castelló en diciembre de 2009
“El ordenador de Zapatero puede provocar la miopización a muchos niños”. Alejandro Font de Mora dixit. Meses después de su batalla contra la ciudadanía de nuestros jóvenes el conseller de Educación del gobierno autonómico ha vuelto al estrellato mediático. Entonces no quería que los niños y las niñas valencianas aprendieran a convivir en libertad, en democracia, en diversidad, con respeto. Ahora inicia una nueva cruzada contra la modernización del sistema educativo. Esa afirmación del honorable conseller sólo puede explicarse a partir de tres líneas argumentales, todas ellas muy, pero que muy preocupantes.
La primera de ellas es demoledora para el conjunto de la humanidad. El conseller tiene razón y los ordenadores financiados por el Gobierno producen miopía. Si esto es así, confío en que el Consell haya puesto en conocimiento de las autoridades sanitarias nacionales e internacionales su hallazgo. Y que lo haya hecho con contundencia. Si es verdad lo que dice el señor Font de Mora, deben ponerse en marcha todas las alarmas de la OMS para que el mundo no se quede miope. Porque... ¿saben ustedes cuantos miles de millones de seres humanos usamos a diario las pantallas de ordenador, de móvil, de consola o de televisor? Si el Consell de la Generalitat no ha activado ya todas sus influencias (institucionales, me refiero) para librarnos de este horror, está incurriendo en una irresponsabilidad histórica sin precedentes: condenarnos a todos a la miopía más aberrante. Aquí tiene el presidente Camps una ocasión de oro para limpiar su cuestionada hoja de servicios.
Puede ser, sin embargo, que la afirmación de Font de Mora sea falsa. Descarto por supuesto que se deba a un error al interpretar los papeles preparados por sus colaboradores; el conseller tiene capacidad probada para entender lo que le escriben. Entonces, ¿por qué dijo lo que dijo?
La segunda línea argumental: el Consell no dispone de los 11,2 millones de euros que ha de aportar para completar la inversión del Gobierno de España. La falta de liquidez presupuestaria de la Administración valenciana condenaría, de ese modo, a nuestros escolares a unas condiciones de aprendizaje y formación peores que las de la inmensa mayoría de los niños y niñas españoles y del mundo desarrollado. Es un torpedo a la línea de flotación de nuestro futuro, que evidenciaría que la permanente huída hacia delante del Consell está condicionando muy negativamente la capacidad de esta tierra para entrar en el nuevo tiempo de la sociedad del conocimiento.
También es cierto que resulta difícil de entender que el gobierno que acordó invertir 90 millones de euros en la Formula 1 o avalar al Valencia CF con 74 millones hace apenas cuatro meses, ande con estas estrecheces financieras para invertir en la formación de nuestros hijos. ¿No dispone ahora de 11,2 millones cuando disponía de 164 en agosto para el automovilismo y el fútbol? Convendrán conmigo que el asunto es grave, especialmente si tenemos en cuenta que desde el mes de octubre todas las comunidades autónomas, con la excepción de Madrid, Murcia y la Comunidad Valenciana, están firmando los correspondientes convenios de colaboración con el Ministerio de Educación.
Cabe una tercera posibilidad: que el Consell disponga de esos 11,2 millones de euros pero que no quiera invertirlos en la mejora y modernización de nuestro sistema educativo. Quizás para seguir en su política de enfrentamiento permanente con el Gobierno de España, como viene haciendo, por ejemplo, en la gestión de los derechos que consagra la Ley de Dependencia o como pretendió hacer con la educación ciudadana de nuestros jóvenes. Supeditando los intereses de los ciudadanos al interés partidista.
Tal vez, y esto sería aún más grave, tienen el dinero y no lo ponen porque creen en otro modelo. En su modelo, el de una mano de obra mal formada, poco cualificada y vulnerable a los vaivenes de la coyuntura. Así no vamos bien. Así nuestros empresarios, nuestras organizaciones sindicales, todos y todas sabemos que no se construye futuro en un mundo tremendamente complejo como el que vivimos. Sabemos que ese no es el camino. Pero… ¿lo saben quienes gobiernan nuestra Comunidad? Si no lo saben, no sirven para asumir esa responsabilidad. Y si lo saben, peor: son desleales con las necesidades y las aspiraciones de la ciudadanía.
14 diciembre 2009
05 diciembre 2009
Por el mar corren las liebres
Decía el ministro nazi de propaganda Joseph Goebbels: “Miente, miente, que al final algo quedará... cuanto más grande sea una mentira, más gente lo creerá". También fue él quien legó a la posteridad esta perla: "Si una mentira se repite suficientemente acaba por convertirse en verdad".
Algunos deben creer que la mejor forma de estar en la vida pública es echar mano de los 11 principios de la propaganda del ministro de Hitler. Deben pensar que cuanta más confusión y más engaños, mejor para sus intereses partidarios. Sin importarles lo más mínimo el daño irreversible que están generando con su actitud al prestigio de las instituciones y a la credibilidad de la democracia.
Decir, como he leído esta semana a una responsable de la derecha local, que el Gobierno de España es el culpable de que en nuestro hospital de referencia no se administre la anestesia epidural a las parturientas los fines de semana no es una opinión. Es una mentira.
También lo es la afirmación de que la gestión de las escuelas infantiles construidas con el dinero del Plan Zapatero por el Ayuntamiento de Castellón será privatizada por culpa del Gobierno. O que también es el Gobierno el culpable de que la Diputación haya presentado un presupuesto a la baja para 2010. No son, en ningún caso, opiniones fundadas en el análisis racional de la realidad y en la discrepancia política. No. Son, simple y llanamente, mentiras.
Según la Real Academia, mentir es "decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa". Y, podríamos añadir, hacerlo con la volundad de engañar a otras personas a fin de obtener beneficio propio.
Quienes han dicho lo que hemos leído sobre las epidurales o las escuelas infantiles, o sobre tantos y tantos asuntos, saben perfectamente que no es responsabilidad del Gobierno. Lo saben, lo creen y lo piensan. Como sabía el conseller Font de Mora que los ordenadores que financia el Gobierno mediante el programa Escuela2.0 no van a ser los causantes de la "miopización" de nuestros jóvenes. Lo saben porque conocen la Constitución, el Estatut y el resto de normas que determinan las competencias de cada Administración en nuestro Estado autonómico. Pero prefieren el engaño.
Los gobiernos deciden sus prioridades en política de gastos. Ahí fijan sus preferencias en la asignación de recursos para impulsar o retardar unas u otras políticas públicas. Cuando un gobernante decide, por ejemplo, destinar una gran parte de su capacidad inversora a la Fórmula 1, a la Copa del América o a avalar a equipos de fútbol manifiesta una opción, una voluntad, una concepción de lo que debe ser la sociedad a la que dice servir. Esa opción de gasto, como es lógico imaginar, va en detrimento de otras opciones, habida cuenta de la limitación de los recursos. Todo ello es absolutamente legítimo, sin duda, aunque pueda ser cuestionable.
Lo que no es legítimo es endosar la responsabilidad de esas decisiones al Gobierno de España. Si yo decido gastarme todos mis ahorros en un producto de superlujo e hipotecarme de por vida, no es usted el responsable de que mis hijas carezcan de lo esencial para vivir con dignidad. A todos nos gusta la buena vida, pero antes deberemos garantizarnos la vida digna. Es una cuestión de sentido común.
Hans Küng, desde la presidencia de la Fundación Ética Global, nos hace esta reflexión: "El juego sucio y los engaños no salen rentables a largo plazo. ¿Por qué? Porque minan la confianza. Y, sin confianza, la política constructora de futuro es imposible." Pues eso, construyamos confianza para construir futuro y neguemos crédito a quienes quieren hacer de la política el espacio de la mentira. … Y que 2010 sea un año de esperanza para todas y todos.
25 noviembre 2009
Desigualdad y violencia
Publicado en Mediterráneo en noviembre de 2009
Este jueves he tenido la inmensa satisfacción de poder compartir mesa y micrófono con Lydia Cacho en la inauguración del V Seminario contra la violencia de género organizado por la Fundación Isonomía y patrocinado por el Ministerio de Igualdad, la Caja de Ahorros del Mediterráneo y la Universitat Jaume I.
Cacho es una reputada activista mexicana a favor de la justicia social y la igualdad y contra la violencia machista, la discriminación de género y la explotación de menores. Un ejemplo de vida, de lucha y de compromiso con la libertad y la dignidad de millones de mujeres, niños y niñas que sufren la iniquidad de la violencia y la miseria de la desigualdad.
Gracias, pues, a Isonomía. Gracias por traer a Castellón a esta mujer excepcional. Y, sobre todo, gracias por tantos años de trabajo para construir una sociedad de iguales, una sociedad de hombres y mujeres realmente libres. Este año, la fundación ha galardonado a Lydia con su premio contra la violencia de género; el año pasado el galardón reconoció el compromiso de Cristina del Valle y su plataforma de mujeres artistas contra la violencia machista. Y así, día tras día, con la convicción que da trabajar por una causa justa e inaplazable, el equipo de mujeres y hombres que catalizan Alicia Gil y Asun Ventura se ha convertido en referente nacional en el estudio, análisis y evaluación de las políticas de igualdad.
Castellón, su gente, sus instituciones debemos sentir el sano orgullo de haber alumbrado en nuestra universidad ese centro de pensamiento y acción contra la discriminación de género. Porque es tiempo ya de que todos y todas, sin excepción, nos movilicemos para combatir el machismo en todas sus expresiones. Desde la más descarnada (el terrorismo criminal que mató a Rocío, a Fabiola, a María y a tantas otras) hasta el nuevo machismo de baja intensidad, ese que el delegado del Gobierno contra la violencia de género Miguel Lorente llama posmachismo, que con formas menos bruscas y explicitas, más taimadas sigue legitimando la perpetuación de la desigualdad.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero está radicalmente comprometido con la igualdad de mujeres y hombres. No sólo con la imprescindible igualdad legal, con la igualación de derechos. También, por encima de todo, con la igualdad esencial: la igualdad de vida. Por ello ha impulsado y puesto en marcha leyes como las de Igualdad, Dependencia y contra la violencia de género, reconocidas en Europa como vanguardia en la construcción de un nuevo tiempo. Y un amplio abanico de ambiciosas políticas públicas específicas y transversales que ha permitido, en colaboración con las administraciones autonómica y local, movilizar la más importante cantidad de recursos públicos jamás puestos a disposición de la igualdad en nuestro país.
Sabemos, no obstante, que no es suficiente, que hay que seguir trabajando para achicar y erradicar los espacios de violencia desde el convencimiento de que donde triunfa la violencia es derrotada la igualdad; y, en definitiva, los derechos de las mujeres. Somos conscientes de que es una apuesta de largo recorrido, porque es una propuesta revolucionaria que terminará por quebrar el statu quo que ha garantizado en exclusividad el poder político, económico, social y familiar a los hombres durante siglos. No se trata de un conflicto entre hombres y mujeres; es la lucha de la dignidad, de los derechos y de la libertad contra la desigualdad, la infamia y la injusticia. Un imperativo ético del que nadie, nadie podemos sustraernos.
Este jueves he tenido la inmensa satisfacción de poder compartir mesa y micrófono con Lydia Cacho en la inauguración del V Seminario contra la violencia de género organizado por la Fundación Isonomía y patrocinado por el Ministerio de Igualdad, la Caja de Ahorros del Mediterráneo y la Universitat Jaume I.
Cacho es una reputada activista mexicana a favor de la justicia social y la igualdad y contra la violencia machista, la discriminación de género y la explotación de menores. Un ejemplo de vida, de lucha y de compromiso con la libertad y la dignidad de millones de mujeres, niños y niñas que sufren la iniquidad de la violencia y la miseria de la desigualdad.
Gracias, pues, a Isonomía. Gracias por traer a Castellón a esta mujer excepcional. Y, sobre todo, gracias por tantos años de trabajo para construir una sociedad de iguales, una sociedad de hombres y mujeres realmente libres. Este año, la fundación ha galardonado a Lydia con su premio contra la violencia de género; el año pasado el galardón reconoció el compromiso de Cristina del Valle y su plataforma de mujeres artistas contra la violencia machista. Y así, día tras día, con la convicción que da trabajar por una causa justa e inaplazable, el equipo de mujeres y hombres que catalizan Alicia Gil y Asun Ventura se ha convertido en referente nacional en el estudio, análisis y evaluación de las políticas de igualdad.
Castellón, su gente, sus instituciones debemos sentir el sano orgullo de haber alumbrado en nuestra universidad ese centro de pensamiento y acción contra la discriminación de género. Porque es tiempo ya de que todos y todas, sin excepción, nos movilicemos para combatir el machismo en todas sus expresiones. Desde la más descarnada (el terrorismo criminal que mató a Rocío, a Fabiola, a María y a tantas otras) hasta el nuevo machismo de baja intensidad, ese que el delegado del Gobierno contra la violencia de género Miguel Lorente llama posmachismo, que con formas menos bruscas y explicitas, más taimadas sigue legitimando la perpetuación de la desigualdad.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero está radicalmente comprometido con la igualdad de mujeres y hombres. No sólo con la imprescindible igualdad legal, con la igualación de derechos. También, por encima de todo, con la igualdad esencial: la igualdad de vida. Por ello ha impulsado y puesto en marcha leyes como las de Igualdad, Dependencia y contra la violencia de género, reconocidas en Europa como vanguardia en la construcción de un nuevo tiempo. Y un amplio abanico de ambiciosas políticas públicas específicas y transversales que ha permitido, en colaboración con las administraciones autonómica y local, movilizar la más importante cantidad de recursos públicos jamás puestos a disposición de la igualdad en nuestro país.
Sabemos, no obstante, que no es suficiente, que hay que seguir trabajando para achicar y erradicar los espacios de violencia desde el convencimiento de que donde triunfa la violencia es derrotada la igualdad; y, en definitiva, los derechos de las mujeres. Somos conscientes de que es una apuesta de largo recorrido, porque es una propuesta revolucionaria que terminará por quebrar el statu quo que ha garantizado en exclusividad el poder político, económico, social y familiar a los hombres durante siglos. No se trata de un conflicto entre hombres y mujeres; es la lucha de la dignidad, de los derechos y de la libertad contra la desigualdad, la infamia y la injusticia. Un imperativo ético del que nadie, nadie podemos sustraernos.
27 octubre 2009
Corrupción y ciudadanía
Publicado en Levante de Castelló en octubre de 2009
Leí el otro día en un medio de comunicación a un columnista habitual que la corrupción campa de nuevo sin control por España. Decía el tal opinador que, una vez más, un Gobierno socialista había abierto la espita de la corrupción en nuestro país. Una vez más, porque ya antes lo había hecho bajo la presidencia de Felipe González. Decía que haberlos los hay y que si no, ya estaba el Gobierno para generar falsos casos con la finalidad de torpedear a la derecha. Ya saben, la conspiración del Ejecutivo, el Poder Judicial, la Fiscalía y la Policía para masacrar públicamente a una determinada fuerza política.
Produce rubor ajeno escuchar a estas alturas determinadas aseveraciones. Más les diría: a mí me produce dolor cívico. Porque… ¿no será que bajo determinados gobiernos se persigue con más determinación la corrupción política? ¿No será que algunos gobiernos decidieron renunciar a combatirla? ¿No será que los jueces disponen ahora de más instrumentos legales para actuar contra los corruptos? ¿No será que funcionan los instrumentos del Estado democrático cuando se investigan, se desarticulan y se juzgan las tramas corruptas mejor que cuando se ignoran?
Los hay interesados en que esto no sea así. Pero la democracia, nuestro bien supremo, la argamasa que garantiza nuestro sistema de valores y la práctica de la convivencia cívica, no puede permitir que intereses particulares ilegítimos acaben por desdibujarla. He dicho voluntariamente la democracia. No es sólo una labor del Estado o de la Administración pública, que lo ha de ser con toda la fuerza que le confiere el ordenamiento jurídico. Es una obligación de toda la sociedad, de toda la ciudadanía. Porque a todos interesa que ese espacio público de confrontación y consensos, de construcción de progreso que es la política esté a salvo de quienes no creen en ella más que como instrumento de su propio beneficio.
Miren, hay diversas manifestaciones de la corrupción política. Unas vinculadas a la mala administración, otras a la delincuencia organizada y otras al clientelismo. Todas ellas tienen un común denominador: el desprecio por las formas y la esencia de la política y de la democracia. Los corruptos engañan a los ciudadanos enmascarando la realidad de su ambición desbocada con el celofán del favor. Extorsionan a las empresas para favorecer su trama de intereses. Buscan el descrédito de la política convertida en lodazal de bajas pasiones. Aquí y en todo el mundo. Sin excepción. Por ello los demócratas debemos condenar y erradicar las prácticas corruptas.
El poder no corrompe necesariamente. No. Los ciudadanos deben saber que no es así. Deben saber que, en democracia, la inmensa mayoría de quienes ejercen cargos públicos no son corruptos. No buscan beneficiarse a sí mismos o a los suyos mediante el ejercicio ilegal de ese poder. Por eso hemos de ser radicalmente intransigentes con quienes se conducen de ese modo. Por dignidad cívica y por convicción ética. Porque la democracia basa su fortaleza en la confianza de la ciudadanía en las instituciones que gobiernan la sociedad. Sin confianza, pues, no hay democracia.
Decía Hanna Arendt que la “inocencia” (entendida como autismo político, como falta de compromiso cívico) de las víctimas y los verdugos de Auschwiz hizo posible el Holocausto. Los ciudadanos no podemos mirar hacia otro lado cuando una minoría indecente corrompe los fundamentos de la democracia. La política es ética en sí misma. Y debemos preservarla de quienes en ella ven una forma de medrar ilegítimamente a costa de lo que sea. Esto nos compromete a todos, al Estado y a la sociedad.
Leí el otro día en un medio de comunicación a un columnista habitual que la corrupción campa de nuevo sin control por España. Decía el tal opinador que, una vez más, un Gobierno socialista había abierto la espita de la corrupción en nuestro país. Una vez más, porque ya antes lo había hecho bajo la presidencia de Felipe González. Decía que haberlos los hay y que si no, ya estaba el Gobierno para generar falsos casos con la finalidad de torpedear a la derecha. Ya saben, la conspiración del Ejecutivo, el Poder Judicial, la Fiscalía y la Policía para masacrar públicamente a una determinada fuerza política.
Produce rubor ajeno escuchar a estas alturas determinadas aseveraciones. Más les diría: a mí me produce dolor cívico. Porque… ¿no será que bajo determinados gobiernos se persigue con más determinación la corrupción política? ¿No será que algunos gobiernos decidieron renunciar a combatirla? ¿No será que los jueces disponen ahora de más instrumentos legales para actuar contra los corruptos? ¿No será que funcionan los instrumentos del Estado democrático cuando se investigan, se desarticulan y se juzgan las tramas corruptas mejor que cuando se ignoran?
Los hay interesados en que esto no sea así. Pero la democracia, nuestro bien supremo, la argamasa que garantiza nuestro sistema de valores y la práctica de la convivencia cívica, no puede permitir que intereses particulares ilegítimos acaben por desdibujarla. He dicho voluntariamente la democracia. No es sólo una labor del Estado o de la Administración pública, que lo ha de ser con toda la fuerza que le confiere el ordenamiento jurídico. Es una obligación de toda la sociedad, de toda la ciudadanía. Porque a todos interesa que ese espacio público de confrontación y consensos, de construcción de progreso que es la política esté a salvo de quienes no creen en ella más que como instrumento de su propio beneficio.
Miren, hay diversas manifestaciones de la corrupción política. Unas vinculadas a la mala administración, otras a la delincuencia organizada y otras al clientelismo. Todas ellas tienen un común denominador: el desprecio por las formas y la esencia de la política y de la democracia. Los corruptos engañan a los ciudadanos enmascarando la realidad de su ambición desbocada con el celofán del favor. Extorsionan a las empresas para favorecer su trama de intereses. Buscan el descrédito de la política convertida en lodazal de bajas pasiones. Aquí y en todo el mundo. Sin excepción. Por ello los demócratas debemos condenar y erradicar las prácticas corruptas.
El poder no corrompe necesariamente. No. Los ciudadanos deben saber que no es así. Deben saber que, en democracia, la inmensa mayoría de quienes ejercen cargos públicos no son corruptos. No buscan beneficiarse a sí mismos o a los suyos mediante el ejercicio ilegal de ese poder. Por eso hemos de ser radicalmente intransigentes con quienes se conducen de ese modo. Por dignidad cívica y por convicción ética. Porque la democracia basa su fortaleza en la confianza de la ciudadanía en las instituciones que gobiernan la sociedad. Sin confianza, pues, no hay democracia.
Decía Hanna Arendt que la “inocencia” (entendida como autismo político, como falta de compromiso cívico) de las víctimas y los verdugos de Auschwiz hizo posible el Holocausto. Los ciudadanos no podemos mirar hacia otro lado cuando una minoría indecente corrompe los fundamentos de la democracia. La política es ética en sí misma. Y debemos preservarla de quienes en ella ven una forma de medrar ilegítimamente a costa de lo que sea. Esto nos compromete a todos, al Estado y a la sociedad.
12 octubre 2009
Discurso con motivo de la celebración del día de la patrona de la Guardia Civil en Castelló de la Plana el 12 de octubre de 2009
Hace ya casi un siglo que cada 12 de octubre, en todos los acuartelamientos de la Guardia Civil se honra a la Virgen del Pilar como patrona del Cuerpo. Es vuestra fiesta grande. También es la fiesta de cuantos os respetamos y estimamos. Permitidme que, al comienzo de esta intervención, manifieste mi recuerdo sentido a los españoles víctimas del fanatismo terrorista dentro y fuera de nuestras fronteras. Por todos ellos, guardias civiles, policías, militares destacados en el exterior, y ciudadanos en general, seguiremos trabajando para erradicar la sinrazón de quienes hacen del terror su forma de vida.
En Castellón la gente os quiere. Ve en los y las guardias civiles el compromiso del Estado con la defensa de su vida y de sus bienes, con su voluntad de progreso, con su anhelo de libertad. Los hombres y las mujeres de Burriana o de Morella, de Montanejos o de Rosell, de la Alcudia de Veo o de Oropesa tienen el convencimiento de que vuestra presencia, vuestro trabajo, vuestra dedicación son imprescindibles para construir su proyecto de vida.
El Gobierno de España lo sabe. Y va a seguir implementando las políticas necesarias para que el servicio que prestáis sea cada vez mejor, para que contéis con los medios adecuados y para que seáis cada vez más eficaces dando seguridad a la ciudadanía.
Queda ya muy lejos aquel 12 de septiembre de 1844 en el que la Guardia Civil llevó a cabo su primera acción policial evitando el asalto, a la altura de Navalcarnero, de la diligencia de Extremadura. O la creación, el 7 de abril de 1902, de la sección de Velocipedistas del Cuerpo de la Guardia Civil. O el primer dispositivo de seguridad con guardias civiles de paisano establecido en octubre de 1903 en la feria de Baena para detener al bandolero Manuel López el Vizcaya.
La Guardia Civil se ha convertido, a lo largo del tiempo, en una policía integral reconocida en todo el mundo por vuestra profesionalidad, por vuestra capacidad de intervención y por vuestro alto grado de formación para afrontar y resolver los conflictos. Así os lo reconocemos también en nuestra tierra. Porque sabemos que constituís, junto al Cuerpo Nacional de Policía, el núcleo esencial del servicio público policial que el Estado debe ofrecer a la sociedad.
1.505 hombres y mujeres formáis hoy la plantilla de la Guardia Civil en Castellón. Sois 500 más que hace apenas cuatro años. Contáis con recursos materiales y tecnológicos adecuados para combatir la delincuencia y prestar vuestros servicios de auxilio a los ciudadanos.
No obstante, a pesar del gran esfuerzo de actualización de catálogos y equipamientos de los últimos años, el Gobierno va a continuar reforzando vuestra capacidad de actuación. En 2010, en un entorno presupuestario manifiestamente austero, el Ministerio del Interior incrementará en más del 3 por 100 sus recursos financieros para implementar las políticas de seguridad, con más de 5.800 millones de euros.
En línea con ese compromiso del Gobierno, a lo largo de este año hemos puesto en marcha la construcción de los nuevos cuarteles de Morella y Oropesa y se han reanudado las obras del de l’Alcora, después de años de parálisis. Así mismo, hemos dado por concluida la reforma integral del cuartel de Vilafamés, y muy pronto se hará lo propio con el de Segorbe. Quiero aquí agradecer la colaboración de la Diputación y de los ayuntamientos de estas últimas localidades, imprescindible para la culminación de esas obras de reforma. Sin duda, la cooperación leal y eficaz de las distintas administraciones del Estado, en este como en cualquier otro ámbito, es la mejor forma de atender las necesidades de los ciudadanos.
La puesta en servicio de esas nuevas instalaciones y la paulatina remodelación y actualización de las ya existentes permitirá ofrecer un mejor servicio público policial en nuestras comarcas. La importancia de este conjunto de actuaciones, a las que se unirán los cuarteles de Onda y Almassora, pendientes de licitación, y el de Vilafranca, cuyo proyecto ha sido ya redactado, cobra su alcance real si recordamos que la última reforma integral de un cuartel de la provincia se inauguró en 1996 y que el último cuartel de nueva construcción que entró en servicio lo hizo en 1986.
Vuestro trabajo diario y vuestra profesionalidad han permitido rentabilizar en beneficio de la sociedad el esfuerzo del Gobierno por dotados de más efectivos y mejores medios. Gracias por habernos permitido disminuir la tasa delincuencial en la provincia en los últimos años. Vosotros, guardias civiles, y los hombres y mujeres del Cuerpo Nacional de Policía en la provincia, sois los verdaderos artífices de esa tendencia favorable en la lucha contra el delito.
Gracias por ello. Y gracias por el ejemplo de compromiso y de entrega en momentos tan difíciles como los que vivimos a finales de julio en las tierras del Palancia o hace apenas unas semanas en la Plana. Permitidme que reconozca expresamente aquí el trabajo de los muchos guardias civiles que lucharon esforzadamente para proteger a la ciudadanía de la fuerza destructora del fuego y del agua.
Este año estamos celebrando el quincuagésimo aniversario de la constitución de la Agrupación de Tráfico. 50 años de compromiso con la seguridad vial en nuestras carreteras. 50 años trabajando para que nos sintamos más seguros y para que prevalezcan los derechos de todos frente a la irresponsabilidad y la falta de civismo de algunos. Permitidme pues que exprese mi agradecimiento, el del Gobierno y el del conjunto de la sociedad a los hombres y mujeres del Subsector de Tráfico de esta Comandancia. Nuestro reconocimiento a vuestra inestimable labor en la prevención de la siniestralidad vial y el control del tráfico; a vuestro trabajo humanitario de asistencia y ayuda a quienes sufren el dolor, a menudo irreversible, del asfalto. Reconocimiento, también, al alto grado de formación y especialización científica y tecnológica de vuestros equipos de reconstrucción de accidentes, esenciales para que la Justicia pueda establecer las responsabilidades derivadas de los siniestros en la carretera. Vosotros y vosotras, guardias de la Agrupación de Tráfico tenéis mucho que ver en el descenso continuado de la inseguridad vial en el último lustro.
Sirva este agradecimiento público a la labor del Subsector para significar el alto grado de formación y capacitación de las distintas especialidades que prestan su servicio en esta Comandancia. La Unidad de Policía Judicial, la Intervención de Armas y Explosivos, los servicios de Protección de la Naturaleza, Fiscal, Marítimo, Cinológico y de desactivación de Explosivos o el Equipo de Atención al Inmigrante.
Comandante Soler, muy pronto continuarás tu trayectoria profesional en Valencia. Tengo la seguridad de que te llevarás de esta Comandancia el recuerdo de la amistad y del trabajo bien hecho. Sin duda tu alta cualificación profesional se habrá visto enriquecida por la experiencia vivida entre nosotros. Gracias por tu compromiso y mucha suerte.
Esta semana tomará tu relevo el comandante Gálvez. Tomás, vas a iniciar una nueva etapa en tu ya dilatada vida de servicio en la Guardia Civil. Saben de tu capacidad en la compañía de Burriana, que has comandado en los últimos años, y en el norte de la provincia, donde trabajaste durante largo tiempo. Tu experiencia va a ser fundamental en el nuevo tiempo que comienza para esta Comandancia.
También tú, querido Miguel, teniente coronel Fresneda, nos dejas. El año pasado, en este mismo acto, terminé mi intervención despidiéndome de ti. Ninguno de los dos imaginábamos entonces que hoy compartiríamos de nuevo esta celebración de la patrona. Sé que donde vayas aportarás lo mucho y bien que sabes para hacer cada vez más eficaz al Instituto. Mucha suerte, Miguel.
Coronel Díez-Cubelos, durante los últimos cuatro años has sido tú quien has intervenido en este acto como jefe de la Comandancia de Castellón. Hoy estás aquí preparando el traslado hacia tu nuevo destino como jefe de la Comandancia de Granada. Quiero expresarte públicamente el reconocimiento del Gobierno de España al excelente trabajo que has realizado al frente de la Guardia Civil en nuestra provincia.
En lo personal, José Manuel, poco más puedo decirte que no sepas. Han sido muchas horas de conversación guiadas por la sinceridad, la discreción y la serenidad de criterio. Muchas preocupaciones compartidas, decisiones contrastadas e ilusiones perseguidas. Gracias, especialmente, por haberte conducido siempre con lealtad institucional y, también, personal. Gracias porque ese es, para mí, el supremo valor de la amistad. Seguiremos hablando, coronel, y no dudes de que continuaremos discutiendo sobre nuestro siglo XIX, convencido como estoy de que andas buscando argumentos para rebatirme.
En las próximas semanas el teniente coronel Cabello tomará posesión del cargo que tú has ejercido con tanto acierto. Su expediente lo acredita como excelente profesional y no dudo de que sabrá mantener el nivel que tú has dejado.
A todos cuantos habéis sido condecorados, enhorabuena. Entended este acto como muestra de gratitud por vuestro compromiso con la sociedad. Llevad con honor la medalla que la Benemérita os ha entregado.
Deseo expresar también mi gratitud a aquellas personas que han dedicado toda su vida al servicio público desde el cuerpo y que ahora se encuentran ya retirados o en la reserva. Estos veteranos son el ejemplo que debéis seguir los guardias más jóvenes; su experiencia, su profesionalidad y su dedicación deben serviros de guía en vuestra labor profesional.
Me dirijo ahora a vosotros y vosotras, a los familiares de los guardias de esta Comandancia. Sabed que este Instituto no sería lo que es sin vuestro apoyo, sin vuestro callado sacrificio. Sentid el legítimo orgullo de pertenecer al Cuerpo que desde hace 160 años vela por la seguridad de los españoles.
Voy a terminar ya agradeciendo a quienes hoy nos acompañáis vuestra presencia. Y a vosotros y vosotras, hombres y mujeres de la Guardia Civil, instaros a que perseveréis en la consecución del compromiso colectivo de servicio, de ayuda a los demás, de proximidad y colaboración con la sociedad a la que servís.
Gracias a todos y a todas y buen día de la Pilarica.
En Castellón la gente os quiere. Ve en los y las guardias civiles el compromiso del Estado con la defensa de su vida y de sus bienes, con su voluntad de progreso, con su anhelo de libertad. Los hombres y las mujeres de Burriana o de Morella, de Montanejos o de Rosell, de la Alcudia de Veo o de Oropesa tienen el convencimiento de que vuestra presencia, vuestro trabajo, vuestra dedicación son imprescindibles para construir su proyecto de vida.
El Gobierno de España lo sabe. Y va a seguir implementando las políticas necesarias para que el servicio que prestáis sea cada vez mejor, para que contéis con los medios adecuados y para que seáis cada vez más eficaces dando seguridad a la ciudadanía.
Queda ya muy lejos aquel 12 de septiembre de 1844 en el que la Guardia Civil llevó a cabo su primera acción policial evitando el asalto, a la altura de Navalcarnero, de la diligencia de Extremadura. O la creación, el 7 de abril de 1902, de la sección de Velocipedistas del Cuerpo de la Guardia Civil. O el primer dispositivo de seguridad con guardias civiles de paisano establecido en octubre de 1903 en la feria de Baena para detener al bandolero Manuel López el Vizcaya.
La Guardia Civil se ha convertido, a lo largo del tiempo, en una policía integral reconocida en todo el mundo por vuestra profesionalidad, por vuestra capacidad de intervención y por vuestro alto grado de formación para afrontar y resolver los conflictos. Así os lo reconocemos también en nuestra tierra. Porque sabemos que constituís, junto al Cuerpo Nacional de Policía, el núcleo esencial del servicio público policial que el Estado debe ofrecer a la sociedad.
1.505 hombres y mujeres formáis hoy la plantilla de la Guardia Civil en Castellón. Sois 500 más que hace apenas cuatro años. Contáis con recursos materiales y tecnológicos adecuados para combatir la delincuencia y prestar vuestros servicios de auxilio a los ciudadanos.
No obstante, a pesar del gran esfuerzo de actualización de catálogos y equipamientos de los últimos años, el Gobierno va a continuar reforzando vuestra capacidad de actuación. En 2010, en un entorno presupuestario manifiestamente austero, el Ministerio del Interior incrementará en más del 3 por 100 sus recursos financieros para implementar las políticas de seguridad, con más de 5.800 millones de euros.
En línea con ese compromiso del Gobierno, a lo largo de este año hemos puesto en marcha la construcción de los nuevos cuarteles de Morella y Oropesa y se han reanudado las obras del de l’Alcora, después de años de parálisis. Así mismo, hemos dado por concluida la reforma integral del cuartel de Vilafamés, y muy pronto se hará lo propio con el de Segorbe. Quiero aquí agradecer la colaboración de la Diputación y de los ayuntamientos de estas últimas localidades, imprescindible para la culminación de esas obras de reforma. Sin duda, la cooperación leal y eficaz de las distintas administraciones del Estado, en este como en cualquier otro ámbito, es la mejor forma de atender las necesidades de los ciudadanos.
La puesta en servicio de esas nuevas instalaciones y la paulatina remodelación y actualización de las ya existentes permitirá ofrecer un mejor servicio público policial en nuestras comarcas. La importancia de este conjunto de actuaciones, a las que se unirán los cuarteles de Onda y Almassora, pendientes de licitación, y el de Vilafranca, cuyo proyecto ha sido ya redactado, cobra su alcance real si recordamos que la última reforma integral de un cuartel de la provincia se inauguró en 1996 y que el último cuartel de nueva construcción que entró en servicio lo hizo en 1986.
Vuestro trabajo diario y vuestra profesionalidad han permitido rentabilizar en beneficio de la sociedad el esfuerzo del Gobierno por dotados de más efectivos y mejores medios. Gracias por habernos permitido disminuir la tasa delincuencial en la provincia en los últimos años. Vosotros, guardias civiles, y los hombres y mujeres del Cuerpo Nacional de Policía en la provincia, sois los verdaderos artífices de esa tendencia favorable en la lucha contra el delito.
Gracias por ello. Y gracias por el ejemplo de compromiso y de entrega en momentos tan difíciles como los que vivimos a finales de julio en las tierras del Palancia o hace apenas unas semanas en la Plana. Permitidme que reconozca expresamente aquí el trabajo de los muchos guardias civiles que lucharon esforzadamente para proteger a la ciudadanía de la fuerza destructora del fuego y del agua.
Este año estamos celebrando el quincuagésimo aniversario de la constitución de la Agrupación de Tráfico. 50 años de compromiso con la seguridad vial en nuestras carreteras. 50 años trabajando para que nos sintamos más seguros y para que prevalezcan los derechos de todos frente a la irresponsabilidad y la falta de civismo de algunos. Permitidme pues que exprese mi agradecimiento, el del Gobierno y el del conjunto de la sociedad a los hombres y mujeres del Subsector de Tráfico de esta Comandancia. Nuestro reconocimiento a vuestra inestimable labor en la prevención de la siniestralidad vial y el control del tráfico; a vuestro trabajo humanitario de asistencia y ayuda a quienes sufren el dolor, a menudo irreversible, del asfalto. Reconocimiento, también, al alto grado de formación y especialización científica y tecnológica de vuestros equipos de reconstrucción de accidentes, esenciales para que la Justicia pueda establecer las responsabilidades derivadas de los siniestros en la carretera. Vosotros y vosotras, guardias de la Agrupación de Tráfico tenéis mucho que ver en el descenso continuado de la inseguridad vial en el último lustro.
Sirva este agradecimiento público a la labor del Subsector para significar el alto grado de formación y capacitación de las distintas especialidades que prestan su servicio en esta Comandancia. La Unidad de Policía Judicial, la Intervención de Armas y Explosivos, los servicios de Protección de la Naturaleza, Fiscal, Marítimo, Cinológico y de desactivación de Explosivos o el Equipo de Atención al Inmigrante.
Comandante Soler, muy pronto continuarás tu trayectoria profesional en Valencia. Tengo la seguridad de que te llevarás de esta Comandancia el recuerdo de la amistad y del trabajo bien hecho. Sin duda tu alta cualificación profesional se habrá visto enriquecida por la experiencia vivida entre nosotros. Gracias por tu compromiso y mucha suerte.
Esta semana tomará tu relevo el comandante Gálvez. Tomás, vas a iniciar una nueva etapa en tu ya dilatada vida de servicio en la Guardia Civil. Saben de tu capacidad en la compañía de Burriana, que has comandado en los últimos años, y en el norte de la provincia, donde trabajaste durante largo tiempo. Tu experiencia va a ser fundamental en el nuevo tiempo que comienza para esta Comandancia.
También tú, querido Miguel, teniente coronel Fresneda, nos dejas. El año pasado, en este mismo acto, terminé mi intervención despidiéndome de ti. Ninguno de los dos imaginábamos entonces que hoy compartiríamos de nuevo esta celebración de la patrona. Sé que donde vayas aportarás lo mucho y bien que sabes para hacer cada vez más eficaz al Instituto. Mucha suerte, Miguel.
Coronel Díez-Cubelos, durante los últimos cuatro años has sido tú quien has intervenido en este acto como jefe de la Comandancia de Castellón. Hoy estás aquí preparando el traslado hacia tu nuevo destino como jefe de la Comandancia de Granada. Quiero expresarte públicamente el reconocimiento del Gobierno de España al excelente trabajo que has realizado al frente de la Guardia Civil en nuestra provincia.
En lo personal, José Manuel, poco más puedo decirte que no sepas. Han sido muchas horas de conversación guiadas por la sinceridad, la discreción y la serenidad de criterio. Muchas preocupaciones compartidas, decisiones contrastadas e ilusiones perseguidas. Gracias, especialmente, por haberte conducido siempre con lealtad institucional y, también, personal. Gracias porque ese es, para mí, el supremo valor de la amistad. Seguiremos hablando, coronel, y no dudes de que continuaremos discutiendo sobre nuestro siglo XIX, convencido como estoy de que andas buscando argumentos para rebatirme.
En las próximas semanas el teniente coronel Cabello tomará posesión del cargo que tú has ejercido con tanto acierto. Su expediente lo acredita como excelente profesional y no dudo de que sabrá mantener el nivel que tú has dejado.
A todos cuantos habéis sido condecorados, enhorabuena. Entended este acto como muestra de gratitud por vuestro compromiso con la sociedad. Llevad con honor la medalla que la Benemérita os ha entregado.
Deseo expresar también mi gratitud a aquellas personas que han dedicado toda su vida al servicio público desde el cuerpo y que ahora se encuentran ya retirados o en la reserva. Estos veteranos son el ejemplo que debéis seguir los guardias más jóvenes; su experiencia, su profesionalidad y su dedicación deben serviros de guía en vuestra labor profesional.
Me dirijo ahora a vosotros y vosotras, a los familiares de los guardias de esta Comandancia. Sabed que este Instituto no sería lo que es sin vuestro apoyo, sin vuestro callado sacrificio. Sentid el legítimo orgullo de pertenecer al Cuerpo que desde hace 160 años vela por la seguridad de los españoles.
Voy a terminar ya agradeciendo a quienes hoy nos acompañáis vuestra presencia. Y a vosotros y vosotras, hombres y mujeres de la Guardia Civil, instaros a que perseveréis en la consecución del compromiso colectivo de servicio, de ayuda a los demás, de proximidad y colaboración con la sociedad a la que servís.
Gracias a todos y a todas y buen día de la Pilarica.
02 octubre 2009
Discurso pronunciado con motivo de la celebración del Día del Cuerpo Nacional de Policía en Castelló de la Plana el 2 de octubre de 2009
Estamos aquí otro año más celebrando el día de los Ángeles custodios, patrones del Cuerpo Nacional de Policía. Gracias a todos los que hoy nos acompañáis en este acto tan entrañable y que sirve para honrar a cuantos forman parte de la Policía y de los cuerpos generales adscritos.
Como dejó escrito el que fuera catedrático de Derecho Penal y Presidente del Centro Internacional de Investigación sobre la delincuencia, la marginalidad y las relaciones sociales Antonio Beristain en su libro Policía y sociedad democrática: "La actuación de las Fuerzas de Seguridad sirve de termómetro para medir el grado de respeto de una comunidad a los derechos humanos: 'dime la policía que tienes y te diré qué democracia has alcanzado'."
En una sociedad democrática como la nuestra los gobiernos tienen el mandato de la ciudadanía para garantizar la seguridad, la libertad y la igualdad de oportunidades de todos y cada uno de los hombres y mujeres que conforman el cuerpo social.
Vuestro trabajo se convierte por tanto en uno de los pilares esenciales del Estado de derecho en la España democrática, y es determinante para que los ciudadanos y las ciudadanas se sientan seguros y sean efectivamente libres.
La sociedad española disfruta hoy de una democracia plenamente afianzada. Y cuenta, para garantizarla, con una Policía ejemplar, compuesta por hombres y mujeres cabales, disciplinados, excelentes profesionales comprometidos con el imperio de la ley. Hombres y mujeres que habéis sabido ganaros el respeto y la admiración de toda la sociedad. Sois vistos por todos los ciudadanos honrados como garantía de sus derechos y sus libertades. Y por ello os consideran una de las instituciones más valoradas del Estado, como los estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas vienen corroborando año tras año.
Hoy todo el mundo admite que la lucha contra la delincuencia no es una tarea exclusiva de las fuerzas policiales. El delito es un fenómeno complejo, variable y policausal en el que inciden múltiples factores de carácter individual, social e institucional. Pero aunque sólo con policía seremos incapaces de combatir el delito, es incuestionable que para combatirlo la policía juega un papel esencial. Una policía que debe ser eficaz para defender a nuestros ciudadanos y ciudadanas de la pequeña delincuencia callejera, así como de la delincuencia organizada, de la nacida en el seno de las relaciones de género y también de tipos de delincuencia más refinados como la financiera, la alimentaria, la medioambiental, la informática o la delincuencia asociada a la gestión pública e institucional.
Por eso, durante estos años, el Gobierno de España al que represento, ha realizado un gran esfuerzo para dotar al Cuerpo Nacional de Policía de los recursos materiales y humanos que le permitan dar respuesta eficaz a todos los fenómenos delincuenciales. Para continuar con ese compromiso, el Proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2010, a pesar del contexto general de austeridad en el gasto, prevé destinar más de 5.800 millones de euros a las políticas de seguridad (un 3,2 por 100 más que en este ejercicio), especialmente dedicados a la lucha contra la delincuencia organizada en general y contra el terrorismo en particular, la lucha contra el tráfico de drogas y el blanqueo de capitales, la lucha contra la inmigración irregular, y la coordinación y especialización de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Estas políticas del Gobierno han permitido impulsar durante estos años en nuestra provincia:
Todo ello está posibilitando la implementación continuada de programas de calidad que incidan en la atención a las víctimas y demás usuarios de los servicios policiales, refuercen las estrategias preventivas y nos permitan mejorar la percepción subjetiva que los ciudadanos y las ciudadanas tienen de su seguridad. En esa línea, estamos estrechando la relación con los agentes sociales y promoviendo una estrategia de comunicación más eficaz que permita a la ciudadanía conocer en mejor medida el trabajo de su Policía.
Como consecuencia de todo ello, pero fundamentalmente gracias al esfuerzo denodado y a la profesionalidad de cuantos formáis parte de este equipo ejemplar, la Comisaría Provincial de Castellón se ha convertido en una de las más eficaces de España, habiendo conseguido el descenso sostenido de la delincuencia desde 2005 en Castellón y Vila-real y el incremento paralelo de la eficacia policial y del número de detenidos.
Buen trabajo en seguridad. Buen trabajo, también, en el resto de competencias que os reconoce nuestro ordenamiento legal. Los funcionarios y funcionarias de los cuerpos generales han expedido más de 100.000 DNIs y pasaportes electrónicos en el último año y han atendido a más de 56.000 ciudadanos extranjeros. Nunca os agradeceré lo suficiente vuestra dedicación.
Comisario, permíteme que concrete el compromiso de todos vosotros con el conjunto de la sociedad en un hecho puntual. A primera hora de la tarde del pasado 23 de julio la Policía de Castellón movilizó todos sus recursos ante el avance del fuego en las inmediaciones de las urbanizaciones de montaña en el oeste de nuestra ciudad. Los ciudadanos encontraron en vuestro valor y sentido del servicio público el apoyo que en esos momentos difíciles precisaban. Gracias a todos y a todas por ese ejemplo de solidaridad. Gracias también a la Guardia Civil y al resto de servicios de emergencias intervinientes en las tareas de rescate y de lucha contra el fuego.
Jorge, querido Comisario, quiero reconocer públicamente una vez más tu profesionalidad, tu entrega y tu buen hacer. Tú, el equipo de dirección que comanda la Comisaría y los funcionarios y funcionarias que tienes a tu cargo sois los principales responsables del buen trabajo hecho y de sus excelentes resultados. La gente de Castellón y Vila-real nos sentimos en deuda con quienes os jugáis la vida a diario por defender nuestra dignidad.
A quienes hoy habéis sido condecorados, señalaros que lo habéis sido por los servicios prestados a la sociedad a la que servís y que representáis mejor que nadie el carácter abnegado y valeroso de la Policía. Vosotros y vuestras familias merecéis nuestro reconocimiento sincero, y el de toda la sociedad de Castellón.
No puedo olvidar aquí a aquellos agentes que perdieron su vida o su salud defendiendo los derechos y las libertades de todos nosotros. Ni a sus familiares, que sintieron el dolor y el desconsuelo de la pérdida.
A todos, de todo corazón, muchas gracias.
Como dejó escrito el que fuera catedrático de Derecho Penal y Presidente del Centro Internacional de Investigación sobre la delincuencia, la marginalidad y las relaciones sociales Antonio Beristain en su libro Policía y sociedad democrática: "La actuación de las Fuerzas de Seguridad sirve de termómetro para medir el grado de respeto de una comunidad a los derechos humanos: 'dime la policía que tienes y te diré qué democracia has alcanzado'."
En una sociedad democrática como la nuestra los gobiernos tienen el mandato de la ciudadanía para garantizar la seguridad, la libertad y la igualdad de oportunidades de todos y cada uno de los hombres y mujeres que conforman el cuerpo social.
Vuestro trabajo se convierte por tanto en uno de los pilares esenciales del Estado de derecho en la España democrática, y es determinante para que los ciudadanos y las ciudadanas se sientan seguros y sean efectivamente libres.
La sociedad española disfruta hoy de una democracia plenamente afianzada. Y cuenta, para garantizarla, con una Policía ejemplar, compuesta por hombres y mujeres cabales, disciplinados, excelentes profesionales comprometidos con el imperio de la ley. Hombres y mujeres que habéis sabido ganaros el respeto y la admiración de toda la sociedad. Sois vistos por todos los ciudadanos honrados como garantía de sus derechos y sus libertades. Y por ello os consideran una de las instituciones más valoradas del Estado, como los estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas vienen corroborando año tras año.
Hoy todo el mundo admite que la lucha contra la delincuencia no es una tarea exclusiva de las fuerzas policiales. El delito es un fenómeno complejo, variable y policausal en el que inciden múltiples factores de carácter individual, social e institucional. Pero aunque sólo con policía seremos incapaces de combatir el delito, es incuestionable que para combatirlo la policía juega un papel esencial. Una policía que debe ser eficaz para defender a nuestros ciudadanos y ciudadanas de la pequeña delincuencia callejera, así como de la delincuencia organizada, de la nacida en el seno de las relaciones de género y también de tipos de delincuencia más refinados como la financiera, la alimentaria, la medioambiental, la informática o la delincuencia asociada a la gestión pública e institucional.
Por eso, durante estos años, el Gobierno de España al que represento, ha realizado un gran esfuerzo para dotar al Cuerpo Nacional de Policía de los recursos materiales y humanos que le permitan dar respuesta eficaz a todos los fenómenos delincuenciales. Para continuar con ese compromiso, el Proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2010, a pesar del contexto general de austeridad en el gasto, prevé destinar más de 5.800 millones de euros a las políticas de seguridad (un 3,2 por 100 más que en este ejercicio), especialmente dedicados a la lucha contra la delincuencia organizada en general y contra el terrorismo en particular, la lucha contra el tráfico de drogas y el blanqueo de capitales, la lucha contra la inmigración irregular, y la coordinación y especialización de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Estas políticas del Gobierno han permitido impulsar durante estos años en nuestra provincia:
- La modernización de las estructuras y medios materiales con que cuenta la Policía en Castellón, lo que nos está permitiendo dar respuesta eficaz y preventiva contra la actividad delincuencial en la conurbación Castellón-Vila-real.
- El incremento del número de efectivos con que cuenta la Policía Nacional en la provincia. De los 265 policías que configuraban nuestro catálogo en 2005 hemos pasado a 390 en la actualidad.
- La construcción de una nueva Comisaría Provincial en la ciudad de Castellón, que a fecha de hoy se encuentra muy avanzada y que podrá ser inaugurada el próximo año.
Todo ello está posibilitando la implementación continuada de programas de calidad que incidan en la atención a las víctimas y demás usuarios de los servicios policiales, refuercen las estrategias preventivas y nos permitan mejorar la percepción subjetiva que los ciudadanos y las ciudadanas tienen de su seguridad. En esa línea, estamos estrechando la relación con los agentes sociales y promoviendo una estrategia de comunicación más eficaz que permita a la ciudadanía conocer en mejor medida el trabajo de su Policía.
Como consecuencia de todo ello, pero fundamentalmente gracias al esfuerzo denodado y a la profesionalidad de cuantos formáis parte de este equipo ejemplar, la Comisaría Provincial de Castellón se ha convertido en una de las más eficaces de España, habiendo conseguido el descenso sostenido de la delincuencia desde 2005 en Castellón y Vila-real y el incremento paralelo de la eficacia policial y del número de detenidos.
Buen trabajo en seguridad. Buen trabajo, también, en el resto de competencias que os reconoce nuestro ordenamiento legal. Los funcionarios y funcionarias de los cuerpos generales han expedido más de 100.000 DNIs y pasaportes electrónicos en el último año y han atendido a más de 56.000 ciudadanos extranjeros. Nunca os agradeceré lo suficiente vuestra dedicación.
Comisario, permíteme que concrete el compromiso de todos vosotros con el conjunto de la sociedad en un hecho puntual. A primera hora de la tarde del pasado 23 de julio la Policía de Castellón movilizó todos sus recursos ante el avance del fuego en las inmediaciones de las urbanizaciones de montaña en el oeste de nuestra ciudad. Los ciudadanos encontraron en vuestro valor y sentido del servicio público el apoyo que en esos momentos difíciles precisaban. Gracias a todos y a todas por ese ejemplo de solidaridad. Gracias también a la Guardia Civil y al resto de servicios de emergencias intervinientes en las tareas de rescate y de lucha contra el fuego.
Jorge, querido Comisario, quiero reconocer públicamente una vez más tu profesionalidad, tu entrega y tu buen hacer. Tú, el equipo de dirección que comanda la Comisaría y los funcionarios y funcionarias que tienes a tu cargo sois los principales responsables del buen trabajo hecho y de sus excelentes resultados. La gente de Castellón y Vila-real nos sentimos en deuda con quienes os jugáis la vida a diario por defender nuestra dignidad.
A quienes hoy habéis sido condecorados, señalaros que lo habéis sido por los servicios prestados a la sociedad a la que servís y que representáis mejor que nadie el carácter abnegado y valeroso de la Policía. Vosotros y vuestras familias merecéis nuestro reconocimiento sincero, y el de toda la sociedad de Castellón.
No puedo olvidar aquí a aquellos agentes que perdieron su vida o su salud defendiendo los derechos y las libertades de todos nosotros. Ni a sus familiares, que sintieron el dolor y el desconsuelo de la pérdida.
A todos, de todo corazón, muchas gracias.
24 septiembre 2009
Discurso con motivo de la celebración de Nuestra Señora de la Merced en el Centro Penitenciario Castellón II en 2009
La de hoy es una jornada histórica para todos nosotros porque, por primera vez, celebramos la festividad de la Merced en Albocàsser, en el nuevo Centro Penitenciario Castellón II, que cumple ahora su primer año de vida. Y, aunque siempre es difícil y complicado poner en marcha un centro de estas características, creo que podemos decir, sin caer en la autocomplacencia, que las cosas han ido razonablemente bien durante este tiempo, gracias a la profesionalidad del personal que presta servicio en estas instalaciones, al buen hacer del equipo directivo que encabeza Ana Acosta y a las políticas impulsadas por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias del Gobierno de España.
Decía el presidente Azaña que “La libertad no hace felices a los hombres, los hace sencillamente hombres”. Yo creo que don Manuel estaba en lo cierto; la libertad convierte a los seres humanos en hombres y mujeres en toda su plenitud. No ha de sorprender que hablemos de libertad en un centro penitenciario. Porque todos tenemos ante nosotros un reto importante: conseguir que el mayor número posible de internos e internas alcance su plenitud como hombres y como mujeres una vez hayan cumplido su pena. Ayudar a los reclusos a reconocer sus errores, a rectificar y a poner rumbo hacia una vida de plenitud ciudadana, de compromiso social, supone un reto apasionante del que nuestra sociedad no puede abdicar. Debemos contribuir a que se sientan nuevamente hombres y mujeres libres.
Decía antes que Castellón II cumple su primer año de existencia. Un corto pero intenso trayecto, que os ha permitido poner en funcionamiento con la máxima eficacia esta infraestructura penitenciaria. A pesar de la complejidad del proceso, la normalidad ha sido la tónica dominante en el día a día de Castellón II, un centro que ya cuenta con 1.649 internos, 205 de los cuales realizan un trabajo remunerado. De estas personas que gozan de un puesto de trabajo y de un sueldo, 50 trabajan para las cuatro empresas externas que se han instalado en los talleres productivos de la prisión.
El trabajo es importante, sin duda, pero también lo es la formación. Por ello, 310 internos están siguiendo un curso de formación laboral que cuenta con distintas especialidades como lavandero-planchador, viverista, jardinero, electricista, soldador o informático a nivel de usuario. El objetivo final no es otro que la reinserción de estas personas en el mercado laboral, una vez que hayan cumplido condena que les ha conducido a prisión.
El sistema penitenciario español mantiene a los presos y penados en los centros en condiciones de dignidad, a lo que contribuye, sin duda, la práctica del deporte. En este centro de Albocàsser se hace más visible esta circunstancia, por tratarse de unas muy modernas instalaciones deportivas perfectamente equipadas, en las que alrededor de 450 internos practican varios deportes: fundamentalmente fútbol, fútbol-sala y pelota valenciana.
Castellón II es la novedad del último año en la provincia, pero no nos podemos olvidar del veterano centro de Castellón I, dirigido con gran acierto por Olga Ballesteros y su equipo. La prisión de la carretera de l’Alcora ha sufrido históricamente un problema de sobrepoblación. En la actualidad acoge a un total de 776 internos, una cifra importante, sin duda, pero inferior a la que se registraba hace tan sólo unos meses. Respecto a abril de 2009, se ha producido un descenso de la población reclusa de casi el 6%. Ahora Castellón I cuenta con 70 presos menos que el pasado mes de abril.
Sucede que España tiene una muy elevada población penitenciaria, sobre todo si comparamos nuestra realidad con la de otros países europeos de nuestro entorno. Esta elevada cantidad de internos tiene que ver con las particularidades del sistema judicial español, y con la eficacia del trabajo policial desarrollado por el Cuerpo Nacional de Policía y por la Guardia Civil. El generoso trabajo de los integrantes de ambos cuerpos está permitiendo reducir significativamente las tasas de criminalidad y aumentar de forma importante el índice de eficacia policial y la cifra de detenidos.
Como no podía ser de otro modo, a los funcionarios y funcionarias de Instituciones Penitenciarias que prestáis servicio en Castellón I y en Castellón II quiero agradeceros en nombre del Gobierno de España, y del conjunto de la sociedad, la extraordinaria labor que desarrolláis.
La gente no sabe mucho de las prisiones, ni de quien en ellas trabajáis a diario. Quizá porque no quiera saber; quizá porque vivimos en una sociedad que prefiere negar la evidencia de lo que no gusta. Por eso debéis reivindicaros; debemos reivindicar la dignidad del servicio público penitenciario. Sin vuestro trabajo la sociedad sería mucho menos libre, porque, sencillamente, sería mucho menos segura. Gracias por vuestro compromiso con todos nosotros, por tanto esfuerzo, por tanta dedicación. Por ser capaces de superar los retos emocionales del quehacer diario; o las incomprensiones generadas por avatares desgraciados.
Sin vuestra profesionalidad nuestros centros penitenciarios no podrían afrontar los múltiples programas rehabilitadores que están en marcha. Como los conveniados por Castellón I con la Universitat Jaume I, que permiten el desarrollo del practicum de los alumnos de Psicología y Derecho en el propio centro penitenciario o la realización de trabajos de los condenados en beneficio de la comunidad.
O la colaboración con la Agencia para la Mediación y la Integración y la Convivencia Social del Ayuntamiento de Castellón para poner en marcha programas de intervención con internos extranjeros.
Otras entidades como Cruz Roja, Patim, Proyecto Amigó o Pastoral Penitenciaria también colaboran con nuestras prisiones, a través de diversas actividades y programas. Hoy, en Madrid, el ministro Rubalcaba está entregando a la Fundación Patim, en la persona de su presidente Francisco López, la medalla de plata al Mérito Social Penitenciario como reconocimiento público a la importantísima tarea que realizáis.
Quiero dar las gracias a todas las asociaciones e instituciones que ayudan a los centros penitenciarios de la provincia de Castellón a poner en marcha una amplia gama de actividades rehabilitadoras a favor de los presos. Muchas gracias por vuestro compromiso. A vosotros, y a las empresas que colaboran para que los internos puedan disfrutar de un trabajo remunerado intramuros.
Para concluir quiero personalizar mi admiración y agradecimiento hacia todos vosotros en los servidores públicos a los que ahora se les hará entrega de las menciones honoríficas, gracias a Antonio Carretero, Santiago Rincón, Julio Blázquez, Emilio Llanos, Ester Guzmán, José Luis Martín y Manuel Burgos. Representáis los valores de compromiso y vocación de servicio en los que todos creemos.
Buenas tardes, mucha suerte y feliz día de la Merced. Muchas Gracias
Decía el presidente Azaña que “La libertad no hace felices a los hombres, los hace sencillamente hombres”. Yo creo que don Manuel estaba en lo cierto; la libertad convierte a los seres humanos en hombres y mujeres en toda su plenitud. No ha de sorprender que hablemos de libertad en un centro penitenciario. Porque todos tenemos ante nosotros un reto importante: conseguir que el mayor número posible de internos e internas alcance su plenitud como hombres y como mujeres una vez hayan cumplido su pena. Ayudar a los reclusos a reconocer sus errores, a rectificar y a poner rumbo hacia una vida de plenitud ciudadana, de compromiso social, supone un reto apasionante del que nuestra sociedad no puede abdicar. Debemos contribuir a que se sientan nuevamente hombres y mujeres libres.
Decía antes que Castellón II cumple su primer año de existencia. Un corto pero intenso trayecto, que os ha permitido poner en funcionamiento con la máxima eficacia esta infraestructura penitenciaria. A pesar de la complejidad del proceso, la normalidad ha sido la tónica dominante en el día a día de Castellón II, un centro que ya cuenta con 1.649 internos, 205 de los cuales realizan un trabajo remunerado. De estas personas que gozan de un puesto de trabajo y de un sueldo, 50 trabajan para las cuatro empresas externas que se han instalado en los talleres productivos de la prisión.
El trabajo es importante, sin duda, pero también lo es la formación. Por ello, 310 internos están siguiendo un curso de formación laboral que cuenta con distintas especialidades como lavandero-planchador, viverista, jardinero, electricista, soldador o informático a nivel de usuario. El objetivo final no es otro que la reinserción de estas personas en el mercado laboral, una vez que hayan cumplido condena que les ha conducido a prisión.
El sistema penitenciario español mantiene a los presos y penados en los centros en condiciones de dignidad, a lo que contribuye, sin duda, la práctica del deporte. En este centro de Albocàsser se hace más visible esta circunstancia, por tratarse de unas muy modernas instalaciones deportivas perfectamente equipadas, en las que alrededor de 450 internos practican varios deportes: fundamentalmente fútbol, fútbol-sala y pelota valenciana.
Castellón II es la novedad del último año en la provincia, pero no nos podemos olvidar del veterano centro de Castellón I, dirigido con gran acierto por Olga Ballesteros y su equipo. La prisión de la carretera de l’Alcora ha sufrido históricamente un problema de sobrepoblación. En la actualidad acoge a un total de 776 internos, una cifra importante, sin duda, pero inferior a la que se registraba hace tan sólo unos meses. Respecto a abril de 2009, se ha producido un descenso de la población reclusa de casi el 6%. Ahora Castellón I cuenta con 70 presos menos que el pasado mes de abril.
Sucede que España tiene una muy elevada población penitenciaria, sobre todo si comparamos nuestra realidad con la de otros países europeos de nuestro entorno. Esta elevada cantidad de internos tiene que ver con las particularidades del sistema judicial español, y con la eficacia del trabajo policial desarrollado por el Cuerpo Nacional de Policía y por la Guardia Civil. El generoso trabajo de los integrantes de ambos cuerpos está permitiendo reducir significativamente las tasas de criminalidad y aumentar de forma importante el índice de eficacia policial y la cifra de detenidos.
Como no podía ser de otro modo, a los funcionarios y funcionarias de Instituciones Penitenciarias que prestáis servicio en Castellón I y en Castellón II quiero agradeceros en nombre del Gobierno de España, y del conjunto de la sociedad, la extraordinaria labor que desarrolláis.
La gente no sabe mucho de las prisiones, ni de quien en ellas trabajáis a diario. Quizá porque no quiera saber; quizá porque vivimos en una sociedad que prefiere negar la evidencia de lo que no gusta. Por eso debéis reivindicaros; debemos reivindicar la dignidad del servicio público penitenciario. Sin vuestro trabajo la sociedad sería mucho menos libre, porque, sencillamente, sería mucho menos segura. Gracias por vuestro compromiso con todos nosotros, por tanto esfuerzo, por tanta dedicación. Por ser capaces de superar los retos emocionales del quehacer diario; o las incomprensiones generadas por avatares desgraciados.
Sin vuestra profesionalidad nuestros centros penitenciarios no podrían afrontar los múltiples programas rehabilitadores que están en marcha. Como los conveniados por Castellón I con la Universitat Jaume I, que permiten el desarrollo del practicum de los alumnos de Psicología y Derecho en el propio centro penitenciario o la realización de trabajos de los condenados en beneficio de la comunidad.
O la colaboración con la Agencia para la Mediación y la Integración y la Convivencia Social del Ayuntamiento de Castellón para poner en marcha programas de intervención con internos extranjeros.
Otras entidades como Cruz Roja, Patim, Proyecto Amigó o Pastoral Penitenciaria también colaboran con nuestras prisiones, a través de diversas actividades y programas. Hoy, en Madrid, el ministro Rubalcaba está entregando a la Fundación Patim, en la persona de su presidente Francisco López, la medalla de plata al Mérito Social Penitenciario como reconocimiento público a la importantísima tarea que realizáis.
Quiero dar las gracias a todas las asociaciones e instituciones que ayudan a los centros penitenciarios de la provincia de Castellón a poner en marcha una amplia gama de actividades rehabilitadoras a favor de los presos. Muchas gracias por vuestro compromiso. A vosotros, y a las empresas que colaboran para que los internos puedan disfrutar de un trabajo remunerado intramuros.
Para concluir quiero personalizar mi admiración y agradecimiento hacia todos vosotros en los servidores públicos a los que ahora se les hará entrega de las menciones honoríficas, gracias a Antonio Carretero, Santiago Rincón, Julio Blázquez, Emilio Llanos, Ester Guzmán, José Luis Martín y Manuel Burgos. Representáis los valores de compromiso y vocación de servicio en los que todos creemos.
Buenas tardes, mucha suerte y feliz día de la Merced. Muchas Gracias
12 julio 2009
Adelantando el futuro
Publicado en Mediterráneo en julio de 2007.
¿Sabe usted cuánto son 43 hectómetros cúbicos de agua? Cuarenta y tres mil millones de litros de agua. Algo así como 43 depósitos con la planta del estadio Castalia y 35 pisos de altura repletos de agua. Miren, si embotellamos toda esa agua en botellas de un litro y las plantamos una junto a otra daríamos más de 120 vueltas a la Tierra o llegaríamos más lejos que la Luna. Sin duda, mucha agua. Esa es la capacidad máxima de producción anual de la desalinizadora de Cabanes-Oropesa cuyas obras hemos comenzado esta semana. Ese es el compromiso del Gobierno de España con nuestro futuro.
En efecto, este miércoles el delegado del Gobierno, Ricardo Peralta, y la directora general del Agua, Marta Morén, han dado el inicio oficial a las obras de una infraestructura esencial para nuestro futuro. El de todos. El de los municipios de Cabanes, Oropesa y Benicàssim y el de otros que se adherirán en el futuro al convenio de explotación de la desaladora. Son 55 millones de euros en una primera fase que permitirá producir más de 21 hectómetros cúbicos para atender la demanda presente y futura de agua potable de gran parte de la Plana Alta.
Será esta la primera desalinizadora de nuestra provincia, a la que se unirá la de Moncofa, en la Plana Baixa, cuyo proyecto se encuentra en fase ya muy avanzada de tramitación administrativa. Estas dos instalaciones se sumarán a las más de 800 plantas desaladoras españolas que abastecen a millones de ciudadanos. Y su construcción, además de generar empleo, permitirá a las empresas adjudicatarias aplicar los desarrollos tecnológicos que han convertido al sector en referente mundial.
He leído y oído estos días a algunos que la planta va a generar más agua de la realmente necesaria. Bueno, esto es una novedad. Lo que se decía a menudo es que la falta de agua limitaba nuestro desarrollo. Que necesitábamos más agua. Eso siguen diciendo las pancartas sempiternamente colgadas de los balcones de la Diputación provincial.
Tal vez, la crisis y el frenazo en los proyectos urbanísticos nos hagan perder la perspectiva. Este tipo de infraestructuras no pueden estar condicionadas por los vaivenes coyunturales. El Gobierno tiene el compromiso de garantizar las necesidades hídricas de nuestra provincia actuales y futuras. Y para ello, a través de la acción concertada de Acuamed, las confederaciones hidrográficas del Júcar y del Ebro y del SEIASA ha puesto en marcha todo tipo de iniciativas para la provisión y adecuada gestión del agua en nuestra tierra. En colaboración con la Generalitat y las administraciones locales. Con la firme convicción de que las comarcas castellonenses precisan ver asegurada su suficiencia hídrica.
Esto es una apuesta por nuestro futuro. Y por el futuro de nuestros hijos. Esos 21 hectómetros cúbicos de la primera fase de la desaladora no sólo van destinados al desarrollo urbanístico. No. Esos miles de millones de litros de agua vienen a enriquecer nuestro patrimonio hídrico, nos hacen más ricos. Permitirán, también, gestionar mejor nuestros acuíferos, evitar su sobreexplotación, disponer de más recursos a nuestro sector agropecuario, proveer la demanda del desarrollo industrial y turístico. Es un aporte neto de agua potable que no detraemos de la ya existente en nuestro subsuelo o en nuestros ríos.
En 2011 la desaladora de Cabanes-Oropesa entrará en servicio. Y contribuirá, con las obras del embalse de Arenós, o la balsa de recogida de excedentes del río Belcaire (inaugurada en la Vall d’Uixó hace unas semanas), o la modernización de nuestros regadíos promovida por la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias y otras iniciativas en marcha, a construir un mejor futuro para esta tierra.
¿Sabe usted cuánto son 43 hectómetros cúbicos de agua? Cuarenta y tres mil millones de litros de agua. Algo así como 43 depósitos con la planta del estadio Castalia y 35 pisos de altura repletos de agua. Miren, si embotellamos toda esa agua en botellas de un litro y las plantamos una junto a otra daríamos más de 120 vueltas a la Tierra o llegaríamos más lejos que la Luna. Sin duda, mucha agua. Esa es la capacidad máxima de producción anual de la desalinizadora de Cabanes-Oropesa cuyas obras hemos comenzado esta semana. Ese es el compromiso del Gobierno de España con nuestro futuro.
En efecto, este miércoles el delegado del Gobierno, Ricardo Peralta, y la directora general del Agua, Marta Morén, han dado el inicio oficial a las obras de una infraestructura esencial para nuestro futuro. El de todos. El de los municipios de Cabanes, Oropesa y Benicàssim y el de otros que se adherirán en el futuro al convenio de explotación de la desaladora. Son 55 millones de euros en una primera fase que permitirá producir más de 21 hectómetros cúbicos para atender la demanda presente y futura de agua potable de gran parte de la Plana Alta.
Será esta la primera desalinizadora de nuestra provincia, a la que se unirá la de Moncofa, en la Plana Baixa, cuyo proyecto se encuentra en fase ya muy avanzada de tramitación administrativa. Estas dos instalaciones se sumarán a las más de 800 plantas desaladoras españolas que abastecen a millones de ciudadanos. Y su construcción, además de generar empleo, permitirá a las empresas adjudicatarias aplicar los desarrollos tecnológicos que han convertido al sector en referente mundial.
He leído y oído estos días a algunos que la planta va a generar más agua de la realmente necesaria. Bueno, esto es una novedad. Lo que se decía a menudo es que la falta de agua limitaba nuestro desarrollo. Que necesitábamos más agua. Eso siguen diciendo las pancartas sempiternamente colgadas de los balcones de la Diputación provincial.
Tal vez, la crisis y el frenazo en los proyectos urbanísticos nos hagan perder la perspectiva. Este tipo de infraestructuras no pueden estar condicionadas por los vaivenes coyunturales. El Gobierno tiene el compromiso de garantizar las necesidades hídricas de nuestra provincia actuales y futuras. Y para ello, a través de la acción concertada de Acuamed, las confederaciones hidrográficas del Júcar y del Ebro y del SEIASA ha puesto en marcha todo tipo de iniciativas para la provisión y adecuada gestión del agua en nuestra tierra. En colaboración con la Generalitat y las administraciones locales. Con la firme convicción de que las comarcas castellonenses precisan ver asegurada su suficiencia hídrica.
Esto es una apuesta por nuestro futuro. Y por el futuro de nuestros hijos. Esos 21 hectómetros cúbicos de la primera fase de la desaladora no sólo van destinados al desarrollo urbanístico. No. Esos miles de millones de litros de agua vienen a enriquecer nuestro patrimonio hídrico, nos hacen más ricos. Permitirán, también, gestionar mejor nuestros acuíferos, evitar su sobreexplotación, disponer de más recursos a nuestro sector agropecuario, proveer la demanda del desarrollo industrial y turístico. Es un aporte neto de agua potable que no detraemos de la ya existente en nuestro subsuelo o en nuestros ríos.
En 2011 la desaladora de Cabanes-Oropesa entrará en servicio. Y contribuirá, con las obras del embalse de Arenós, o la balsa de recogida de excedentes del río Belcaire (inaugurada en la Vall d’Uixó hace unas semanas), o la modernización de nuestros regadíos promovida por la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias y otras iniciativas en marcha, a construir un mejor futuro para esta tierra.
04 abril 2009
En bandeja de plata
Publicado en Mediterráneo el 4 de abril de 2009
El otro día tuve la sensación de estar viendo una nueva versión del clásico de Billy Wilder En bandeja de plata. La actuación del diputado y mandamás popular Federico Trillo en relación con el juicio por el accidente del Yak-42 y el dolor de los familiares de los 62 militares muertos en esa tragedia me recordó al desaprensivo Willie Gingrich (Walter Matthau). Salvando las distancias, lógicamente; Matthau y Jack Lemmon potagonizan una interpretación memorable que deja al descubierto las miserias humanas. Lo de Trillo es… es otra cosa. Tal vez al mago Wilder le hubiera gustado contar con un personaje como este para completar el elenco de secundarios de una de sus comedias. Tal vez. Pero a quien ha sido ministro del Reino de España, presidente del Congreso de los Diputados, reconocido parlamentario y jurista cabe exigirle lealtad con el Estado, con los servidores públicos (máxime con aquellos que murieron sirviendo a España y con sus familias) y con la ciudadanía.
No sé si Gingrich hubiera llegado a tanto en su voluntad de ocultar la verdad y defraudar a los otros. Si recuerdan, en esta preciosa y precisa obra maestra de Wilder un abogado sin escrúpulos trata de sacar beneficio de la desgracia ajena, con la colaboración tímida y dubitativa de su cuñado lesionado en un estadio de fútbol americano. El objetivo es conseguir una gran indemnización a costa del futbolista y las compañías de seguros a base de engaños, simulando una lesión mucho mayor de la que en realidad se había producido. El cúmulo de embustes y fraudes acaba por convertir la trama en un ir y venir de situaciones delirantes, ácidas y corrosivas. Ocultamiento, engaño, simulación, falta de sensibilidad, egoísmo sin límite.
La realidad, como saben, suele superar a la ficción. Y el empecinamiento de algunos cargos públicos por no asumir sus propias responsabilidades políticas e intentar sistemáticamente derivarlas hacia otros acaba por hastiar a la ciudadanía y debilitar las instituciones. Es fácil, para algunos, interpretar la mascarada, hacer ver que no va con ellos aquello de lo que se habla. Repartir excomuniones a diestro y siniestro sin asumir nunca, nunca la más mínima responsabilidad. Exigir a los otros aquello que no han sido capaces de exigirse a sí mismos.
En realidad, la actitud de Trillo no es más que el epítome de cierta práctica política. El paradigma de esa forma de entender y ejercer la política que antepone el interés particular a las demandas, las aspiraciones y las necesidades de los ciudadanos. No es, lamentablemente, un caso aislado y en Castellón lo sabemos bien.
En este tiempo es imprescindible que los ciudadanos confíen plenamente en las instituciones democráticas. Que sepan que todos estamos trabajando para fortalecer nuestra sociedad, salir de la crisis y construir un futuro mejor. Más allá de intereses particulares y partidistas, con el único afán de ayudar a empresas y ciudadanos a superar las dificultades. Porque esa es la razón de ser del Estado y de las instituciones que lo configuran; para eso los ciudadanos le dan su legitimidad, su fuerza, si capacidad de liderazgo, su representatividad.
Cuando las instituciones o los cargos públicos que las representan renuncian a sus responsabilidades y se limitan a transferirlas a otros acaban por convertirse en meras oficinas de reclamaciones esencialmente irresponsables. No es ese el camino. No es eso lo que esperan los ciudadanos. Cada uno tiene su cuota de responsabilidad y es en ese marco de competencia en el que debe asumirla y ejercerla. Con lealtad y vocación de servicio público.
El otro día tuve la sensación de estar viendo una nueva versión del clásico de Billy Wilder En bandeja de plata. La actuación del diputado y mandamás popular Federico Trillo en relación con el juicio por el accidente del Yak-42 y el dolor de los familiares de los 62 militares muertos en esa tragedia me recordó al desaprensivo Willie Gingrich (Walter Matthau). Salvando las distancias, lógicamente; Matthau y Jack Lemmon potagonizan una interpretación memorable que deja al descubierto las miserias humanas. Lo de Trillo es… es otra cosa. Tal vez al mago Wilder le hubiera gustado contar con un personaje como este para completar el elenco de secundarios de una de sus comedias. Tal vez. Pero a quien ha sido ministro del Reino de España, presidente del Congreso de los Diputados, reconocido parlamentario y jurista cabe exigirle lealtad con el Estado, con los servidores públicos (máxime con aquellos que murieron sirviendo a España y con sus familias) y con la ciudadanía.
No sé si Gingrich hubiera llegado a tanto en su voluntad de ocultar la verdad y defraudar a los otros. Si recuerdan, en esta preciosa y precisa obra maestra de Wilder un abogado sin escrúpulos trata de sacar beneficio de la desgracia ajena, con la colaboración tímida y dubitativa de su cuñado lesionado en un estadio de fútbol americano. El objetivo es conseguir una gran indemnización a costa del futbolista y las compañías de seguros a base de engaños, simulando una lesión mucho mayor de la que en realidad se había producido. El cúmulo de embustes y fraudes acaba por convertir la trama en un ir y venir de situaciones delirantes, ácidas y corrosivas. Ocultamiento, engaño, simulación, falta de sensibilidad, egoísmo sin límite.
La realidad, como saben, suele superar a la ficción. Y el empecinamiento de algunos cargos públicos por no asumir sus propias responsabilidades políticas e intentar sistemáticamente derivarlas hacia otros acaba por hastiar a la ciudadanía y debilitar las instituciones. Es fácil, para algunos, interpretar la mascarada, hacer ver que no va con ellos aquello de lo que se habla. Repartir excomuniones a diestro y siniestro sin asumir nunca, nunca la más mínima responsabilidad. Exigir a los otros aquello que no han sido capaces de exigirse a sí mismos.
En realidad, la actitud de Trillo no es más que el epítome de cierta práctica política. El paradigma de esa forma de entender y ejercer la política que antepone el interés particular a las demandas, las aspiraciones y las necesidades de los ciudadanos. No es, lamentablemente, un caso aislado y en Castellón lo sabemos bien.
En este tiempo es imprescindible que los ciudadanos confíen plenamente en las instituciones democráticas. Que sepan que todos estamos trabajando para fortalecer nuestra sociedad, salir de la crisis y construir un futuro mejor. Más allá de intereses particulares y partidistas, con el único afán de ayudar a empresas y ciudadanos a superar las dificultades. Porque esa es la razón de ser del Estado y de las instituciones que lo configuran; para eso los ciudadanos le dan su legitimidad, su fuerza, si capacidad de liderazgo, su representatividad.
Cuando las instituciones o los cargos públicos que las representan renuncian a sus responsabilidades y se limitan a transferirlas a otros acaban por convertirse en meras oficinas de reclamaciones esencialmente irresponsables. No es ese el camino. No es eso lo que esperan los ciudadanos. Cada uno tiene su cuota de responsabilidad y es en ese marco de competencia en el que debe asumirla y ejercerla. Con lealtad y vocación de servicio público.
04 marzo 2009
Cuarenta a cero
Publicado en Mediterráneo en mayo de 2009.
Hace unos días el más difundido de los medios escritos de comunicación de nuestra provincia titulaba a cuatro columnas en su portada: “Tarragona, 40 millones. Castellón, 0,35 millones.” Hacía referencia a la, según ese periódico, discriminación que padecía nuestra provincia en relación con las inversiones ferroviarias del Ministerio de Fomento respecto de Tarragona. Así lo argumentó también el alcalde Fabra en su intervención, esta semana, en el pleno de Les Corts, mostrando a la Cámara esa primera plana del Mediterráneo. 40 a 0, sin duda una proporción contundente, si nos atenemos a la literalidad del titular.
Estoy convencido, no obstante, que es necesario ir más allá. Miren, esos 40 millones que el Gobierno de España va a invertir en la red ferroviaria de la provincia de Tarragona se refieren al desdoblamiento del tramo Vandellós-Tarragona, tal como mostró el diario de referencia en sus páginas interiores. Una actuación fundamental para mejorar nuestra conectividad con Barcelona y Europa.
Ese tramo es el cuello de botella que entorpece una mejor conexión ferroviaria entre Castellón y Cataluña. Lo hemos dicho reiteradamente. Esa es la prioridad del Gobierno. Concluir la duplicación de la vía férrea entre Vandellós y Tarragona. Cuando esa obra esté realizada, la alta velocidad ferroviaria entre Castellón y Barcelona dejará de sufrir la ralentización que padece hoy en ese punto y ganaremos media hora en nuestra conexión con la ciudad condal.
Ello no presupone ninguna decisión posterior. El Ministerio de Fomento mantiene plenamente su compromiso de impulsar el estudio informativo para la construcción de una segunda plataforma de ancho internacional entre la capital de La Plana y Cataluña. Y el Gobierno ha reiterado su voluntad de instar a la Comisión Europea a incluir el Corredor Mediterráneo en la próxima revisión de las redes transeuropeas de transporte, corrigiendo así el injustificable “olvido” de la Administración Aznar en 2002 cuando se definieron esas redes.
Pero, mientras tanto, tenemos la obligación de completar nuestra conexión ferroviaria con Europa. No sería en modo alguno razonable que dejáramos ese cuello de botella. Es imprescindible intensificar todos los esfuerzos para garantizar a Castellón la mejor conectividad: es eso está el Gobierno, en el tramo Vandellós-Tarragona y en los proyectos del AVE Castellón-Valencia.
¿Se han parado a pensar por qué hay que actuar ahora en ese tramo? Precisamente porque es el único entre Tarragona y Valencia que carece de doble vía. Sí, así es. De Almenara a Vinaròs, el trazado está ya duplicado desde hace años. Y es allí donde hay que centrar los esfuerzos técnicos y financieros para mejorar nuestra posición.
Entiendo que ese “40 a 0” resulte muy goloso para quienes hacen del victimismo hacia el Gobierno de España su principal (y a menudo único) argumento político. Pero en este caso, como en tantos otros, es exigible a los responsables públicos provinciales más lealtad con nuestra gente y menos oportunismo. Los ciudadanos y las ciudadanas de esta tierra tienen derecho a saber que esa inversión es enormemente beneficiosa para sus intereses, como lo fue la construcción de la autovía a Madrid en Cuenca, o el by pass de Valencia.
Hace unos días el más difundido de los medios escritos de comunicación de nuestra provincia titulaba a cuatro columnas en su portada: “Tarragona, 40 millones. Castellón, 0,35 millones.” Hacía referencia a la, según ese periódico, discriminación que padecía nuestra provincia en relación con las inversiones ferroviarias del Ministerio de Fomento respecto de Tarragona. Así lo argumentó también el alcalde Fabra en su intervención, esta semana, en el pleno de Les Corts, mostrando a la Cámara esa primera plana del Mediterráneo. 40 a 0, sin duda una proporción contundente, si nos atenemos a la literalidad del titular.
Estoy convencido, no obstante, que es necesario ir más allá. Miren, esos 40 millones que el Gobierno de España va a invertir en la red ferroviaria de la provincia de Tarragona se refieren al desdoblamiento del tramo Vandellós-Tarragona, tal como mostró el diario de referencia en sus páginas interiores. Una actuación fundamental para mejorar nuestra conectividad con Barcelona y Europa.
Ese tramo es el cuello de botella que entorpece una mejor conexión ferroviaria entre Castellón y Cataluña. Lo hemos dicho reiteradamente. Esa es la prioridad del Gobierno. Concluir la duplicación de la vía férrea entre Vandellós y Tarragona. Cuando esa obra esté realizada, la alta velocidad ferroviaria entre Castellón y Barcelona dejará de sufrir la ralentización que padece hoy en ese punto y ganaremos media hora en nuestra conexión con la ciudad condal.
Ello no presupone ninguna decisión posterior. El Ministerio de Fomento mantiene plenamente su compromiso de impulsar el estudio informativo para la construcción de una segunda plataforma de ancho internacional entre la capital de La Plana y Cataluña. Y el Gobierno ha reiterado su voluntad de instar a la Comisión Europea a incluir el Corredor Mediterráneo en la próxima revisión de las redes transeuropeas de transporte, corrigiendo así el injustificable “olvido” de la Administración Aznar en 2002 cuando se definieron esas redes.
Pero, mientras tanto, tenemos la obligación de completar nuestra conexión ferroviaria con Europa. No sería en modo alguno razonable que dejáramos ese cuello de botella. Es imprescindible intensificar todos los esfuerzos para garantizar a Castellón la mejor conectividad: es eso está el Gobierno, en el tramo Vandellós-Tarragona y en los proyectos del AVE Castellón-Valencia.
¿Se han parado a pensar por qué hay que actuar ahora en ese tramo? Precisamente porque es el único entre Tarragona y Valencia que carece de doble vía. Sí, así es. De Almenara a Vinaròs, el trazado está ya duplicado desde hace años. Y es allí donde hay que centrar los esfuerzos técnicos y financieros para mejorar nuestra posición.
Entiendo que ese “40 a 0” resulte muy goloso para quienes hacen del victimismo hacia el Gobierno de España su principal (y a menudo único) argumento político. Pero en este caso, como en tantos otros, es exigible a los responsables públicos provinciales más lealtad con nuestra gente y menos oportunismo. Los ciudadanos y las ciudadanas de esta tierra tienen derecho a saber que esa inversión es enormemente beneficiosa para sus intereses, como lo fue la construcción de la autovía a Madrid en Cuenca, o el by pass de Valencia.
04 febrero 2009
Innovar para ganar el futuro
Publicado en Economía 3 en febrero de 2009.
Decía hace unas semanas el Nobel de Economía Robert E. Lucas que “en una crisis financiera las cosas suceden muy deprisa”. A estas alturas, en nuestro tiempo, nadie puede dudarlo. La actual crisis global se está mostrando extremadamente virulenta, tanto por su intensidad como por su profundidad, por su extensión como por la rapidez de su propagación.
Nuestra tierra no es ajena a la situación de la economía mundial. No lo fue, tampoco, al largo período de crecimiento y prosperidad que la precedió. El rápido deterioro de nuestra salud económica en los últimos trimestres se ha producido en un contexto internacional tremendamente adverso en el que la crisis financiera inicial ha terminado por arrumbar la economía productiva. Esto ocurre en Castellón y en el conjunto de España, como en Japón, Gran Bretaña, Estados Unidos o la Europa del Este.
Es cierto, no obstante, que en nuestras comarcas la crisis tiene acelerantes endógenos que están golpeando duramente nuestra capacidad de empleo y de generación de riqueza. Por un lado, la excesiva dependencia, directa o indirecta, del sector de la construcción nos ha hecho más vulnerables. Eso se ha traducido en un incremento voraz de la tasa de desempleo, que ha crecido en el último año el doble que en el conjunto de España. Por otra parte, el anquilosamiento de las estructuras institucionales castellonenses ha restado capacidad de respuesta a las especificidades de la crisis en la provincia. Estamos en un bucle melancólico que es preciso romper para retomar el impulso y las posibilidades que nuestros emprendedores y emprendedoras reclaman.
El futuro llegará preñado de nuevos paradigmas que es imprescindible determinar en el presente. No quiero decir con ello que los motores de nuestro reciente crecimiento decaigan. El empuje y la capacidad de proyección de nuestras empresas constructoras, azulejeras y turísticas han de seguir ejerciendo su protagonismo. De su inquebrantable vocación de futuro depende nuestra salida de la crisis.
Hemos de saber, sin embargo, que el mañana no va a ser igual que el ayer. Que hemos que repensarnos, de recrearnos. El tiempo de la globalización se nos ha mostrado, en esta crisis, en toda su descarnada realidad. Eso lo saben los emprendedores, propietarios, gerentes o trabajadores de nuestras empresas. Lo sabemos también las Administraciones Públicas, todas. Lo sabe la gente de nuestros pueblos y ciudades.
Y será con la complicidad de todos como abrazaremos el futuro con solidez y capacidad de progreso. El Gobierno de España ha convocado a todos los poderes públicos, a los agentes sociales y económicos, a la ciudadanía a conjurarnos contra la crisis. Lo ha hecho con medidas pactadas y acordadas con otros gobiernos y en el marco del diálogo social. Con dos premisas fundamentales: nadie puede quedar en la cuneta de la deriva de la crisis, porque proteger a los más vulnerables ahora es una cuestión de dignidad, y también un motor de dinamización económica y de estabilidad social. Y, dos, activar todos los resortes que nos permitan alumbrar un futuro de mayor consistencia, más competitivo, más solidario, de crecimiento más sostenible.
Las medidas anticrisis del Gobierno son bien conocidas, están siendo ejecutadas y abarcan toda la complejidad de esta crisis poliédrica. Y estoy convencido de que la Generalitat pondrá definitivamente en marcha las actuaciones tantas veces anunciadas en beneficio de los sectores productivos que son de su competencia. Nuestras empresas reclaman el liderazgo que sólo los gobiernos pueden garantizar.
Ahora, aquí, en Castellón, en imprescindible tomar las medidas que hagan menos dolorosos los efectos de la crisis. Sin duda, entre todos. Pero siendo ello esencial para garantizar la viabilidad de nuestras empresas y la dignidad de nuestras familias, es inevitable definir el mañana. Hemos, ya, de construir el futuro. La experiencia de nuestros emprendedores, de empresarios y trabajadores, es vital en este momento. Ellos han sabido generar riqueza innovando y abriéndose al mundo; y lo seguirán haciendo.
Los sectores sobre los que hemos construido la prosperidad de los últimos años seguirán siendo esenciales en el futuro. Pero hemos de buscar, imaginar y encontrar nuevas fórmulas, nuevos nichos de riqueza que hagan nuestro desarrollo menos vulnerable a las oscilaciones de la economía mundial. El know-how de nuestro distrito industrial cerámico nos proporciona una ventaja competitiva que hemos de saber aprovechar. Como el generado por nuestra actividad turística, agrícola o de la construcción.
Repensarnos a nosotros mismos, ese es el reto, partiendo de la experiencia acumulada tras décadas de esfuerzo y buen hacer. Profundizar en nuevos desarrollos cerámicos orientados a la domótica, los espacios públicos, los materiales clínicos o de alta resistencia. Avanzar en nuevas fórmulas turísticas que hagan, real y decididamente, de nuestra dicotomía litoral-interior un valor de calidad para el turismo de salud y cultural. Intensificar la transferencia universidad-empresa, reforzando la centralidad de nuestra Universidad en el entramado emprendedor de la provincia. Innovar y mejorar nuestro sistema formativo, potenciando la creatividad, el compromiso social, la versatilidad y la capacidad científico-técnica de nuestra ciudadanía.
Hoy, como nunca, precisamos abrir nuevos espacios para imaginar, debatir y discutir sobre lo que queremos y podemos ser. Tras la crisis se abrirá un nuevo tiempo que no será transitable exclusivamente con los paradigmas del pasado. Confío en que Economía 3 nos acompañará en ese camino complejo y apasionante.
Decía hace unas semanas el Nobel de Economía Robert E. Lucas que “en una crisis financiera las cosas suceden muy deprisa”. A estas alturas, en nuestro tiempo, nadie puede dudarlo. La actual crisis global se está mostrando extremadamente virulenta, tanto por su intensidad como por su profundidad, por su extensión como por la rapidez de su propagación.
Nuestra tierra no es ajena a la situación de la economía mundial. No lo fue, tampoco, al largo período de crecimiento y prosperidad que la precedió. El rápido deterioro de nuestra salud económica en los últimos trimestres se ha producido en un contexto internacional tremendamente adverso en el que la crisis financiera inicial ha terminado por arrumbar la economía productiva. Esto ocurre en Castellón y en el conjunto de España, como en Japón, Gran Bretaña, Estados Unidos o la Europa del Este.
Es cierto, no obstante, que en nuestras comarcas la crisis tiene acelerantes endógenos que están golpeando duramente nuestra capacidad de empleo y de generación de riqueza. Por un lado, la excesiva dependencia, directa o indirecta, del sector de la construcción nos ha hecho más vulnerables. Eso se ha traducido en un incremento voraz de la tasa de desempleo, que ha crecido en el último año el doble que en el conjunto de España. Por otra parte, el anquilosamiento de las estructuras institucionales castellonenses ha restado capacidad de respuesta a las especificidades de la crisis en la provincia. Estamos en un bucle melancólico que es preciso romper para retomar el impulso y las posibilidades que nuestros emprendedores y emprendedoras reclaman.
El futuro llegará preñado de nuevos paradigmas que es imprescindible determinar en el presente. No quiero decir con ello que los motores de nuestro reciente crecimiento decaigan. El empuje y la capacidad de proyección de nuestras empresas constructoras, azulejeras y turísticas han de seguir ejerciendo su protagonismo. De su inquebrantable vocación de futuro depende nuestra salida de la crisis.
Hemos de saber, sin embargo, que el mañana no va a ser igual que el ayer. Que hemos que repensarnos, de recrearnos. El tiempo de la globalización se nos ha mostrado, en esta crisis, en toda su descarnada realidad. Eso lo saben los emprendedores, propietarios, gerentes o trabajadores de nuestras empresas. Lo sabemos también las Administraciones Públicas, todas. Lo sabe la gente de nuestros pueblos y ciudades.
Y será con la complicidad de todos como abrazaremos el futuro con solidez y capacidad de progreso. El Gobierno de España ha convocado a todos los poderes públicos, a los agentes sociales y económicos, a la ciudadanía a conjurarnos contra la crisis. Lo ha hecho con medidas pactadas y acordadas con otros gobiernos y en el marco del diálogo social. Con dos premisas fundamentales: nadie puede quedar en la cuneta de la deriva de la crisis, porque proteger a los más vulnerables ahora es una cuestión de dignidad, y también un motor de dinamización económica y de estabilidad social. Y, dos, activar todos los resortes que nos permitan alumbrar un futuro de mayor consistencia, más competitivo, más solidario, de crecimiento más sostenible.
Las medidas anticrisis del Gobierno son bien conocidas, están siendo ejecutadas y abarcan toda la complejidad de esta crisis poliédrica. Y estoy convencido de que la Generalitat pondrá definitivamente en marcha las actuaciones tantas veces anunciadas en beneficio de los sectores productivos que son de su competencia. Nuestras empresas reclaman el liderazgo que sólo los gobiernos pueden garantizar.
Ahora, aquí, en Castellón, en imprescindible tomar las medidas que hagan menos dolorosos los efectos de la crisis. Sin duda, entre todos. Pero siendo ello esencial para garantizar la viabilidad de nuestras empresas y la dignidad de nuestras familias, es inevitable definir el mañana. Hemos, ya, de construir el futuro. La experiencia de nuestros emprendedores, de empresarios y trabajadores, es vital en este momento. Ellos han sabido generar riqueza innovando y abriéndose al mundo; y lo seguirán haciendo.
Los sectores sobre los que hemos construido la prosperidad de los últimos años seguirán siendo esenciales en el futuro. Pero hemos de buscar, imaginar y encontrar nuevas fórmulas, nuevos nichos de riqueza que hagan nuestro desarrollo menos vulnerable a las oscilaciones de la economía mundial. El know-how de nuestro distrito industrial cerámico nos proporciona una ventaja competitiva que hemos de saber aprovechar. Como el generado por nuestra actividad turística, agrícola o de la construcción.
Repensarnos a nosotros mismos, ese es el reto, partiendo de la experiencia acumulada tras décadas de esfuerzo y buen hacer. Profundizar en nuevos desarrollos cerámicos orientados a la domótica, los espacios públicos, los materiales clínicos o de alta resistencia. Avanzar en nuevas fórmulas turísticas que hagan, real y decididamente, de nuestra dicotomía litoral-interior un valor de calidad para el turismo de salud y cultural. Intensificar la transferencia universidad-empresa, reforzando la centralidad de nuestra Universidad en el entramado emprendedor de la provincia. Innovar y mejorar nuestro sistema formativo, potenciando la creatividad, el compromiso social, la versatilidad y la capacidad científico-técnica de nuestra ciudadanía.
Hoy, como nunca, precisamos abrir nuevos espacios para imaginar, debatir y discutir sobre lo que queremos y podemos ser. Tras la crisis se abrirá un nuevo tiempo que no será transitable exclusivamente con los paradigmas del pasado. Confío en que Economía 3 nos acompañará en ese camino complejo y apasionante.
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