#NosotrosApoyamos el #NosotrasDecidimos - Mientras permanecemos a la espera de las novedades que El libro rojo de Mao incorpore al ideario del PP tras los viajes de Cospedal a la China, una cosa tenemos por cierta: la voluntad decidida del Gobierno plasma por profundizar la involución contra los derechos y las libertades que los ciudadanos y ciudadanas de este país nos hemos dado desde el final de la dictadura. Ayer lo dejó bien claro, de nuevo, Ruiz Gallardón en su alegato contra las mujeres españolas: sus derechos terminan donde comienzan los del feto. Un salto mortal con triple pirueta que nos devuelve a los primeros años de la Transición. Una mutilación de derechos elementales en toda democracia amparada en el más rancio integrismo ultramontano. Menos derechos para las mujeres y más derechos para los fetos. Eso es lo que va a sentenciar la mayoría absolutista del PP en Las Cortes cuando apruebe el proyecto de ley contra la interrupción voluntaria del embarazo del Gobierno. El regreso a una España de mujeres clandestinas (impagable el artículo de Elvira Lindo ayer en El País), convertidas en delincuentes por el mero hecho de querer decidir sobre su cuerpo, sobre sus entrañas, sobre su vida. Décadas de lucha por ese derecho irrenunciable liquidadas por una moral hipócrita que remueve los fundamentos de la democracia. Claman, los de Rajoy, por quien ha de ser y denigran a quien es. No dejemos que prosigan en su afán.
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